La Copa del Rey es, como se la conoce en España, el torneo de los «nocaut». La eliminatoria a partido único les da la chance a los equipos más humildes a enfrentar a los más poderosos y tener la oportunidad de dar el batacazo. Son recordadas las derrotas del Real Madrid ante el Alcoyano (2-1, en 2021) o el Alcorcón (4-1, en 2009), del Atlético de Madrid frente a Cultural Leonesa (2-1, en 2020) y del Barcelona ante Figueres (1-0, en 2001), Novelda (3-2, en 2002) y Gramanet (1-0, en 2004). En la actual edición -hasta ahora- el gran golpe lo dio Unionistas de Salamanca.
El conjunto de la Primera Federación (tercera división de España) se impuso por penales ante el Villarreal y logró el triunfo más importante de su historia: avanzó a los octavos de final y se enfrentará con el Barcelona. Fue en dos partes: el Estadio Municipal Reina Sofía (escenario que se abrió al público en 2021 y con capacidad para 5.000 personas) sufrió un corte de luz durante la prórroga en la noche del domingo cuando habían terminado 1-1 en los 90 y el partido se completó al día siguiente.
Después de un encuentro con poco atractivo, el Villarreal pareció resolver el trámite cuando a falta de ocho minutos para el final Ilias Akhomach estableció el 1-0. Sin embargo, Unionistas de Salamanca alcanzó el empate tres minutos más tarde a través de un penal de Alfred Planas. Después llegó el corte y el suspenso hasta el día siguiente. Este lunes se completó la prórroga y la igualdad no se modificó por lo que tuvieron que definir desde los doce pasos.
En la tanda de penales, Alberto Moreno le dio al palo y después Pepe Reina tapó uno para estirar la definición. Kiko Femenía elevó el suyo por encima del travesaño y Unionistas de Salamanca desató toda su euforia y un festejo que será eterno.
La época de oro y la desaparición de UD Salamanca SAD
Escudo del club español Unionistas de Salamanca.Unionistas de Salamanca es uno de los dos clubes que se crearon tras la desaparición de la Unión Deportiva Salamanca (allí jugaron los argentinos Diego Latorre, Gustavo Lombardi, Carlos Casartelli, Martín Cardetti y Brian Sarmiento, entre otros), una institución que había sido fundada en 1923 y que fue disuelta por resolución judicial el 18 de junio de 2013.
UD Salamanca tuvo su époco de oro en la década del 70, cuando permaneció en la primera división durante siete temporadas. Pero en los 80, el equipo cayó dos categorías y en junio de 1992 su presidente, Juan José Hidalgo (empresario español, dueño de Globalia, empresa de turismo y aviación) convirtió al club en una Sociedad Anónima Deportiva por 81 millones de pesetas (unos 500.000 euros).
El equipo volvió a primera tras dos ascensos consecutivos de la mano de Juanma Lillo. Duró poco su sueño en la élite y volvió a caer a Segunda, pero a la temporada siguiente regresó a primera. En la 97/98 tuvo un gran año deportivo con triunfos sobre Barcelona (de local y de visitante), frente al Atlético de Madrid y ante el Valencia, lo que le valió el mote de «Matagigantes».
Los jugadores de Unionistas de Salamanca celebran el triunfo sobre Villarreal. EFE/ JMGARCIAPero al año siguiente se pinchó la burbuja y el equipo cayó a Segunda. Y después de unos años de actuaciones discretas, la UD Salamanca -sumida en una profunda crisis económica e institucional- descendió a la Segunda B en la temporada 2010/2011.
Para esa época ya se había decretado la quiebra de la Sociedad Anónima, que había realizado un concurso de acreedores que eran los que administraban el club. Para 2013, el principal acreedor, el Banco Popular, no se presentó a la junta y dejó caer a la entidad. Y su administrador concursal decretó la desaparición del club. Se subastaron los derechos federativos (valuados en 500.000 euros), el estadio, el himno, los derechos de marca y los derechos de los jugadores con contratos vigentes.
El apoyo de los aficionados y la salvación de la identidad unionista
Los hinchas no dejarían caer a su club y no tardaron en hacer un movimiento que encaminara una organización para hacerles frente los problemas económicos que terminaron con la Unión Deportiva. Por eso, crearon la Plataforma de Aficionados Unionistas (PAU), que se había construido meses antes con la ilusión de salvar a su club, fue la clave para poder continuar con la identidad de la institución, aunque debía utilizarse otra nominación.
En agosto del 2013, solo dos meses después de la desaparición del club, se renombra y queda constituido el “Unionistas de Salamanca”, el nuevo club refundado por unos 500 hinchas.
«Ante esta situación de desamparo, numerosos unionistas junto con varios componentes de la plataforma decidieron lanzar un equipo que preservara y homenajeara la memoria de la extinta UDS sin suplantarla, guardando una temporada de luto. Confiamos en que estos unionistas intentarán preservar su memoria de forma correcta, partiendo en la 2014/15 de donde todo nuevo equipo federado nacido en Salamanca debe hacerlo: la categoría provincial», se puede leer en la página de Facebook de la PAU, en un posteo publicado en 2013.
«Lamentablemente, no se ha podido salvar al club que siempre será el nuestro, Por ese motivo, comunicamos la disolución de la PAU y desligamos a ésta del futuro del club Unionistas de Salamanca C.F., al que, eso sí, deseamos un futuro muy próspero y, sobre todo, muy unionista», concluye.
Los 500 hinchas que habían conformado la PAU dieron inicio a la nueva entidad y formaron la comisión directiva del Unionistas. Eligieron a su presidente y la inversión inicial salió de sus bolsillos. El club está gestionado democráticamente por sus propios aficionados a través de la máxima «un socio, un voto»; y en la actualidad cuenta con 4.000 socios que participan de las asambleas para decidir cómo será la indumentaria de la temporada, un cambio en el escudo.