El Movimiento de Integración y Desarrollo (MID) atraviesa un momento clave en su historia reciente, tanto en el plano nacional como en el provincial.
Fiel a su tradición desarrollista y liberal, el partido ha demostrado que su compromiso es con las ideas y con la gente, más allá de las coyunturas políticas y de los alineamientos circunstanciales.
En el Congreso de la Nación, el bloque encabezado por Oscar Zago y acompañado por Eduardo Falcone marcó un punto de inflexión en los últimos días. La conformación de un nuevo espacio parlamentario —tras la decisión de Zago de romper con el interbloque que integraba junto al PRO— reflejó el camino autónomo que el MID decidió transitar frente a un gobierno nacional que en un principio intentó escuchar, pero que finalmente desoyó las propuestas de quienes buscaban contribuir con responsabilidad al rumbo del país.
Otro claro ejemplo, fue la posición de Falcone en la Comisión de Presupuesto, donde señaló la necesidad de que José Luis Espert dé un paso al costado de la presidencia. La intervención puso sobre la mesa el debate sobre la conducción de una de las comisiones más relevantes del Congreso y ratificó que el partido no teme levantar la voz cuando se trata de defender la institucionalidad y el buen funcionamiento del Parlamento.
En paralelo, en la provincia de Corrientes, el MID también viene consolidando su rol dentro de la coalición Vamos Corrientes. En las elecciones del 31 de agosto, que consagraron a Juan Pablo Valdes como gobernador, el MID, encabezado por Antonio Barros Perkins, tuvo un desempeño destacado en municipios como Ituzaingó, Paso de los Libres, Mercedes y Empedrado, logrando representación con cuatro concejales y reafirmando su peso territorial.
El paralelismo es evidente: en la Nación, el MID mantiene su autonomía y marca su posición con claridad, aunque eso implique tomar distancia de espacios de mayor volumen político.
En Corrientes, en cambio, apuesta al camino de la integración y el desarrollo de la mano de Gustavo Valdés, convencido de que ese rumbo coincide con sus principios históricos.
La enseñanza que deja este doble movimiento es que el MID no se rinde a las lógicas de poder, sino que permanece fiel a sus convicciones. En el Congreso, con Zago y Falcone, el partido demuestra que la autonomía es una herramienta indispensable para marcar rumbos distintos cuando los gobiernos se alejan de las soluciones que la sociedad reclama. Y en Corrientes, el MID reafirma su compromiso con el desarrollo y el futuro, aportando dirigentes y representación territorial.
En un escenario político donde abundan los cálculos de corto plazo, el MID apuesta a la coherencia, la institucionalidad y el desarrollo como faros que orientan su accionar. Esa coherencia es la que hoy lo posiciona como un actor político con peso propio, capaz de influir tanto en la discusión nacional como en la construcción provincial. Porque para el MID, más que ocupar cargos, se trata de construir futuro.