Por la falta de reservas y las presiones cambiarias que se esperan después del balotaje, el Banco Central fue cerrando cada vez más la canilla de dólares a los importadores en noviembre. El ajuste se refleja en los faltantes de insumos, dificultades para obtener permisos de importación y en las menores divisas que autorizó para las compras en el exterior.
En primer lugar, hubo una fuerte caída del volumen operado entre lo que liquidan exportadores y compran importadores. «Entre las PASO y la primera vuelta se operó un promedio diario de US$ 363 millones y desde el 23 de octubre el promedio diario operado bajo a US$ 283 millones por mayores restricciones en el pago de importaciones», señaló Carlos Pérez, al frente de la Fundación Capital.
En ese contexto, el BCRA giró un promedio de US$ 250 millones diarios a los importadores en las últimas 10 ruedas, por debajo de los US$ 500 millones en mayo y agosto antes de las PASO. «Estamos en mínimos este año, es un cepo muy ajustado, todo lo que liquidan los exportadores lo absorbe el Central y no le gira a los importadores», señaló Salvador Vitelli, economista de Romano Group.
De esa manera, la contención de la demanda es la principal herramienta del Central para comprar reservas en el mercado de cambios. Esto le permitió hilar 14 ruedas consecutivas con saldo comprador neto en el mercado de cambios y adquirir en la semana casi US$ 80 millones a un promedio diario de US$ 20 millones, bastante menos que la media de la semana pasada (US$ 58 millones), según Ecolatina.
El Gobierno viene de ampliar el «dólar exportador» y restringir aún más la compra de dólar financiero ($ 200 millones diarios). Sin embargo, pese al saldo positivo del BCRA, las reservas netas siguieron cayendo y cerraron la semana pasada negativas en cerca de US$ 10.000 millones, por debajo de la semana previa por los pagos de deuda efectuados al FMI.
«Siguen girados en reservas negativas, la situación es cada vez peor, han frenado muchos pagos a las importaciones, mucho más en las últimas dos semanas, también los exportadores de cerealeras están frenando la demanda con todo, por ello crece la deuda comercial, la única herramienta que permita que el flujo de operaciones se mantenga alto», dijo Santiago Manoukian, economista jefe de Ecolatina.
Desde julio, según operadores de comercio exterior, comenzaron a “fallar” los pagos. En septiembre hubo “reperfilamientos” de SIRA y el día después de la elección, quedó todo virtualmente frenado. El cálculo que hacen en el sector es que se necesitan US$ 330 millones por día hábil para cubrir las importaciones, pero los importadores creen que el Banco Central ya no tiene dólares para todos.
La falta de divisas para importar combustible impactó hace dos semanas en el desabastecimiento en estaciones de servicio y, en los últimos días, en la reprogramación de estudios médicos. Esto último derivó en reuniones de las cámaras del sector con el Ministerio de Salud y la secretaría de Comercio para destrabar SIRAs y permitir el ingreso de insumos médicos, conversaciones que continuarán esta semana.
Pese a que el Gobierno anunció la ampliación del segundo tramo del swap con China, continúa llamando la atención la baja utilización de yuanes para el pago de importaciones, tal como anticipó Clarín. En algunos despachos oficiales, aseguran que ese tramo nunca llegó en medio de la incertidumbre electoral, mientras algunos analistas creen que Sergio Massa se guarda los yuanes para la transición.
SN