-El ministro Caputo no da una fecha de salida del cepo, pero ¿hay que salir?
-La respuesta es sí. Argentina está haciendo un gran esfuerzo para normalizarse, está reduciendo el déficit fiscal, está haciendo reformas estructurales, quiere sacar la Ley Bases que incluye el RIGI para atraer empresas que inviertan US$ 200 millones o más y el cepo va en contra de todo eso. Un inversor antes de preguntar por el mercado laboral o el sistema impositivo pregunta ¿puedo sacar la plata? y le tenemos que decir que no. El gobierno está esperando condiciones óptimas para sacarlo y es muy difícil que en algún momento haya condiciones óptimas porque el mundo siempre está complicado y la Argentina siempre está complicada. Creo que habría que empezar a dar algún paso en esa dirección.
-¿Cuál sería ese paso?
-Hay muchas restricciones. Por ejemplo si uno compra en el mercado libre de circulación no puede comprar en el mercado libre de cambios, se podría relajar. Este Gobierno colocó una restricción adicional, que solamente se puede comprar US$ 200 mil por día con contado con liquidación. Eso se puede ir aumentando. Sino, todo el esfuerzo que se hace con una mano se lo borra con el codo. Insisto es un problema que a las empresas les preocupa mucho.
-Se habla de bimonetarismo a la peruana, de dolarización endógena…
-Primero se habló de dolarización total, que el Banco Central compre todos los pesos, que desaparezca el peso y que seamos una economía en dólares y eso no es posible porque no hay dólares. No hay dólares para sacar el cepo, menos para dolarizar. El bimonetarismo es lo que Argentina tuvo toda la vida, por lo menos desde la era convertibilidad para adelante donde los argentinos pensamos en dólares y el dólar está metido en las decisiones financieras, cuando tenemos que comprar una propiedad etcétera. Básicamente es legalizarlo. Y que no haya ninguna duda que en el Código Civil que cuando yo hago un contrato en dólares está bien. Entonces habrá dos monedas, el peso que se va a usar para algunas transacciones y para algunos ahorros y el dólar por otro lado. Eso es lo que tiene Uruguay, eso es lo que tiene Perú, eso es lo que tuvo Argentina en la época de Macri de una forma más o menos parecida. Simplemente habría que darle seguridad jurídica. Y sigue existiendo el peso, sigue existiendo el Banco Central, sigue habiendo política monetaria. Creo que es un sistema que se puede hacer mañana, no hay que esperar nada, obviamente hay que sacar el cepo porque las monedas no pueden competir porque hoy no puedo comprar dólares.
-¿Y la dolarización endógena de la que habla Javier Milei?
-Me parece que es una idea que hay que pensarla mucho más, que está muy verde que la han tirado sobre la mesa, yo soy escéptico que sea viable en forma razonable, o sea porque el Banco Central no emite más pesos, porque básicamente si el Banco Central no emite más pesos, no hay pesos para pagar sueldos, alquileres, la vida diaria. Entonces la gente va a querer crédito pero si no hay pesos no hay crédito. La economía está funcionando en pesos, pagos en pesos, tarjetas de crédito en pesos y de repente uno quiere pagar la tarjeta y el banco dice que no puede dar crédito y no todo el mundo tiene dólares, entonces no solamente hay que cambiar para que la gente use dólares sino todo el sistema de pagos en la Argentina. Es muy complejo y yo creo que están tirando la idea con liviandad sin pensarla a fondo. Soy escéptico de que funcione y creo que tiene problemas serios de implementación. Argentina es un país bimonetario, la gente piensa en las dos monedas. Habría que simplificar. Pero mientras tengamos cepo somos un país condenado al peso.
Miguel Kiguel– “No nos corre el cepo”, dijo Caputo…
-Pero tendríamos que ir en la dirección de eliminarlo. Y si se saca el cepo habrá que elegir el régimen monetario. Hoy tenemos un régimen que se llama régimen de represión financiera, lo tuvimos en los años 60, 70. Básicamente la tasa de interés es muy baja, negativa en términos reales, si se saca el cepo y se va a un un régimen de tasas de interés del mercado, que seguramente son bastante más altas. Entonces: se dejará flotar el tipo de cambio o continúa el ajuste mensual del dólar, o va a una banda cambiaria como usó Chile para salir de algo parecido. No lo sabemos y no hay ninguna indicación.
-¿Preocupa la tasa de interés tan baja?
-Con represión financiera el Banco Central pone la tasa donde quiere. Este Gobierno ingresó con tasas del 130%. Yo pensaba que a medida que fuera recortando la tasa la gente se iba a ir al dólar pero bajó la tasa del 130 hasta el 50% y no pasó nada y ahora al 2,5% mensual. Fue muy rápido y creo que esta última baja no fue digerida por el mercado. Y se empezó a decir: “esta tasa en pesos es muy baja, para eso me voy, los exportadores dijeron voy a liquidar mi soja que son dólares, me van a dar pesos ¿ qué hago con esos pesos? ¿los voy a colocar al 2% mensual? Prefiero quedarme con la soja y es lo que está pasando. Creo que en esa decisión se les fue la mano. Hay que sumara los problemas políticos, el Gobierno empieza a sentir la presión de gestionar.
-¿Le sorprende la profundidad de la caída de la economía?
-La caída fue fuerte porque el ajuste fue muy fuerte y rápido. Es la contracara de la reducción del déficit fiscal de casi cinco puntos del PBI, la contracara de haber liberado los precios, de la licuadora que le pegó a los salarios y a las jubilaciones, a toda la gente que tenía activos en pesos que los vio derretirse. Tuvo un efecto riqueza negativo y bajó el poder de compra tremendamente. Y aunque no le guste a mi amigo Milei fue el resultado de una política keynesiana contractiva, o sea bajar el gasto público, bajar el nivel de actividad así que tuvo un elemento keynesiano en la actividad. Y no veo una reactivación rápida, no hay ningún factor que haga pensar que será así.
– ¿Cómo vamos a ir saliendo?
– A medida que los salarios vayan empezando a recuperarse, que mejore la productividad, que se saque el cepo y empiecen a entrar más inversiones, que el RIGI funcione. Pero es lento. El Estado no está en condiciones de hacer un gasto grande y de reactivar la economía con gasto público. La política monetaria, seguramente, si salimos del cepo no podrá ser expansiva.
-¿ Y por el lado de entrada de capitales?
-Todavía no, seguimos con un riesgo muy alto y hay incertidumbre, mucha gente apostó a Macri y le salió mal. El FMI no tiene para darnos mucha plata. No hay un factor que diga: “de esto sale rápido”. Argentina va a una normalización. El Gobierno recibió una herencia espantosa Y lo que cambió con Milei es la mentalidad. Se hizo un click hacia un país más parecido al resto de la región, con menos sector público, menos intervención del Estado. La gente ya entiende que el asistencialismo hace falta pero que un exceso genera confusión y eso va mucho más allá de Milei, es un cambio social.