El mercado parece haberle soltado la mano al Gobierno de Javier Milei de cara a la segunda mitad del año. Luego de un voto de confianza inicial, que llevó a acciones y bonos a acumular un rally en los primeros seis meses que le siguieron a la asunción presidencial, el nerviosismo de los inversores parece haber ido in crescendo en las últimas semanas.
La tensión se ve en el precio de los activos argentinos, en una renovada suba del riesgo país, que toca los 1.570 puntos, casi 400 puntos básicos más del nivel mínimo que este indicador había alcanzado a mediados de abril. Pero fundamentalmente se siente en el mercado cambiario, donde todas las cotizaciones paralelas pegan un nuevo salto y la brecha cambiaria supera el 55%, el máximo en la era Milei.
Si bien la principal razón de la impaciencia de los inversores está puesta en la continuidad del cepo cambiario, hay un combo de factores o de «luces amarillas» que explican los movimientos alcistas de las últimas ruedas.
Cepo sin fecha de vencimiento
En el mercado había cierta expectativa por los ajustes en la política cambiaria que podría haber comenzado a desplegar el Gobierno de Javier Milei una vez que se aprobara la Ley Bases. Sin embargo, el viernes pasado, en una conferencia de prensa después del cierre de las bolsas, el Ministro de Economía Luis Caputo no solo habló de la continuidad del cepo cambiario, sino que tampoco dio definiciones sobre cuánto tiempo durará lo que él mismo llamó la «Fase 2» de su programa económico.
«El mercado ya ha reordenado los hitos que está intentando que el Gobierno materialice, y la conferencia del viernes parece haber sido una confirmación de que hay cepo por algún tiempo más y que el Gobierno todavía no está dispuesto a flexibilizar la forma en la que quiere salir del cepo versus los recursos con los que cuenta y las opciones que en consecuencia puede implementar. También es cierto, y retumbó bastante, la explicitación de una evaluación oficial donde parecen tener mucho más peso los riesgos y costos del salir del cepo, pero se omiten o minimizan los de sostenerlo», explicaron en la consultora Outlier.
Sin cambios en el frente cambiario
La otra certeza que intentó transmitir Caputo el viernes es la continuidad de un esquema cambiario que ya lleva seis meses y que varios sectores comienzan a decir cada vez más fuerte que luce «agotado». El Ministro de Economía ratificó que el ritmo de devaluación del dólar oficial no se acelerará en los próximos meses desde la pauta del 2% mensual que se estableció en diciembre, aunque muchos sectores adviertan que el tipo de cambio corre muy por detrás del aumento de los precios de la economía este año.
Al mismo tiempo, aunque desde el agro reclamaban un tipo de cambio más competitivo para acelerar el remanente de liquidaciones, Caputo insistió en el esquema de «dólar blend», un tipo de cambio especial para el sector exportador que permite ingresar el 20% de las liquidaciones al contado con liquidación.
Menos compras de dólares del Central y presión sobre las reservas
En junio, por primera vez desde la devaluación del tipo de cambio, el Banco Central finalizó el mes con un saldo negativo por sus intervenciones en el mercado de cambios. La capacidad del organismo de recomponer reservas se desaceleró con fuerza desde los máximos que había mostrado en el primer trimestre.
El lunes, el ente que preside Santiago Bausili logró comprar US$ 50 millones, aunque el viernes en conferencia de prensa el titular del BCRA aseguró que este año se adelantó «la invernada», el periodo del año con menor ingresos de divisas por exportaciones y mayor demanda importadora para abastecer la energía.
«En particular, julio tiene una mediana de compras diarias del BCRA que ronda los US$ 200 millones desde el 2003 hacia acá. Por lo que desde el punto de vista estacional no deberíamos esperar que sea un mes con ventas netas. Los resultados negativos suelen tienen mayor probabilidad de ocurrencia entre agosto y octubre. Sin embargo, el nivel de congestión que el segmento oficial del mercado mostró en junio no permite ser muy optimista. Lo mejor sería que julio no sea peor que junio», dijeron en Outlier.
