Miguel Angel Pesce, presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA), institución que el candidato presidencial Javier Milei quiere destruir, obtuvo la peor calificación en un ranking de banqueros centrales que hace la revista especializada Global Finance, de Estados Unidos.
La publicación calificó a Pesce con la letra F, la peor en su ranking, nota que también le puso a los titulares de los Bancos Centrales de Laos, Bounleua Sinxayvoravong, y de Venezuela, Calixto Ortega Sánchez.
Para elaborar el listado y las calificaciones, los especialistas de la revista evalúan distintas métricas como la independencia política, los diferentes programas de compra de activos y venta de bonos, la política monetaria, supervisión del sistema financiero, pronósticos y orientación, transparencia, y éxito en el cumplimiento del mandato nacional.
«El Banco Central de la República Argentina sigue siendo incapaz de controlar la inflación, que fue del 94,8% en 2022 y aún elevada en el primer semestre de 2023. Una encuesta entre economistas privados estima que la inflación podría aumentar casi un 150% y el PIB podría contraerse un 3% a finales de año», señala la publicación.
En otro párrafo, precisa: «A mediados de agosto, el gobierno devaluó su moneda casi un 18%. Mientras tanto, el Banco Central aumentó la tasa de interés de referencia en 21 puntos porcentuales hasta el 118%».
Gobal Finance, consultó al analista de riesgo país de BMI, Fitch Solutions, Ash Khayami: «El canal de crédito en Argentina es increíblemente pequeño, lo que significa que los aumentos de tasas desaceleran mucho menos la economía que en sus países pares como Colombia y Brasil».
Miguel Pesce, calificado entre los peores banqueros centrales.Sin nombrarlo, Khayami se refirió a Sergio Massa para calificar a Pesce: «En segundo lugar, el BCRA carece de independencia, no sólo porque el Ministro de Hacienda en funciones establece gran parte de la política monetaria, sino también debido a la actual ampliación del acuerdo de facilidades extendidas por la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que sostiene que el BCRA debe mantener una tasa de interés efectiva real positiva».
En contra posición a la nota de Argentina, los mejores banqueros centrales fueron los de India, Shaktikanta Das; Suiza, Thomas Jordan; y Vietnam, Nguyen Thi Hong.
En Latinoamérica, remarcaron a Diego Labat, el presidente del Banco Central del Uruguay (BCU). Obtuvo una «A» por su desempeño en 2023 y es la mejor calificación para un titular del BCU desde 2014.
Miguel Pesce defendió las Leliq y evitó hablar de la brecha y la inflación
Hace 10 días, Miguel Ángel Pesce, defendió las Leliq de las críticas del debate presidencial.
A través de una nota publicada en el sitio oficial del banco bajo el título «Letras de liquidez, problema u oportunidad», argumentó a por qué el instrumento de las Leliq sirven para evitar que la inflación siga subiendo, no generan más déficit fiscal y por qué la clave pasa por aumentar la demanda de crédito en los próximos años en lugar de reestructurar esta deuda o canjearla como sugieren quienes están a favor del plan de dolarización que plantea Javier Milei.
Pesce habló de la restricción externa como limitante del crecimiento pero no dijo nada que la diferencia de 130% entre los tipos de cambio generan incentivos para no liquidar divisas.
Miguel Pesce, en Casa Rosada. Foto Federico López ClaroPesce aseguró que los cerca de $15 billones que la autoridad monetaria tiene como principal pasivo, las llamadas Letras de Liquidez (Leliq), preservan el valor relativo del ahorro y son “una oportunidad” para desarrollar el mercado de capitales local, y aseguró que asimilar su remuneración “al déficit fiscal es un error que puede conducir a políticas equivocadas”.
En documento público difundido esta tarde, titulado “Leliq, problema u oportunidad”, Pesce señaló que el volumen de las Leliq son la consecuencia del “desbalance entre la capacidad prestable y la demanda efectiva de crédito”.
En ese sentido, el presidente del BCRA explicó que los bancos cuentan con depósitos en pesos por el orden de los $35 billones, de los cuales $18 billones son colocaciones a plazo fijo y $12 billones son préstamos al sector privado.
DB