El Banco Central cortó este lunes su racha de compras y salió a vender US$ 92 millones, en un mercado con escasa oferta por el mal tiempo y el paro de los aceiteros y el Senasa, que frena las operaciones en el puerto de Rosario.
Con esto interrumpió un ciclo de 40 días sin ventas, que le habían permitido acumular a lo largo de abril US$ 3.154 millones y desde diciembre pasado US$ 14.530 millones.
Con las ventas de hoy, las reservas brutas del BCRA volvieron a perforar el piso de los US$ 30.000 millones, al que habían escalado la semana pasada , y terminaron en US$ 29.877 millones.
En esta rueda cayó el volumen operado en el mercado a US$ 282,177 millones, después de que la semana pasada promediara los US$ 400 millones diarios. En parte la baja se explica por las complicaciones climáticas que dificultan sacar la producción de los campos y por la protesta del Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros (SOEA) y de los trabajadores del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) afiliados a ATE (Asociación de Trabajadores del Estado), que iniciaron un paro por 72 horas.
Las huelgas se realizan contra las reformas laborales y del impuesto a las Ganancias que incluye el proyecto de Ley de Bases que se está debatiendo en la Cámara de Diputados. Esta inactividad complica a la principal actividad exportadoras del país y a la liquidación de divisas ligadas al agro.
Para el economista Gabriel Caamaño no es inusual que el Central tenga que salir a vender en los últimos cierre de mes. «Además, hay que sumar que hace un par de ruedas que viene cayendo el volumen liquidado por el clima y ahora se suman paros».
Si bien es la primera vez que la autoridad monetaria sale a vender desde el 20 de marzo, ya había advertencias de que la tendencia positiva se iba frenando. «El Central desaceleró fuertemente su ritmo de compras. Adquirió US$ 57 millones el jueves y US$ 60 millones el viernes, en comparación con un promedio de US$ 179 millones los tres días previos», señalan desde Portfolio Personal Inversiones (PPI) .
Además, venía de haber registrado un saldo «neutro», sin compras ni ventas, el viernes 19. En PPI marcan que no se trata solo de un problema de oferta. «El jueves hubo un aumento notorio de la demanda privada a US$ 271 millones desde US$ 165 millones, el cual reflejaría el acceso de provincias al Mercado Unico y Libre de Cambios (MULC) para enfrentar vencimientos de deuda por US$ 87 millones en la semana. Se trataría de un hecho puntual, ya que el viernes la demanda privada volvió a niveles similares al de los días anteriores (US$ 168 millones)».
Si bien la cosecha gruesa ya se largó, aún no se siente el impacto pleno. La medida móvil de los últimos cinco días de la liquidación de cereales y oleaginosas mejoró desde un mínimo de US$ 67 millones el 19/04 a US$ 86 millones el 25/04, pero aún está lejos del pico de US$ 147 millones alcanzado el 10/04.
«Aunque en un principio la cosecha se habría retrasado debido a las condiciones climáticas, expertos del sector consideran que el precio de los commodities y el tipo de cambio efectivo desalentaría ventas masivas de los productores», apunta PPI. «Los productores prefieren refinanciar sus deudas en dólares contraídas en la campaña 2022/2023 (sequía) antes que vender para saldarlas». Sólo 24% de lo comercializado de soja y el 45% de lo de maíz tiene precio fijado.
Pese al cambio de tendencia en las operaciones del Central, los dólares alternativos apenas se movieron. El blue cede 10 pesos, a $ 1.045, mientras el MEP avanza 0,3%, a $ 1.037 y el contado con liqui 0,5%, a $ 1.090.