Tras su visita a los Estados Unidos, el presidente electo, Javier Milei, confirmó que Precios Justos tiene los días contados. En declaraciones radiales, dijo que la Secretaría de Comercio, una oficina de extrema sensibilidad para el kirchnerismo y que hoy conduce el massista Matías Tombolini, «no va a existir más en el sentido que le dieron históricamente los gobiernos». Además, calificó como «una aberración» los controles y las regulaciones para combatir la inflación.
«Todos los precios que pueda de la economía, los voy a liberar», enfatizó el libertario, aunque aclaró que «hay algunos que todavía no puedo hacerlo por las características de las bombas que dejó plantadas el Gobierno». Milei pronosticó que «la inflación en noviembre va a estar en torno al 15% y en diciembre, cerca del 20%. Vencen un montón de acuerdos de precios en enero, y con la estacionalidad, podemos tener números estrafalarios».
No es la primera vez que Milei se refiere a la posibilidad de cerrar la Secretaría de Comercio. «En mi gobierno (esa oficina) no tiene sentido, porque los precios se tienen que regir por el libre mercado, y considero que ningún funcionario puede decidir quién puede o no puede importar: eso lo tienen que definir las empresas con sus propios recursos y por sus necesidades», venía proclamando en reuniones informales con gente de su tropa.
Desde hace más de 20 años, el rol del organismo pasó por distintas etapas y atravesó controversias y polémicas de todo tipo, en especial durante la gestión de Guillermo Moreno. En paralelo con la escalada inflacionaria, en 2014 lanzó el programa Precios Cuidados, con el objetivo de frenar aumentos en productos de primera necesidad. Con el paso de los años, fue abarcando otra clase de bienes, siempre con resultados muy mediocres. Estuvo vigente incluso cuando gobernó el macrismo.
En la era de Alberto Fernández, todos los secretarios de Comercio (la discípula de Axel Kicillof Paula Español, el cristinista Roberto Feletti, Guillermo Hang, Martín Pollera y Tombolini) aplicaron la misma receta con mayor amplitud y rigor y la inflación ni se dio por enterada. Con la llegada de Sergio Massa al Ministerio de Economía, la oficina pasó a controlar también las SIRA, el trámite de rigor para poder importar. El programa pasó a llamarse Precios Justos y llegó a abarcar más de 50.000 productos y bienes de todo tipo: de consumo masivo a bienes durables y semidurables, como ropa, calzado, motos, electrónicos, insumos industriales, alimentos y bebidas, entre muchos otros.
Lo cierto es que los dichos de Milei reabre la polémica acerca del rol de la Secretaría de Comercio. En muchos países, entre ellos los Estados Unidos, su función primordial es evitar la concentración excesiva en los mercados y los monopolios. En la Argentina, en cambio, en muchos períodos se la utilizó como un ariete para luchar contra la inflación, lo que favoreció por un lado a las grandes cadenas de supermercados (por ser el canal más fácil de controlar) y por otro, los retrasos y la distorsiones de precios.
Tombolini presentó los topes al alza de los precios como parte de un acuerdo voluntario con fabricantes y comercios. Ofreció a cambio, primero, facilidades para poder importar y el acceso a los dólares de las reservas del Banco Cenral. En la última renovación, concedió beneficios fiscales e impositivos para compensar los aumentos de costos de las empresas. Así, hoy, es posible encontrar que un mismo producto cuesta más del doble en un autoservicio que en una sucursal de un hipermercado. Y acentuó el desabastecimiento y la falta de variedad en las grandes cadenas.
Milei mencionó que una posibilidad es cerrar la Secretaría de Comercio durante su gobierno, como parte de su paquete de reformas del Estado. Esto reabrió el debate sobre la viabilidad de esa medida. Algunos especialistas creen que esa oficina tiene «atribuciones fijadas por la Ley de Lealtad Comercial» y que por ese motivo «no será tan fácil eliminarla». Es decir, que requiere la aprobación del Congreso y que una resolución resultaría insuficiente.
Mario Grinman, el presidente de la CAC (Cámara Argentina de Comercio) señaló que no le importa el nombre de la repartición, sino que «cumpla con el objetivo de favorecer el crecimiento de una actividad clave para la economía nacional, como es el comercio». Grinman subrayó que «en los últimos tiempos, la Secretaría de Comerfcio, al igual de lo que ocurrió en otros momentos de la historia, lamentablemente estuvo más enfocada en los acuerdos o controles de precios, que en promover el desarrollo del sector». Y recordó que «la inflación no se resuelve con concelamientos ni acciones análogas, (que han demostrado su fracaso a lo largo de la historia), sino con políticas consistentes en materia fiscal y monetaria», finalizó.