Pasar a “la lista de espera” se volvió el terror de muchas de las familias que contratan viajes de egresados. Las agencias turísticas aseguran que el incumplimiento en las cuotas de pago subió un 20% en solo un año y que el sistema de precio congelado durante al menos dos años complica la logística producto de la devaluación. Sin embargo, los padres hablan de contratos de letra chica con cláusulas leoninas y un abuso por parte de las empresas.
El Gobierno nacional fija unas condiciones mínimas que deben garantizar las agencias a través de un contrato modelo. Este documento, aprobado por el Ministerio de Turismo, establece que “el atraso en el pago de dos cuotas consecutivas facultará a la empresa a rescindir el contrato con este pasajero”, quien tendrá derecho “al reintegro del importe abonado”, deducidos los cargos de cancelación convenidos, o bien a “reincorporarse a la tarifa vigente en ese momento”.
En la práctica, muchas empresas de viaje anuncian que ya no pueden asegurar la plaza disponible para el pasajero y lo trasladan a una “lista de espera”. Clarín conversó con padres de distintas escuelas que explicaron que las empresas no confirman si el estudiante podrá integrar el contingente hasta último momento, en general dentro del mes previo al momento de subir al micro o avión.
El papá de una alumna de un colegio privado de la zona norte de la Ciudad contó que su hija quedó en lista de espera tras haberse atrasado en dos cuotas, pero al pedir reintegrarse, como establece el Ministerio de Turismo, la agencia los mantuvo sin confirmación.
Era tal la “incertidumbre” y la “frustración” por no saber si la joven podría participar de “ese viaje que se hace una sola vez en la vida” que la familia ofreció cancelar todo el viaje en un pago, incluyendo los intereses por mora. Sin embargo, la agencia solo les permitió reincorporarse ocho meses después y al precio “actualizado” a ese momento.
La mamá de otra adolescente del sexto año de ese mismo colegio, quien prefirió no dar su nombre, contó que el mismo “gerente” de la agencia, una de las más importantes de viajes de egresados en el país, le reconoció que la “morosidad” les resulta «conveniente» a las empresas.
Siempre de acuerdo a la madre, el empleado de la agencia le explicó: “Bariloche está lleno de brasileños, chilenos y peruanos, a los que les favorece el tipo de cambio. Entonces, por ejemplo, los hoteleros se dan cuenta de que no es negocio alquilarnos a nosotros y nos exigen que actualicemos los precios. Nosotros no podemos actualizarles a los clientes. Entonces, necesitamos que al menos un 10% de los pasajeros entren en lista de espera y nos paguen esa diferencia que nosotros no podemos financiar”.
En su caso, su hija quedó en ese listado por una modificación que hizo la empresa en el contrato modelo del Ministerio de Turismo, detalló la mujer: “No tuve dos cuotas impagas, sino dos cuotas que pagué el día 26 de los meses correspondientes. Y tampoco fueron dos cuotas consecutivas, pero la empresa había agregado al contrato dos palabras que modificaron el espíritu de la cláusula del ministerio. Pusieron que permitía rescindir el contrato ‘el atraso en el pago de dos cuotas consecutivas o no’”.
La mujer pagó la totalidad del precio requerido por la empresa a menos de un mes del viaje y luego hizo la denuncia ante la Dirección Nacional de Defensa del Consumidor y Arbitraje del Consumo, por lo que se encuentra en mediación con la empresa.
“Cuando vieron que inicié las denuncias, me mandaron un mail ofreciéndome la devolución de 154 mil pesos, cuando yo pagué extra 270 mil. En ese mail decía que, si me hacían el reintegro, yo renunciaba a continuar con el reclamo, por lo que lo ignoré”, contó.
También reportó el caso a la Dirección Nacional de Agencias de Viajes del Ministerio de Turismo, que ya recibió 109 denuncias de turismo estudiantil en 2022 y 85 en lo que va del 2023. Estas incluyen reclamos por incumplimiento contractual, cambio en las prestaciones o cronogramas de viaje, oferta y venta sin certificado habilitante de turismo estudiantil, y demoras en la carga de la Cuota Cero.
