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Marcas enfrentan el desafío de reforzar la conexión humana en la era de la inteligencia artificial

La inteligencia artificial (IA) dejó de ser una promesa futurista para convertirse en una herramienta cotidiana y transformadora que atraviesa distintos sectores, generaciones y estilos de vida en la Argentina.

Así lo revela un reciente informe de Omnicom Media Group (OMG), que analiza en profundidad la adopción, el uso y el impacto de la IA en el mercado argentino y propone claves estratégicas para que las marcas capitalicen esta tecnología.

Según este reporte, más de 27 millones de argentinos —más de la mitad de la población— ya utilizan alguna herramienta de inteligencia artificial, un fenómeno que se replica a nivel global con una velocidad inédita y que ya forma parte integral del trabajo, la educación, el entretenimiento y la vida doméstica.

Un mercado argentino en plena expansión y transformación

La adopción de la inteligencia artificial en la Argentina avanza a pasos acelerados. “La IA en Argentina está atravesando una fase de expansión acelerada, que trasciende edades y sectores. Ya no es una promesa futura: se ha integrado al día a día de trabajadores, pymes y consumidores, marcando un punto de inflexión cultural y tecnológico”, señaló ante iProfesional Gigi Insaurralde, directora de estrategia y perspectivas de OMG Argentina.

Este crecimiento, que es exponencial y sostenido, confirma un mercado en constante transformación. Para Insaurralde, ya no se debe hablar únicamente de “adopción”, sino de “capitalización”: las marcas deben preguntarse no si la IA llegó para quedarse, sino cómo utilizarla para rediseñar procesos, conectar mejor con sus audiencias y construir ventajas competitivas en tiempo real.

Este cambio cultural y tecnológico implica que la IA está dejando de ser un recurso técnico para convertirse en un terreno cultural y emocional que obliga a repensar las relaciones entre marca y consumidor. En un ecosistema donde los hábitos cambian a velocidad en tiempo real, la capacidad de adaptación sin pérdida de humanidad será clave para la relevancia de las marcas.

Gigi Insaurralde

La inteligencia artificial en la rutina diaria del consumidor

El reporte destaca que los argentinos utilizan la inteligencia artificial para una amplia diversidad de actividades cotidianas. Más allá de herramientas conocidas como ChatGPT, la IA se aplica en automatización de tareas, personalización digital, entretenimiento e incluso cuidado personal.

Los ejemplos van desde sugerencias de peinados en tiempo real hasta la generación de memes con “prompts”, pasando por asistentes emocionales y programas de televisión con integración de IA. Este desplazamiento del rol de la IA al centro de la experiencia diaria redefine completamente el terreno competitivo para las marcas.

“Innovar no solo con formatos, sino con lenguajes y expectativas nuevas generadas por la IA, es lo que impulsa a pensar en sistemas de interacción vivos que aprenden, se adaptan y responden mejor a las necesidades del consumidor”, explicó Insaurralde. Esto implica abandonar las campañas tradicionales para pensar en experiencias hiperpersonalizadas y dinámicas, conectadas constantemente con las audiencias.

Audiencias jóvenes y sofisticadas: los usuarios más receptivos

Los grupos más receptivos a la inteligencia artificial en la Argentina son los jóvenes de entre 18 y 44 años, especialmente la Generación Z y los Millennials de nivel socioeconómico medio-alto. Este segmento, por regla general, está hiperconectado y posee una curiosidad natural que lo lleva a adoptar la IA como una forma de simplificar rutinas, ahorrar tiempo y personalizar decisiones.

Según el informe, “este grupo ya no responde a campañas tradicionales. Requiere interacciones que sumen valor en tiempo real, habiliten el juego y estén diseñadas para la cocreación. Son usuarios, pero también curadores y amplificadores de la marca”.

Esta evolución implica un cambio radical para las marcas y sus estrategias: se debe privilegiar la autenticidad, la velocidad y la adaptabilidad para conectar con una audiencia que está en constante cambio y busca experiencias que puedan co-crear o transformar.

Entre el optimismo y la cautela: mitos y realidades sobre la IA

La percepción colectiva de la inteligencia artificial en la Argentina está marcada por una doble narrativa. Por un lado, existe un gran entusiasmo por su potencial transformador; por otro, hay cautela respecto a sus posibles efectos colaterales, como la difusión de noticias falsas. El informe revela que el 78% de los usuarios confía en la IA, pero más de la mitad expresa preocupación por la desinformación.

Esta ambivalencia presenta una oportunidad estratégica para las marcas: “Las marcas que lideren con transparencia, criterio y propósito van a consolidarse como referentes confiables en un entorno de alta ambigüedad”, destacó Andrés Gragnolatti, analista de estrategia de OMG. No basta con ser un “early adopter”; ahora es fundamental saber cuándo, cómo y para qué usar la IA, especialmente en mercados donde las audiencias están cada vez más informadas, son exigentes y co-creadoras.

