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“Bibas: asesinados por ser judíos” honra a las víctimas

Bibas: asesinados por ser judíos es el impactante título elegido por el periodista Alfredo Leuco para su documental centrado en la tragedia de la familia Bibas-Silberman. La producción aborda con rigor y sensibilidad uno de los hechos más trágicos del ataque del 7 de octubre de 2023, cuando el grupo terrorista Hamas irrumpió violentamente en el sur de Israel con un ataque masivo que transformó la región y provocó consecuencias globales. Podrá verse a partir de septiembre en Mercado Play, la plataforma de streaming gratuita de Mercado Libre.

El registro fílmico retrata la historia del secuestro y asesinato, en el kibutz Nir Oz, de la familia argentino-israelí integrada por Shiri (de 32 años) y sus hijos Ariel (4 años) y Kfir (9 meses). En aquella jornada trágica también fueron asesinados los padres de la mujer, José Luis Silberman (argentino) y Margit Shnaider Silberman (peruana). El único sobreviviente es Yarden, el esposo de Shiri que fue liberado con vida el 1° de febrero de 2025, tras más de 480 días en cautiverio.

A primera hora de la mañana, hordas de fanáticos, al grito de Allahu Akbar (Dios es el más grande, en árabe) irrumpieron con violencia extrema en casas y campos en una emboscada perpetrada con saña en comunidades fronterizas. Inclusive en el festival de música al aire libre Supernova, en el desierto del Néguev, muy cerca del kibutz Re’im, apenas a 5 km de la frontera con Gaza, donde más de 360 personas fueron masacradas. Todo fue documentado en celulares o cámaras montadas sobre los propios atacantes como si se tratara de una cacería humana digna de una película de terror. Las imágenes son aterradoras, tal como si se hubiera abierto una puerta al infierno.

Una imagen del documental del periodista Alfredo Leuco.

La comunidad internacional lo calificó mayoritariamente como un acto terrorista, con condenas en más de 40 países, aunque también hubo silencios significativos, por ejemplo UNICEF no se ocupó de exigir la libertad de los hermanitos Bibas. El entonces presidente de EE. UU, Joe Biden, describió el evento como “el día más mortífero para los judíos desde el Holocausto”. En resumen, en aquella fatídica jornada se alteró drásticamente el curso del conflicto israelí-palestino. La embestida sorpresa, los asesinatos masivos, las tomas de rehenes se transformaron en escalada inmediata hacia una guerra devastadora de consecuencias imprevisibles.

De qué trata el documental

La producción de Alfredo Leuco, Mariana Bellini y Gabriel Ben-Tasgal cumple una función fundamental en el periodismo contemporáneo al visibilizar hechos dolorosos y dar voz a las víctimas que aún reclaman justicia. En un contexto marcado por la complejidad del conflicto y la polarización informativa, este testimonio se destaca como una herramienta ética imprescindible para presentar la verdad con rigor y sensibilidad.

Los Bibas, la familia argentino-israelí símbolo de la tragedia y el horror del ataque de Hamas. Captura del trailer

El contenido no solo narra una historia personal, sino también denuncia y genera conciencia sobre la gravedad de estos crímenes, ofreciendo pruebas y testimonios que permiten comprender la dimensión humana y política de la tragedia. Más allá de un relato audiovisual, el documental interpela al espectador y resiste el olvido y la impunidad, reafirmando el valor de la evidencia documental para preservar la memoria y exigir justicia.

Abrazados bajo una manta, una aterrada Shiri Bibas con sus pequeños hijos Ariel y Kfir, aparecen en pantalla y el impacto se produce de forma conmovedora. Hay algo en esa mirada, en los ojos abiertos que expresan pánico, que quiebra cualquier corazón. A partir de ese momento, de esas imágenes que dieron la vuelta al mundo, la crónica audiovisual no da respiro. Relata desde un enfoque profundamente respetuoso la historia de una familia aniquilada por el odio.

Luis Brandoni es uno de los narradores del documental

La narración, sólida y precisa, con las voces conmovidas de los actores Luis Brandoni y Federico D’Elía, más la participación de la periodista Cristina Pérez, alterna imágenes de archivo captadas por los propios agresores con la estética aterradora de un videojuego macabro. Se intercalan además testimonios y momentos íntimos donde las voces de los familiares nos comparten su dolor.

Dana, hermana de Shiri, camina entre los restos calcinados de la casa familiar. Ahí el fuego arrasó todo y entre las cenizas, semanas después de la destrucción, antropólogos hallaron fragmentos óseos que confirmaron la muerte de José Luis y Margit, los abuelos de los niños. Una pelota con el nombre Ariel, una mamadera olvidada, una bicicleta con rueditas. Todo es desolador. Las pequeñas cosas se vuelven símbolos devastadores. El documental no necesita subrayar nada: la cámara, los silencios y las voces hacen el trabajo.

Yarden Bibas, esposo de Shiri y padre de los niños, liberado en febrero de 2025, en el marco de un acuerdo de intercambio, no sabía que su esposa y sus hijos estaban muertos. Durante todo su cautiverio, preguntó por ellos una y otra vez. Nunca obtuvo respuestas. Cuando finalmente los cuerpos fueron entregados -primero de los niños, después el de Shiri, con errores de identificación en el medio-, fue él quien tuvo que enterrarlos. En las escenas registradas se muestra cuando rapado, con una kipá naranja, apoyado sobre los féretros envueltos en la bandera de Israel, dice: “Perdón, Shiri. No pude protegerte”. La frase queda clavada en el alma, como un eco.

La producción aborda con sensibilidad los hechos del ataque del 7 de octubre de 2023.

También se recoge el testimonio de Ofelia Roitman, otra rehén del kibutz Nir Oz. Ella vio a Shiri pasar en una moto con los nenes en brazos. “Tenía la cara muy blanca, y vi una lágrima, creo”, recuerda con una serenidad perturbadora. Estuvo más de 50 días en cautiverio, con media botella de agua por día, sin contacto con el exterior. En sus palabras se percibe un coraje silencioso que la ayuda a seguir adelante.

Además, entre otras, se suma la voz de Julio María Sanguinetti, expresidente de Uruguay, quien advierte que “Israel es la última frontera de Occidente”. Si cae Israel, afirma, “caen los valores democráticos que nos sostienen”.

Trascendencia

Todo el proyecto tiene un objetivo muy claro que es no permitir que esta historia se olvide. En ese sentido el resultado final honra a las víctimas, les devuelve su nombre, su historia. Precisamente, para mantener viva su memoria, la organización Keren Hayesod, con el acompañamiento de comunidades judías de América Latina, España y Portugal, construirá en Israel un jardín de infantes en homenaje a la familia Bibas-Silberman. Un símbolo de vida donde hubo muerte.

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