“El Camp Nou estará a punto en noviembre del 2024 salvo una hecatombe”, “El Barcelona volverá a jugar en el Camp Nou en febrero”, “10.08.2025, ¡nos vemos en casa! El regreso tendrá lugar con motivo del Trofeo Joan Gamper”, “La opción de jugar en el Camp Nou en septiembre está muy viva”. Septiembre del 2025: se pasó de la promesa de jugar con 60.000 hinchas a 27.000. Ahora serán solamente 6.000 y ni siquiera en su estadio…
A casi tres años de haber mudado su localía, el Camp Nou pasó de ser un sueño para el Barcelona a una pesadilla. La dirigencia, encabezada por Joan Laporta, hizo malabares de todo tipo para obtener inversiones que le permitan remodelar completamente la casa de su equipo a pesar de la difícil situación financiera. Por eso, en 2023 el plantel pasó a jugar en el estadio Olímpico de la ciudad, añorando volver en el corto plazo gracias a los permisos de primera fase de obra, los cuales nunca llegaron y no parecen estar a la vista.
Por eso, la ilusión de volver a un Camp Nou habilitado para 60.000 hinchas se disipó rápidamente. No era descabellado hacerlo con 27 mil espectadores, tal como lo permite el famoso permiso de fase 1, pero increíblemente, esto sigue sin poder darse.
Ni siquiera el hecho de jugar los primeros tres partidos de LaLiga de visitante -pedido especial que hizo la CD para poder llegar a la reinauguración- dieron tiempo para que el Barsa pudiera volver a su casa. Y para colmo, este domingo ante el Valencia, ni siquiera podrá jugar en el Olímpico, por lo que se mudará al Johan Cruyff, estadio que tiene una capacidad para ¡6.000 personas!
El Barcelona hará de local en el Johan Cruyff, de 6.000 espectadores (REUTERS/Albert Gea).
Si, el Barcelona no tuvo otra opción que activar el plan C, porque el Lluís Companys estará ocupado este fin de semana por la realización de un concierto, así que no le quedará otra que jugar en el estadio donde hacen de local el Barcelona B y el equipo femenino. Pero ojo, porque antes de confirmar que el encuentro se jugaría allí, Laporta y compañía tuvieron que luchar por conseguir más permisos ya que el Cruyff no cumple con la capacidad mínima que exige LaLiga -8.000 espectadores- aunque desde el ente que maneja el torneo local decidieron “apiadarse” siempre y cuando el club cumpla con el hecho de implementar correctamente la logística que requiere un partido de primera división.
Así, el Barcelona hará de local con el Valencia en un escenario que estaba muy lejos de ser el planeado. Además, las constantes promesas incumplidas por Laporta llevaron a que haya un gran malestar entre los socios, que se ven perjudicados por el hecho de no poder ir a ver a su equipo. Por eso, hace unos días, el presidente prefirió ser cauto esta vez y ya no promete una fecha certera para el regreso: “Volveremos al Spotify Camp Nou lo antes posible, queda poco, pero no puedo precisar el momento”, dijo Laporta este jueves. ¿Será en la próxima fecha ante Getafe? Ni él lo sabe.
La vuelta al Camp Nou, sin fecha confirmada.
Los socios y un malestar que crece cada vez más
Si hay algo que se le puede resaltar a Laporta es que ha sabido salir ileso en varios de los golpes que recibió su gestión. Sin ir más lejos, logró aplacar los ánimos por la sorpresiva salida de Messi del club a mediados del 2021, consiguió anotar a todas las incorporaciones que realizó a pesar de los problemas con el fair play financiero y, como se nombró antes, logró el financiamiento para aumentar la capacidad del Camp Nou a 106.000 espectadores.
Pero lo que no consigue es el permiso del ayuntamiento para que los hinchas puedan ir a su cancha aún con el estadio sin terminar, tal como lo hizo el Real Madrid en su momento. En más de una oportunidad confió en que esto se iba a dar porque “tenemos los papeles”. Pero algunas entregas tardías de documentación e inspecciones que no fueron aprobadas por el gobierno catalán llevaron a que los hinchas se vean desilusionados en ya varias oportunidades.
Las constantes promesas incumplidas de Laporta causan malestar en los hinchas (Foto: FCB).
Para colmo, a este partido en el Johan Cruyff solamente podrán ir los hinchas que salgan favorecidos de un sorteo en el que no podrán participar todos. Solamente tienen permiso de anotarse 16.151 socios, que son aquellos que asistieron a todos los partidos jugados en el Olímpico durante las temporadas 2023/24 y 2024/25. Un filtro mega estricto.
De esos poco más de 16 mil hinchas, solo 6.000 tendrán acceso a la venta de entradas para ver debutar a su equipo de local en LaLiga en un escenario atípico como lo es el Johan Cruyff, el cual se encuentra muy lejos de los supuestos 60.000 simpatizantes que se había prometido para la primera vuelta al Camp Nou.
El retraso en la vuelta a casa, un dolor de cabeza financiero
La postergada vuelta causa problemas financieros (REUTERS/Albert Gea).
Para colmo, las postergaciones a la renovada cancha del Barcelona tienen un impacto negativo en lo económico para un club que, precisamente, necesita recaudar. Y es que las obras del Barsa no solamente incluyen a su estadio, sino que también recurrió a inversionistas para renovar los alrededores construyendo gimnasios y un nuevo microestadio. Pero esto no puede comenzar hasta que el Camp Nou avance a sus etapas finales, y mientras esto no suceda, los inversores comienzan a cobrar intereses (en diciembre se deberían abonar 44 millones de euros).
Pero acaso el golpe financiero más fuerte tiene que ver con su principal sponsor: Spotify, que justamente tendrá el naming del estadio. Y es que la empresa de música sueca se comprometió a pagar 20 millones de euros anuales una vez que la cancha tenga terminadas el 90% de las obras. Mientras tanto, lo que percibe el Barcelona son apenas cinco millones y, si en 2028 no llegara al objetivo (algo que a esa altura ya sería un escándalo sin precedentes), Spotify tendría la opción de rescindir el contrato unilateralmente.
Por eso, el Barcelona se apura para, por lo menos, recibir el OK para jugar con 27.000 hinchas en su casa después de dos años. Ya no hay fechas concretas para el regreso, más allá de que la vicepresidente deslizó su deseo para que sea en el debut por la Champions League. Pero la realidad es que no está claro cuando será la vuelta, los hinchas se impacientan y, a esta altura, el Camp Nou ya es un dolor de cabeza para el Barcelona.
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