Aunque los bonos en dólares muestran resultados mixtos, después de haber operado sin la referencia externa de Wall Street el lunes que no operó por un feriado en Estados Unidos, la deuda argentina sostiene mejoras de más de 12% y los precios ya recuperaron todo lo que perdieron en los últimos cuatro años.
Los títulos de deuda volvieron a los niveles que tenían en septiembre de 2020, luego de la reestructuración que llevó adelante el ex ministro de Economía, Martín Guzmán. Con una suba de 12,4% en lo que va del mes, el Global 2030 en dólares cotiza apenas por encima de los US$ 48. Unos días después del acuerdo con los bonistas había llegado a los US$ 50, para luego desinflarse cerca de US$ 40.
Luego de un rally durante la semana pasada, en estos días el riesgo país logró perforar el piso de los 1.800 puntos: este martes, el indicador que mide la banca JP Morgan se acomoda en los 1.728, un valor que no tocaba hace más de un año.
Distintos factores aparecen detrás de la mejora de estos bonos: a pesar de las dudas sobre su sostenibilidad, el Gobierno de Javier Milei logró sortear la derrota política que significó la caída de la Ley Ómnibus en el Congreso y «compensarla» ante los ojos del mercado con buenas noticias en el frente económico y financiero.
La semana pasada se encadenaron varias ‘pequeñas victorias’ para el equipo económico la confirmación de que la inflación comienza a ceder luego del fogonazo post devaluación de diciembre, la consolidación del Banco Central como comprador de dólares en el Mercado Unico y Libre de Cambios, a pesar de la mayor afluencia del sector privado, las buenas licitaciones del Central y el Tesoro y el superávit financiero informado por el ministro Luis Caputo el viernes.
Martín Polo, de Cohen, afirmó: «Entre lo políticamente incorrecto y lo económicamente correcto, el mercado prefiere destacar lo segundo. En la última semana lo reflejó con una notable suba de bonos soberanos en dólares y el derrumbe de la brecha cambiaria. La euforia se controla mirando la película de fondo: el excedente cambiario se da porque el cepo sigue vigente y la mejora del resultado fiscal se apoya en licuar gasto, por lo que para hacerlo sostenible se requiere un programa fiscal de fondo que indefectiblemente debe pasar por el Congreso».
El debate ahora en la City es si este rally es sostenible y si el spread de estos bonos tiene aún posibilidad de una mayor compresión. En PPI señalaron: «La respuesta es complicada. A priori, dada la ferocidad de los ascensos lo más probable es que veamos algo de calma esta semana, al menos, en magnitud. Desmenuzando los argumentos constructivos detrás del optimismo inversor, prácticamente todos ellos poseen sus bemoles respecto a su sostenibilidad en el tiempo».
«No obstante, coincidimos que las primeras señales fiscales (aun con los reparos por el cortoplacismo de varias aristas en el número) permiten mantenerse optimistas en el mediano/largo plazo», agregaron y advirtieron: «Quizás el humor social es el principal riesgo en el desempeño de estos meses de trabajo sucio».