Temporada alta de vencimientos de deuda
La recuperación de las reservas del Central es clave de cara a un bimestre con altos compromisos de deuda y necesaria para poder pensar en una economía sin restricciones para el acceso al dólar. En los próximos dos meses, Argentina debe pagar US$ 5.900 millones a sus bonistas: incluso, el martes que viene, el Tesoro tiene pendiente el pago del vencimiento del cupón de bonos en dólares por US$ 3.000 millones.
En los últimos cinco días, los bonos globales en dólares, es decir, los que se rigen por la Ley internacional, presentan caídas de hasta 3,4%, lo que podría dar la pauta de una desconfianza creciente del mundo inversor. El economista Fernando Marull afirmó: «Los bonos caen porque seguir con el cepo es negativo y hay que acumular más reservas para pagar los US$ 9.000 millones que se pagan en 2025».
«Efecto Trump» y mal clima global
El derrumbe de los precios de los bonos de este lunes se dio en el marco de un mal día para los activos emergentes a nivel global. «El contexto internacional no está siendo favorable para el segmento de bonos emergentes. En un marco en que la tasa de los Treasuries subió hasta 7 puntos básicos y el ETF EMB de créditos emergentes recortó 0,8%, vemos que la dinámica bajista en emergentes se extiende desde mediados de junio», dijeron en PPI y señalaron que desde el 12 de junio pasado el índice que mide a los mercados emergentes presenta una caída de 1,6%.
En los mercados internacionales se sintió lo que se llamó «efecto Trump». «Desde el pasado jueves, y luego de la paupérrima performance de Joe Biden en el debate presidencial, las tasas de interés largas estadounidense se movieron casi 30 puntos básicos al alza, indicando una creciente preocupación por las potenciales medidas fiscales de Trump que agudizarían este frente, que actualmente muestra un desequilibrio de 7 puntos del PBI», explicaron en Delphos y agregaron: «Los mercados emergentes no recuerdan con alegría el paso de Trump por la presidencia estadounidense, ya que la denominada ‘guerra comercial’ con China desató una pesadilla para los activos cíclicos periféricos a partir del 2018″.
Suba del dólar global y devaluación en Brasil
Durante junio, el dólar a nivel global cerró en alza a partir del «fly to quality» de los inversores. Esto, sumado a factores idiosincráticos, impactó en el tipo de cambio de Brasil, donde el real se devalúa 15% en 2024 y el dólar alcanza el valor más alto desde 2022 al cotizar en R$ 5,57.
Una nueva letra para los bancos
Este lunes, Caputo y Bausili le presentaron a los bancos un nuevo instrumento de deuda, la Letra de Regulación Monetaria, que generó rechazo entre los inversores.
Se trata de una Letra que será emitida por el Tesoro Nacional pero administrada y garantizada por el Banco Central. El anuncio generó ruido en el mercado, que entiende que el Gobierno expone a las entidades a un mayor «riesgo estatal». Este martes se aplacaron las bajas de las acciones bancarias, pero el mercado sigue atento a los detalles que se conocerán en los próximos días, cuando se instrumente la creación de este instrumento.
Caída de la actividad y desplome de la recaudación
Este lunes, la AFIP informó una caída del 14% de su recaudación mensual en términos reales. Esto complica el propósito del Gobierno de garantizar el superávit fiscal en los próximos meses, sin seguir profundizando aún más el ajuste de la primera etapa.
Búsqueda de cobertura
La disparada de la brecha cambiaria impulsa la búsqueda de cobertura de los inversores, que quieren anticiparse a una suba del tipo de cambio oficial. En las últimas semanas, aumentaron los rescates de los fondos comunes de inversión en pesos y las suscripciones a FCI atados al dólar.
Inflación reprimida
Para tratar de mantener la inflación por debajo de 5%, Caputo pateó hacia adelante aumentos de tarifas y también de combustibles. Esas subas tarde o temprano deberán sincerarse.
NE