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Tres presidentes que se jugaron con la misma frase, en plena crisis: “Lo peor ya pasó”

“La peor etapa de la crisis ya pasó y eso se va a notar muy claramente en el segundo semestre. Ya van a ver”.

La frase la dijo Eduardo Duhalde a mediados de 2002. La economía ‘había pegado la vuelta’ tras la salida de la convertibilidad. Pese a que muchos hablaban del ‘rebote del gato muerto’, a Duhalde le salió bien.

“Hubo presagios hiperinflacionarios -decía el entonces Presidente-, pero la inflación de mayo fue baja con relación al mes anterior y aspiramos a que en junio sea inferior aún a la de mayo, que fue del 4 por ciento”, aseguró Duhalde en un programa que se llamaba ‘Conversando con el Presidenteʼ y se emitía los sábados por la mañana en Radio Nacional.

La inflación aquel año sería 40,9%. Altísima porque el país venía de tres años de deflación. Ahora el precio del dólar había pasado de $1 a $3,80 y eso había impactado en los costos. Al año siguiente la inflación cayó a 3,7%, para, a partir de ahí, ya nunca más bajar hasta hoy.

“El comportamiento de los precios en los últimos días representa un buen índice que nos permitirá, no solamente generar mejores expectativas, sino también reafirmar que la devaluación registrada en el país es competitiva y que apenas tengan nuestros empresarios y productores capital de trabajo, Argentina va a iniciar un ciclo virtuoso”, seguía Duhalde.

Hoy, el presidente Javier Milei busca el mismo ciclo virtuoso que Duhalde. También a seis meses de asumir.

“¿Pasó la peor parte?”, preguntó una periodista de la revista Time a Javier Milei, en una entrevista publicada en el último número de la revista que lleva al Presidente en la tapa.

“Exactamente”, respondió.

La agenda de Duhalde en 2002 no era muy diferente a la de Milei en 2024: además de devaluar y rogar para que la inflación bajara rápidamente porque la pobreza se había disparado casi al 50%, Duhalde negociaba con el FMI y con las empresas energéticas para dosificar las actualizaciones de los contratos y las tarifas para que impactaran lo menos posible.

“El acuerdo con el FMI estará orientado a que se abran las posibilidades de recibir préstamos del Banco Mundial y el BID”, dijo Duhalde. Además reclamó al sector petrolero que cumpla con mantener el precio de la nafta. También, “que no se aumente el gas, ni la luz, por lo menos en el invierno”.

¿2002 o 2024?

En marzo de 2018, en un discurso ante el Congreso, el entonces presidente Mauricio Macri fue con la misma frase: “Pasó lo peor”.

El ex Presidente defendió su estrategia gradualista, que había implementado de la mano de Alfonso Prat-Gay (2015-2016) y Nicolás Dujovne (2017) como ministros de Economía.

Pese a las dificultades que su gobierno ya empezaba a encontrar para financiar un déficit externo de cuenta corriente de casi 5 puntos porcentuales del PBI, unas semanas más tarde después de aquella frase de Macri de “lo peor ya pasó”, arrancaría en verdad lo peor: una presión sobre el precio del dólar ($20) y el Banco Central, con Federico Sturzenegger a la cabeza, vendiendo un día US$1.471 millones de las reservas para lograr que el dólar quedara en $20,55. Dos días después vendió US$ 1.381 millones. Y unos días más tarde Luis Caputo (entonces ministro de Finanzas), Sturzenegger y Dujovne llamaron al FMI.

“Lo peor ya pasó”, siguió escuchándose.

Marcos Peña insistió a las pocas semanas de arreglar con el FMI. “Estamos convencidos de que este camino nos va a permitir tener más herramientas para terminar de cruzar ese camino en el que ya hemos pasado por la etapa más difícil”, aseguró. “Lo peor ya pasó”.

Y un año más tarde, en abril de 2019 Dujovne también lo repitió: “Lo peor ya pasó”.

Más acá en el tiempo y antes de que Caputo y Milei repitieran la frase, en 2021 fue Martín Guzmán, ministro de Economía de Alberto Fernández, quien aseguró que la economía crecía y el empleo también, tras la pandemia.

Los ministros de Economía y los presidentes muchas veces quedan atrapados en un dilema que es más común de lo que se piensa: todo lo que se dice en medio de una crisis afecta el resultado de las políticas. Ergo, hay que mostrarse optimista aún en la debilidad.

Seis semanas después de la peor crisis financiera del capitalismo, en diciembre de 1929, el presidente de Estados Unidos, Herbert Hoover, declaró que la economía “había vuelto a la normalidad”. Fue luego de que el Dow Jones cayera 40% en 8 semanas. En los primeros meses de 1930 vino una recuperación del consumo y la producción. La Bolsa ganó 20%.Tres meses más tarde, el mismo Hoover predijo que la recesión se revertiría en “los próximos 60 días. Pasamos lo peor”.

Pero no. Intentó que los precios deflactaran para mejorar el tipo de cambio y generó una depresión severa: la crisis del 30.

La economía a veces no es todo. Decir “lo peor ya pasó” en Argentina es un desafío grande. Diez días después de la frase de Duhalde, empezó el fin de su gobierno con el asesinato de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán. La recuperación en V no le alcanzó.

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