Una herramienta clave para reducir riesgos, desde cataratas hasta tumores, según advierte un nuevo informe.
Las gafas de sol constituyen un objeto que va más allá de los fines estéticos y de moda. De hecho, se convirtieron en un escudo para proteger la vista del sol, previniendo así enfermedades a largo plazo como cataratas o algunos tipos de tumores. En este aspecto, especialistas subrayan que los rayos ultravioleta presentan efectos acumulativos a lo largo de la vida.
La evidencia científica
Expertos de la Sociedad Española de Oftalmología (SEO) indicaron que los riesgos de la exposición al sol sin protección en los ojos “son muchos”. Y reforzaron: “La mayor incidencia de cataratas, de degeneración macular, y con la exposición a largo plazo la aparición de tumores a nivel de la superficie ocular”.
Si bien no es la causa, se trata de uno de los factores desencadenantes de este tipo de patologías. Así, por estar en la calle unas horas, días, o un mes sin gafas de sol frente a la luz solar, a largo plazo pueden verse algunas consecuencias.
“Los riesgos acumulados son sobre múltiples estructuras del ojo, desde la superficie y pueden favorecer la aparición de determinadas neoplasias”, añadieron. Asimismo, el no llevar gafas de sol también puede acrecentar los síntomas del ojo seco.
Por otra parte, en ocasiones, si la incidencia del sol es muy intensa, sobre todo cuando se refleja en una superficie muy clara, como la nieve, tener los ojos expuestos aunque sea por poco tiempo puede causar dolorosas lesiones en la córnea, como queratitis inflamatoria, fruto de los rayos ultravioleta.
Por todo ello, las gafas de sol homologadas, con filtros ultravioleta adecuados, son una medida preventiva “totalmente aconsejable” para evitar riesgos y proteger la salud de los ojos.
EFE