Boca ganó bien pero por la mínima diferencia y ahora deberá definir su continuidad en la Copa Sudamericana en Brasil. El uruguayo Edinson Cavani, cuándo no, marcó el único gol de la noche y tuvo también el segundo, que hubiese sido fundamente, pero el palo se lo negó. El equipo de Diego Martínez extendió su racha a 18 partidos seguidos sin perder en la Bombonera y a 22 en competencias internacionales. Lo de Cruzeiro fue muy pobre pero jugó muy confiado en lo que podrá hacer el jueves que viene en el Mineirao de Belo Horizonte.
El remate al arco de Lautaro Blanco que se frenó en un defensor brasileño y atrapó sin problemas el arquero Cassio, veteranísimo de mil batallas coperas, fue el único remate efectivo al arco de los primeros 45 minutos. Fue en el mejor momento de Boca, en el tramo final, desde los 40 minutos. Fue después de dos incursiones en el área en las que primero no pudo Cavani y enseguida un defensor interceptó un centro atrás inquietante de Merentiel, luego de una buena serie de toques entre Blanco y Zenón. Antes de eso, nada del local y menos del visitante.
La gran incógnita en la previa del encuentro era cómo iba a responder la improvisada dupla central formada por Gary Medel y Cristian Lema. Y la respuesta la dieron en la cancha. Los tibios ataques de Cruzeiro finalizaban antes de entrar al área. Hubo ciertas dudas en el arranque, porque el equipo de Diego Martínez intentaba salir jugando ante una fuerte presión alta de los brasileños. Hubo alguna zozobra, pero no mucho más. Después, todo controlado, en especial Lema que jugó a perfil cambiado y respondió.
El problema para Boca era que no podía enlazar la salida del fondo con el medio y entonces empezó a dividir muchos balones y en general perdía. Resulta notoria la ausencia de Equi Fernández, que le daba otra dinámica a un equipo que ahora no transmite demasiado fervor de adentro hacia afuera.
Foto: Fernando de la OrdenHasta los 40 minutos fueron esporádicas las veces que el local pudo destrabar el juego en el medio y llegar con algún peligro al arco de Cassio. Hasta esa imagen final en que la actuación del equipo entusiasmó un poco más a una hinchada que no dejó de alentar ni un segundo.
La sensación, hasta ese momento, era que Cruzeiro no estaba muy interesado en apretar el acelerador como para dar un batacazo en la Bombonera. Que el cero a cero era un gran negocio para cerrar la serie en el Mineirao el próximo jueves. Pero se expuso a esa buena reacción final de Boca.
Mejoró Boca con el ingreso de Agustín Martegani por Jabes Saralegui. El ex San Lorenzo se ubicó por izquierda mientras que Zenón pasó a la derecha. La primera pelota que tocó Martegani fue un pase filtrado para Merentiel en un clara apuesta más incisiva. De las combinaciones por izquierda entre Martegani y Blanco, llegaron dos centros para Cavani, el primero la sacó justo Joao Marcelo al córner y la segunda el uruguayo vio pasar la pelota por delante.
En esa mejoría también llegaron las combinaciones necesarias para llegar al gol, pero por derecha: Martegani combinó con Medina y éste se la dio a Zenón, quien tocó rápido para Cavani y el uruguayo, que sigue de racha y suma 17 goles en los últimos 21 partidos, definió con toque suave y justo ante la salida de Cassio.
Foto: Fernando de la Orden.El gol le dio la confianza necesaria al equipo para conseguir un resultado más holgado, muy necesario para la revancha. Tuvo más la pelota y logró generar un par de buenas situaciones. También pudo robar la pelota en el medio y salir rápido. Así, llegó la jugada que no fue gol de casualidad. Se escapó Advíncula por derecha, tiró el centro pasado, Cavani le pegó de primera, la pelota dio en el palo, la pelota la tomó Martegani que tocó atrás para Zenón y el fuerte remate lo mandó al córner Cassio, con unos reflejos notables.
Ir a Brasil 2-0 era otro cantar. Pero el 1-0 no deja de ser una buena señal porque ahora tiene dos resultados para llegar a los cuartos de final. Y Boca sabe de hazañas o clasificaciones en tierras brasileñas.