Privacidad y ética: desafíos para generar confianza

En cuanto a privacidad y uso de datos, los consumidores argentinos están cada vez más conscientes de la importancia de la protección de sus datos e instan a las empresas a adoptar un uso ético y transparente del big data y los algoritmos. La automatización no puede ser percibida como una despersonalización, por lo que el criterio humano sigue siendo indispensable, principalmente en decisiones sensibles.

La confianza se convierte en una nueva moneda de valor. Las marcas que logren explicitar cómo usan la IA, con qué propósito, van a diferenciarse”, afirmó la directora de OMG. Este contexto obliga a las empresas no solo a utilizar la IA con responsabilidad, sino también a comunicar esta responsabilidad para construir relaciones sólidas y duraderas con sus audiencias.

Desafíos culturales y organizacionales para las marcas

Más allá de lo tecnológico, los mayores retos para las marcas argentinas están en la cultura y la organización interna. Adaptarse a la velocidad y dinámica que impone la IA requiere dejar atrás estructuras lineales y abrazar la agilidad, la experimentación y el aprendizaje continuo.

Para ello, las marcas deben rediseñar sus procesos creativos, métricas y cultura interna para incorporar a la IA como una aliada estratégica. Se necesita una mentalidad “test & learn” y equipos capacitados en prompting junto con un fuerte criterio analítico que ayude a convertir insights en contenido relevante y conexión cultural. “Las marcas que entiendan esto primero serán las que ganen terreno en esta nueva era”, sostuvo Insaurralde.

La creatividad humana en la era de la IA generativa

Lejos de ser desplazada, la creatividad humana se vuelve aún más estratégica en un entorno dominado por la capacidad generativa de la IA, que puede producir contenido masivo y a escala. “El diferencial estará en las ideas con propósito, sensibilidad cultural y timing emocional. La IA potencia, acelera y automatiza, pero es la mirada humana la que dota de sentido, contexto y profundidad”, explicó Insaurralde.

El equilibrio entre eficiencia y autenticidad se logra usando la IA como aliada en la ejecución, pero manteniendo el liderazgo creativo en la interpretación y la visión. Esta combinación será clave para diferenciar a las marcas y conectar genuinamente con sus audiencias.

Claves estratégicas para marcar la diferencia

Desde OMG destacaron tres claves para que una marca pueda posicionarse de forma relevante en esta nueva era de la IA:

  • Capitalizar la conversación cultural: Las marcas deben estar atentas al pulso social y aprovechar el timing, tono y formatos emergentes, como lo hizo la marca Ariel con una pieza completamente generada por IA que sorprendió por su disruptividad.
  • Personalizar sin invadir: Las marcas deben ofrecer contenido hiperpersonalizado que respeta el criterio humano, creando experiencias genuinas y relevantes en lugar de automatizar por automatizar.
  • Transparencia y ética tecnológica: Mostrar claramente cómo se usa la IA, cuál es su propósito y cuáles son sus límites es fundamental para construir confianza en consumidores cada vez más críticos y conscientes.

Hipersegmentación con empatía

La IA permite hipersegmentaciones sin precedentes, pero es vital gestionar esta capacidad con empatía para no cruzar la línea de lo intrusivo. Las marcas deben enfocarse en conocer los intereses genuinos del consumidor y ser responsables en cómo utilizan esa información. “La confianza, una vez quebrada, es difícil de recuperar”, advirtieron desde OMG.

Nuevas métricas para medir el éxito

El informe señala que la medición del éxito de campañas debe evolucionar. Ya no es suficiente contar impresiones o clics, sino que es clave evaluar la relevancia contextual, el engagement orgánico, la velocidad de reacción a tendencias y la personalización a escala.

El verdadero retorno de inversión está en la conexión profunda con audiencias, no solo en la rapidez del alcance. Según Insaurralde, el cambio debe ser visto como “una evolución desde la lógica de performance hacia una lógica de conexión significativa”.

La era de la inteligencia artificial abre a las marcas argentinas un territorio inédito de audiencias hiperconectadas y exigentes, procesos rediseñados y posibilidades creativas infinitas. Sin embargo, en este nuevo escenario cultural, emocional y tecnológico, la transparencia, la ética y el protagonismo humano se vuelven imprescindibles para construir relaciones duraderas que trasciendan el ruido y el escepticismo.

Insaurralde lo resumió así: “Estamos ante una transformación profunda que redefine cómo las marcas se relacionan con las personas. (…) La capacidad de adaptarse sin perder humanidad será clave para las marcas que buscan mantenerse relevantes”.

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