Francisco Cerúndolo cayó en dos sets, 6-4 y 6-3, frente al el polaco Hubert Hurkacz y se despidió del Masters 1.000 de París tras una gran semana donde pudo mostrar su gran tenis y hasta se dio el gusto de eliminar al número 8 del mundo, Casper Ruud.
El argentino reconoció que la decepción por la derrota en octavos de final contra el polaco Hurkacz le durará poco, porque puso fin a una temporada donde cumplió «todos los objetivos».
«Estoy muy contento, el haber irrumpido en el top 20, de haber ganado otro título, el haber conseguido muy buenas victorias, en Grand Slam, top-10, todo eso lo voy a valorar. Pero fue un gran año en el que cumplí todo que tenía como objetivos. Se disfrutó mucho» aseguró el de Buenos Aires, de 25 años, tras caer por 6-4 y 6-3.
Destacó como sorpresa su triunfo en el torneo de Eastbourne, disputado sobre hierba, una superficie en la que ni él mimo se esperaba y aseguró que le habría gustado tener mejor balance en los Grand Slam.
En Roland Garros se quedó a las puertas de los cuartos de final al perder en el super-tiebreak contra el danés Holger Rune y en Estados Unidos también pudo ganar su duelo de segunda ronda contra el checo Jiri Vasely.
Cerúndolo consideró que esta fue su temporada de consolidación entre los mejores, en la que ha pasado de ser un top-30 a ser un top-20, lo que viene acompañado de una presión suplementaria: a partir del año que viene saltará a la pista como favorito en muchos partidos, algo que deberá aprender a gestionar.
No fue el caso de su duelo contra Hurkacz, undécimo cabeza de serie y uno de los tenistas en mejor forma del momento, con solo dos derrotas en sus últimos 17 partidos, incluida la victoria en la final del Masters 1.000 de Shangai.
El polaco le dio pocas opciones, muy asentado en un servicio demoledor que le llevó a anotar 8 puntos directos de saque, en la media del único jugador que ha superado el millar esta temporada.
«Es difícil ganarle aquí, viene con muy buenos resultados y tiene golpes que en una pista como esta te hacen mucho daño. Eso le da confianza y te impide romperle el ritmo», dijo el argentino, que se quedó a las puertas de sumar su victoria 40 de un año fuera de lo normal.
«No me voy con bronca, era un rival difícil, no es como si hubiera perdido contra alguien que viene mal o al que debía ganar. Es cierto que cometí algunos errores», lamentó el argentino.
Fran Cerúndolo hizo un balance positivo de un gran año. Foto: EFE Cerundolo valoró positivamente sus dos primeros triunfos en el Masters 1.000 de París, en partidos nada fáciles, contra el veterano ídolo local Gael Monflis, al que derrotó en tres sets en la pista central y con todo el público en contra, y frente al noruego Casper Ruud, favorito número 8.
«Creo que hice un gran torneo, jugué muy buenos partidos aquí y perdí contra un gran rival», analizó.
El argentino, número 21 del mundo, comenzó bien el duelo contra Hurkacz y llegó a colocarse 3-1 tras quebrarle un saque al polaco, algo difícil.
Pero la reacción del de Breslavia, que todavía tiene opciones de acabar el año entre los ocho mejores y jugar el Masters de Turín, no se hizo esperar y encadenó cuatro juegos consecutivos que le permitieron sumar el primer set.
Golpe mortal para Cerundolo, que ya tuvo que remontar un set en contra en su debut contra el francés Gael Monfils y que ahora se veía en la misma tesitura, solo que contra un rival que atraviesa un momento dulce.
La fama de matagigantes que se ha ganado el argentino, que con la victoria ante el noruego Casper Ruud en la segunda ronda se había cobrado ya cinco top-10, planeó sobre la pista secundaria del complejo parisiense, la misma en la que derrotó al escandinavo.
Cerúndolo llegó a igualar a 3 arrebatando de nuevo el sólido servicio del polaco, pero no supo mantener el ritmo y cedió los tres juegos siguientes y el partido.
Con información de EFE