La Denso Internacional Cup fue la excusa para la reapertura de un estadio emblemático como el Luis Pirata Fuente para la ciudad de Veracruz. Ahí Mazatlán y Newell’s le dieron a la pelota antes de reiniciar los campeonatos oficiales. Y como no podía ser de otra manera, varios hinchas rojinegros acompañaron.
El plato fuerte para los mexicanos de Veracruz fue la presencia de Cruz Azul, el club capitalino mucho más popular que el novel Mazatlán de Sinaloa, fundado durante la pandemia. Por eso, además de los simpatizantes locales que extrañan a los Tiburones Rojos (no juegan desde 2019, luego haber quebrado la sociedad anónima), hubo mucha presencia de los cementeros.
Y, por supuesto, no podían faltar los hinchas de Newell’s en esta parte del continente americano. Que se ubicaron sobre la bandeja alta detrás de la cabecera que ocupó Williams Barlsasina en el primer tiempo y no pararon de apoyar a su equipo. “Son poquitos pero ruidosos”, dijeron los relatores mexicanos de la TV.
Fueron alrededor de 50, que colgaron sus banderas, identificadas como de Echesortu, Del Abasto, Hospitales, Zona Oeste, V. Moreno, Matheu, San Nicolás, Los Pibes de Newell’s y Furia. Y los únicos que hicieron oír sus cánticos resultaron ellos.
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Además, venta de camisetas de Newell’s
La presencia leprosa no pasó desapercibida en el estadio, al punto que en los numerosos puestos de venta ambulante situados en las afueras y donde se vendían muchas camisetas, se ofrecían también las de Newell’s.
El estadio, ubicado a solo 10 minutos del hotel donde se hospedó Newell’s por el Camino Real, y perteneciente al municipio de Boca del Río, se reestrenó con una capacidad para 28.700 espectadores sentados. Y con dos bandejas superiores techadas.
Además de la buena impresión que dejó el estadio, los vendedores dentro de cada sector portaban carteles ofreciendo la mercadería y, como si fueran mozos, tomaban los pedidos y los traían a las butacas.
Todo pareció pensado y medido, como la ceremonia de reinauguración, con banda de música, banderas de los dos países, chicos que acompañaron a los jugadores y hasta se dirigieron al público, y por supuestos los himnos nacionales.
Ese marco tuvo Newell’s en su presentación en México. Muy bien acompañado por sus hinchas, claro.
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El Luis Pirata Fuente lució muy bien. Eso sí, les quedó corto el banco de suplentes y hubo que poner sillas.