Vivimos un sábado de felicidad plena en Marsella. Sabíamos que se iba a tratar de un partido muy parejo, que como dijimos la semana pasada, las chances estaban repartidas 50 y 50. El desarrollo fue vibrante, con una definición en los minutos finales, que por suerte hizo celebrar a Los Pumas con su tercera semifinal de un Mundial en la historia.
Argentina arrancó los primeros minutos muy decidido a atacar, falló un penal, quedó dos veces a las puertas del try pero no lo logró. A partir de ese momento, Gales sorprendió con su juego, dominaron todas las facetas durante los 30 minutos posteriores, siendo superiores y sacando una diferencia importante en el marcador.
Pero hubo una jugada que cambió el partido y no fue el tackle heroico de Matías Moroni, sino el line que ‘pescó’ Guido Petti en el ataque de Gales, la salvada de Mateo Carreras y a partir de ahí se convirtió en otro encuentro. Los Dragones Rojos empezaron a dejar el protagonismo que habían tenido y Los Pumas empezaron a sumar con el pie.
En el segundo tiempo fue casi todo de Los Pumas, donde los cambios funcionaron otra vez: la entrada de Agustín Creevy fue tremenda con dos pescas fundamentales, Nico Sánchez y la palomita de la tranquilidad, Bazán Vélez que le dio más dinámica al juego, Tute Moroni con esa acción que vamos a recordar por siempre y que definió el partido.
Fotos Emmanuel Fernández / Enviado especial – CLARIN Sigo insistiendo en que todavía Los Pumas no llegaron al ciento por ciento de sus posibilidades, pero están jugando por momentos buen rugby. Podemos esperar mucho más de este equipo, que logró el segundo objetivo que es jugar siete partidos en el Mundial.
Los Pumas, en 2007. El equipo de 2007 durante todo el campeonato jugó defensivamente muy bien y fue su arma fundamental, con un Juan Martín Hernández muy efectivo a los palos, que cuando llegó a enfrentar a Sudáfrica en semifinales intentaron jugar más y no les fue bien.
En 2015, la que me tocó conducir, llegamos a semifinales intentando jugar siempre y con un 60 o 70% de los jugadores que en Francia ahora pagamos la inexperiencia de ese momento. Nos topamos con una Australia mucho más experta, a la que dominamos en las estadísticas generales, pero que nos hizo pagar los errores que cometimos sobre todo en el inicio del partido, donde rápidamente se nos pusieron 14-0.
Los Pumas, en 2015. Foto: AP / Tim IrelandY este plantel de 2023 está jugando un rugby en crecimiento, porque no arrancó bien pero supo recuperar la confianza poco a poco. Este sábado ante Gales estuvo muy bien, sobre todo el line, los propios y principalmente los defensivos, fueron fundamentales.
Si se permite, es un mix entre el de 2007 y el de 2015. Más allá que el cruce de semis es muy difícil, hay que seguir soñando, hay mucha fe en este equipo.