Las cámaras fueron colocadas allí por personal de la fundación y por científicos del Conicet con el objetivo de monitorear la población de yaguaretés en el Iberá. Las mismas se encuentran en cada uno de los montes de la isla San Alonso, en el corazón del Gran Parque Iberá. De esta manera, se graban videos de cada animal que pasa enfrente de ellas, y como el patrón de manchas de los yaguaretés es único para cada individuo -al igual que nuestras huellas digitales-, los investigadores pueden reconocer a cada uno de ellos.
Los yaguaretés que fueron liberados desde el Centro de Reintroducción portan collares con dispositivos con conexión satelital, lo que permite realizar un seguimiento diario de sus movimientos.
La fundación afirmó que «los últimos monitoreos permitieron detectar cuatro nuevos cachorros de tres madres distintas. Esto eleva el número de yaguaretés que viven libres en el Iberá a al menos 16. Pero podrían ser incluso más, hasta 21».
Y finalizó: «Quizás los números parezcan aún bajos, pero la población de yaguaretés en Corrientes representa alrededor del 10 % de la población en Argentina, donde se estima que sobreviven entre 200 y 250 individuos. Pasó de no tener ningún yaguareté libre en los últimos 70 años a albergar al grupo más numeroso de la subpoblación chaqueña argentina de la especie, que también habita en Salta, Jujuy, Formosa, Chaco y Santiago del Estero».