Otra situación que reportaron distintos padres a este diario es el cambio de las condiciones contratadas, cuando el grupo tiene alumnos que quedaron en lista de espera y se reincorporaron luego.
Laura Echezarreta fue la madre firmante del contrato en representación de un grupo de 27 pasajeros del colegio ORT de Belgrano. El contrato establecía que tendrían un liberado cada nueve chicos, pero cuando cuatro de los 27 quedaron «en lista de espera», la agencia les cambió de hotel y la cantidad de liberados, porque eran menos pasajeros «activos».
Desde el sector empresario, apuntan que cada vez más familias entran en morosidad. «Los que ya están cerca del viaje se cuidan más. En cambio, entre los que están en los primeros meses de pago la morosidad creció un 20% respecto a 2022», aseguró a Clarín Adrian Manzotti, responsable de la Comisión de Turismo Estudiantil de la Federación Argentina de Asociaciones de Empresas de Viajes y Turismo (FAEVyT).
Manzotti señaló que hace más de 20 años que rige la regla de que se «pierde el congelamiento al tener dos cuotas sin pagar» y explicó que «el problema hoy en día es que se siente mucho la actualización por el índice inflacionario anual«, aunque las formas de gestión varían entre las 250 agencias de viajes.
«El gran problema es el precio fijo. El que viene pagando en cuotas desde 2022, están viajando 8 días, en avión, con entradas de disco incluidas, por 180 mil pesos. Pero hoy, entrar en una disco en Bariloche, sale entre 10 y 12 mil pesos. Ahí está el desfasaje», comentó.
A eso se suma que «en Bariloche, juega en contra que los prestadores les están dando prioridad a los turistas extranjeros, y a veces dan menos reservas» a las agencias de viajes estudiantiles, aseguró Manzotti y agregó que eso «obliga a llevar menos pasajeros semanales y estirar la temporada».
«Esto repercute en los grupos que no se mantienen regulares (en cuanto a los pagos), ya que aparecen agregados y para poder subirlos, tenés que mover fechas», afirmó
Para hacer denuncias ante Defensa del Consumidor, los canales disponibles son @dndconsumidor en Twitter, Instagram o Facebook, y a través del sitio web argentina.gob.ar/reclamosconsumidor.
Costos extra
Para el contingente de estudiantes de un colegio de San Telmo en el que viajó la hija de Silvia no solo se repitió la situación de pasajeros que quedaron en «fila de espera» hasta menos de un mes antes de viajar, sino que surgieron otros costos que no habían sido contemplados.
«A nosotros no nos incluyeron el seguro del hotel, que terminaron siendo 30.000 pesos que se reintegran pero hubo que llevar en efectivo, más otros casi 40.000 entre la tasa de embarque y el seguro de la ropa de nieve. Eso no te lo dicen en su momento, es un gasto que no calculás«, cuenta a este diario.
Según el responsable de FAEVyT, «los seguros de ropa generalmente son opcionales, mientras que las que sí son obligatorias son las tasas de embarque, que ya se deja explicado en las contrataciones que no estan incluidas, porque no se pueden fijar hasta el momento de viajar».
Sin embargo, el abogado Fernando Blanco Muiño, ex director Nacional de Defensa del Consumidor entre 2015 y 2019, resaltó que en cualquiera de los puntos «el derecho del consumidor se asienta en la información clara y veraz según el artículo 4 de la Ley 24.240, por lo que todo lo que no sea correctamente informado no es parte del contrato«.
Además de estos gastos, hay otros «extra» que ya son parte de la rutina de las noches en los boliches y que también implican, en muchos casos, erogaciones de dinero en el tramo previo al viaje. «Todas las noches tienen fiestas distintas para las que tienen que llevar una ropa en particular, como un disfraz o indumentaria de cierto color. En las últimas semanas, no sé cuánto gasté en los outfits. Y eso que fuimos a comprar a Avenida Avellaneda», cerró Silvia.
AS