El 97% de los estudiantes de la generación Z, es decir, los nacidos entre 1996 y 2010, utilizaron alguna vez inteligencia artificial para sus tareas. Esta situación, que se presenta como una problemática, pone a los docentes contra una encrucijada: tecnología sí, tecnología no. Además de la inteligencia artificial, las redes sociales, los celulares, la información en un clic, llevan a los educadores a aplicar estrategias innovadoras como el aula invertida.
Aula invertida es una de las pedagogías de innovación nacida en la década de los 90, pero popularizada hace menos de 20 años a nivel internacional. En síntesis, esta estrategia invierte el desarrollo de la clase. La teoría –según la pedagogía tradicional- se trabaja en el salón y las tareas o trabajos prácticos por fuera del ámbito escolar. Entonces, el aula invertida “busca que traigan el material leído, los vídeos ya vistos, que investiguen o los instrumentos que el docente utiliza, es decir, que vengan con la carga de información y en el aula hagan las actividades”, explicó la docente rosarina y presidenta de Docentes por la Educación, Virginia Valenzisi en radio La Red Rosario.
Una vez en clases, los maestros o profesores realizan un “sondeo” para conocer qué alumnos se instruyeron y cuál fue la interpretación a través de la oralidad o buscando trabajar sobre el papel o una aplicación. Valenzisi describió que esta estrategia puede ser utilizada durante todo el año o bien aplicarla en unidades particulares porque “al principio tiene que entrenar a los chicos porque vienen acostumbrado a la pedagogía tradicional y no todos leen el material previamente si lo pedimos”. Frente a esta situación, la docente deslizó que la aplicación del aula invertida “sea gradual” para “desarrollar la responsabilidad y el cumplimiento de las tareas para que la clase sirva y que esos 40 o 80 minutos en el salón realmente sea un trabajo valioso”.
En los últimos cinco años, las docentes, contó Valenzisi, notan que los estudiantes se vuelcan por lecturas de microtextos, historietas, cómics o síntesis, lo que acompleja la tarea en las escuelas: “Un resumen de una novela hecho en ocho párrafos por Chat GPT es un montón”.
Si bien el uso del celular en las aulas está prohibido por el Ministerio de Educación de Santa Fe, las instituciones tienen la autonomía de poder aplicar su uso en caso de ser necesario pedagógicamente.
El aula invertida y la inteligencia artificial
“Investiguen sobre el origen de la célula, cuáles son las propuestas, cuáles son las teorías para la próxima clase”, dice la profesora antes de que el timbre ponga fin a la clase de biología. Los alumnos llegan a sus casas prenden la computadora, abren una pestaña del navegador y consultan a Chat GPT, el chatbot más famoso que aplica Inteligencia Artificial para sus respuestas, que comienza a mover el cursor redactando una respuesta.
Título, un breve párrafo, cinco subtítulos y una pequeña reseña que incluye propuesta, pruebas, autores, datos y hasta una conclusión. En algunos casos también con enlaces, es decir, la fuente de la respuesta. Con esto se encuentran los estudiantes. En la clase siguiente “vos te ahorras que cuando están en el aula no lo usen y los pones a trabajar en grupos para contrastar la información, por ejemplo”, detalló Valenzisi.
“Entonces estás desarrollando funciones cognitivas y ejecutivas también. Y con eso vos fortaleces el proceso de enseñanza, de aprendizaje y surfeaste las olas de la inteligencia artificial”, agregó la docente.
El uso del dispositivo en clases
El aula invertida, en el mejor de los casos, expulsa la utilización del celular en horario escolar “que sin reglas o consentimiento, es lo que más hace perder a los estudiantes“, sostuvo Valenzisi.
La presidenta de Docentes por la Educación se mostró a favor de la inteligencia artificial como herramienta en clases cuando se establecen reglas, pero también advirtió la utilización de este recurso “cuando mandamos tareas y queriendo zafar los chicos lo traen hecho con Chat GPT”.
“Es fácil detectarlo porque los docentes conocemos la voz propia de los alumnos. Al corregir notas términos que no son propios o maneras de redactar”, agregó Valenzisi y sentenció: “Por más de que usen Inteligencia Artificial, tenés que procesar la información de manera tradicional”.