Mientras el consumo de vino en general viene cayendo en el mundo, los blend y varietales blancos ganan terreno: en 2021 superaron por primera vez al tinto a nivel global.
Según datos de Wines of Argentina, el 63,7% de la producción local es tinto, seguida por 32,9% de blancos y 3,3% de rosados. En la exportación mandan los tintos con el 80%, mientras los blancos tienen 15,6% y los rosados 3,7%. Los datos del Instituto Nacional del Vino para 2023 muestran que la participación del blanco en el mercado local pasó del 22 al 27% en los últimos 10 años.
Pablo Cúneo, director de enología de Luigi Bosca, explica que el consumo crece porque «los blancos, los rosados y los espumantes son fáciles de tomar y de entender. Nosotros siempre hemos tenido una diversificación bastante fuerte y en los últimos cinco años la participación de estas tres categorías aumentó del 17 al 23%».
«Este crecimiento tiene que ver con un tema asociado a las ocasiones de consumo y a la gastronomía. Estos vinos son más versátiles que los tintos y más fáciles de maridar», señala Cúneo.
Lucía Ordoñez es gerente comercial de Piedra Negra, bodega mendocina del Valle de Uco, propiedad del empresario francés Francoise Lurton. «Siempre nuestro fuerte ha sido el vino blanco, un poco por la tradición francesa que tiene la bodega. Nuestra variedad distintiva es el pinot gris«, apunta.
«En los últimos diez años empezó a haber más calidad y diversidad en vinos blancos y los consumidores empezaron a elegirlos, acompañados por propuestas gastronómicas basadas en vegetales y con menos carne. Los blancos son un gran aliado en la maridaje, por eso empiezan a ganar espacio, especialmente entre los jóvenes», concuerda.
Francisco Rodríguez, director Global de Ventas de Corbeau Wines, marca que si bien el mercado local es «tintocentrista» a nivel global la variedad más consumida es el Chardonnay.
«En Argentina se está potenciando mucho el desarrollo de blancos. En los últimos años se empezó a tomar más seriamente la producción, a invertir en desarrollo tecnológico, en búsqueda de distintos terroirs y opciones, y en crear vinos blancos que están ganando cada vez más adeptos en el mundo. Hablamos de varietales y de precios medios-altos, no de blancos básicos. Argentina va a crecer en exportación de vino blanco en la medida que siga con este camino», agrega Rodríguez.
Pese a que crece el consumo las uvas blancas empiezan a escasear en el país. Para Cúneo la razón es que «se les dejó de prestar atención y eso hizo que haya una oferta limitada. Por eso estamos pensando en reconvertir algunos de nuestros viñedos, tratando de plantar algo más de blancas«.
En medio de esta tendencia, en el país se sigue innovando también en tintos. Así lo hace Gamboa, la bodega ubicada en Campana que empezó a producir hace 10 años y ya logró que el master of wine británico Tim Atkin le diera 94 puntos a su Pinot Noir. Es el puntaje más alto obtenido hasta ahora por un vino bonaerense.