Finalmente, Federico Sturzenegger fue designado ministro de Desregulación y de Transformación del Estado, una cartera a su medida con la que Javier Milei busca darle espacio para «desmalezar» de regulaciones el funcionamiento de los organismos oficiales.
El economista de 58 años ya participó en la gestación del DNU 70 y la Ley Bases original y trabaja en la denominada “ley de hojarasca” que daría de baja unas 100 leyes a las que considera obsoletas.
Sturzenegger, quien primero acompañó a Mauricio Macri en el gobierno porteño como presidente del Banco Ciudad y luego, entre 2015 y 2018, como presidente del Banco Central en la gestión nacional y fue parte de los equipos técnicos de Patricia Bullrich en la campaña electoral, había sido nombrado por Milei en enero al frente de la «Unidad Transitoria para la Desregulación de la Economía», con oficina en la quinta de Olivos.
Federico Sturzenegger, tras un encuentro en la Casa Rosada, donde tiene un despacho.Foto ReutersDesde que trabaja en el Gobierno, el economista fanático de Gimnasia (pasó su juventud en La Plata) siempre reportó de manera directa a Milei, quien lo considera «brillante» y un «coloso». Su premisa es revisar resoluciones, decretos y leyes que representen un obstáculo para el desarrollo de la economía y las inversiones.
El equipo de Sturzenegger está conformado hoy por Demian Reidel, ex asesor económico de Milei. También trabaja con el Lucas Llach, quien fue su número dos en el Central y con otros colaboradores como Rojas Shunko, Joaquín Rotoli, Marcelo Hernández, Maximiliano Vonkesselstat y Maximiliano Fariña.
Sturzenegger ya contabiliza pequeños éxitos de su cruzada desreguladora, producto del DNU. Por ejemplo, la mayor oferta y baja de los valores de los alquileres, la llegada de Starlink (la empresa de telecomunicaciones de Elon Musk) o la incipiente desregulación de algunas rutas en el mercado aerocomercial.
«Detrás de cada restricción no hay un sentido de protección al conjunto de la sociedad, sino que hay un curro. Es por eso que cada restricción de la libertad empobrece a los argentinos y beneficia a unos pocos. La libertad no solo nos permite el crecimiento sino que es la mejor política anticorrupción», le dijo recientemente a Clarín.
El extitular del BCRA también dio sus opiniones sobre las privatizaciones, importaciones, paritarias o el cepo, entre otras cosas:
Privatizaciones: «Las empresas públicas son ineficientes y sujetas al riesgo de corrupción. Cuando el Estado tiene empresas, estas tienden a influir negativamente en la regulación del sector. Porque al regulado lo convertiste en regulador».
Federico Sturzenegger. Foto Bloomberg Paritarias: «Yo creo que las paritarias debieran ser libres. Incluso que deberían ser por empresas. Está muy probado que las negociaciones por empresa generan muchísima más inclusión laboral y protegen el empleo mucho mejor sobre todo porque no ponen la misma vara en todo el país».
Apertura de la economía: «Acá la importación se ve como una amenaza, pero en realidad estimula las exportaciones. No hay que tenerle miedo a la integración. Nos va a traer mejores productos, tecnología, nos va a obligar a mejorarnos y encima va a impulsar nuestras exportaciones».
Creo que el presidente Milei propone una interpelación integral de cómo nos hemos organizado como sociedad. En una sociedad que llevó la pobreza del 5% al 50% cuando el mundo la llevó del 50% al 9%, creo que era hora.
Dolarización: «El futuro del peso depende del peso. Si la macro es estable y hay poca inflación, el peso podrá sobrevivir. Creo que a lo que el Presidente le molesta es que el Estado te imponga una moneda y luego te cobre el impuesto inflacionario».
Ley Bases: «Sin ley bases la convergencia al equilibrio fiscal será con menor crecimiento y con más impuestos. Creo que es un peor escenario para todos».
Superávit fiscal y cepo: «La obsesión de Javier Milei con lo fiscal condiciona todo y el cepo tiene un sentido fiscal. Es fundamental el equilibrio financiero. No hay ningún economista que no acepte que una resolución del problema fiscal es la resolución del problema de inflación».
Promoción industrial: “Hay una gran falacia, porque cada vez que el estado promociona, está resignando recursos que van a tener que recaudar en otro lado. Promociona, por un lado, y despromociona por otro. En general, los sectores que logran estas promociones son industrias bastante capital intensivas que contratan poca mano de obra y terminan derivando a industria poco mano de obra intensivas. Entonces, el empleo total del país se resiente”.
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