-Se habla mucho de la sostenibilidad fiscal y de reformas del Estado. ¿Qué significa cada una y para qué sirven?
-Se habla de sostenibilidad fiscal para referirse a que una determinada trayectoria se mantenga en el tiempo. Pero en muchos casos la sostenibilidad es política, o sea, cuánto el sistema político está dispuesto a sostener medidas de ajuste para llegar al equilibrio. El respaldo que determina la sostenibilidad puede venir del Poder Ejecutivo, del Congreso, o el Poder Judicial. La Reforma del Estado es otra cosa: apunta a eliminar trabas y regulaciones que obstaculizan el funcionamiento de la economía.
-¿Argentina tiene sostenibilidad fiscal o falta? ¿de qué depende conseguirla?
-Creo que la consolidación fiscal que se está logrando en Argentina es sostenible y eso se debe principalmente a que las medidas fiscales y el objetivo de eliminar el déficit tienen un fuerte respaldo del Presidente. Esto es bastante novedoso en la Argentina, donde históricamente el peso de la responsabilidad fiscal recaía principalmente sobre el ministro de Economía. El desafío a futuro es mejorar la calidad del ajuste fiscal y, en parte, eso sucederá con la aprobación del paquete fiscal en el Congreso y con la reactivación económica, que estimo comenzará durante este trimestre.
-Se pide mejorar la calidad del ajuste. También lo menciona el FMI. ¿Qué sería?
-El Gobierno ha priorizado eliminar el déficit fiscal y eso ha requerido, por ejemplo, reducir fuertemente la obra pública y atrasar algunos pagos. Con la restitución del impuesto a las Ganancias y los mayores recursos que se vayan generando con la recuperación de la actividad económica se podrá hacer más eficiente el recorte del gasto público sin abandonar el objetivo de mantener un déficit cero. En particular, la restitución del impuesto a las Ganancias, eliminado irresponsablemente por Sergio Massa, hará que el ajuste fiscal sea financiado de un modo más equitativo. Eso es mejorar la calidad.
-El Presidente dijo que Argentina tiene que lograr equilibrio fiscal estructural. ¿Es una forma de reconocer que la licuadora y la motosierra tienen un límite?
-A medida que la inflación baja, y creo que lo hará bastante rápido, el efecto licuación ira volviéndose menos importante. Los recortes en el gasto público son necesarios y deben afectar a la enorme ineficiencia que hoy tiene el gasto sumado a la corrupción heredada en muchos programas.
«A medida que la inflación baja, y creo que lo hará bastante rápido, el efecto licuación ira volviéndose menos importante». -Volviendo al concepto de sostenibilidad fiscal, ¿es la irreversibilidad de una medida o un ajuste lo que acaso convencería del todo a los mercados e inversores? En nuestro país las correcciones y los cambios parecen reversibles el día que la oposición asume. ¿Está de acuerdo?
-Lamentablemente en la Argentina esto ha sido un problema recurrente y es una de las causas de por qué el país tiene tan poca credibilidad en los mercados de capitales. Este problema se podrá superar sólo si las políticas son exitosas y logran sacar a la Argentina del estancamiento.
-¿La nueva fórmula previsional llegó para quedarse?
-Creo que por ahora es un paso adelante aunque las jubilaciones siguen siendo muy bajas y el sistema premia a los que no aportaron por sobre los trabajadores que aportaron. A futuro será necesario discutir una nueva reforma del sistema previsional.
-¿Argentina podría volver a los mercados en 2025 o necesita pedir plata al FMI?
-Son dos cosas separadas. Por un lado, creo que el FMI tiene la responsabilidad de apoyar el programa económico luego de varios años en los cuales no contribuyó constructivamente a mejorar la política económica. Por ello, espero que el Gobierno pueda negociar con el FMI un nuevo acuerdo de facilidades extendidas que permita la llegada de fondos frescos para lograr una rápida salida del cepo y así facilitar el ingreso de inversiones que contribuirán al crecimiento. En estas condiciones, la Argentina estará en forma para volver a recuperar el acceso al mercado de capitales internacionales e ir administrando el manejo de la deuda pública en un sendero decreciente del ratio de deuda pública a PBI. Serán el equilibrio fiscal financiero y el crecimiento económico, ambos, los motores de la disminución del endeudamiento público.
– ¿Por qué cree usted que la Argentina podría recibir dinero del FMI? ¿sólo por cumplir las metas o pedirán algo más?
-Creo que la función del FMI a nivel internacional es ayudar a los países a resolver sus desafíos económicos implementando políticas económicas adecuadas en lo fiscal, lo monetario y cambiario, y en lo estructural. Argentina está implementando una serie de reformas que son precisamente las que un organismo como el FMI existe para apoyar financiera y técnicamente. En este momento, además, creo que el Tesoro de EE.UU. está empujando al FMI a ser más activo en el cumplimiento de su misión. Lo estamos viendo en las ampliaciones de programas que se han adoptado en Egipto y Pakistán, en un nuevo programa ampliado con Ecuador, y en discusiones incipientes con El Salvador.
«El FMI tiene la responsabilidad de apoyar el programa económico luego de varios años en los cuales no contribuyó constructivamente a mejorar la política económica»-¿Esa plata que eventualmente desembolsaría el FMI se usaría para sostener el dólar y evitar una devaluación?
-Los fondos adicionales que puedan recibirse del FMI no deberían ser utilizados para intervenciones en el mercado cambiario. Si se adopta un régimen de tipo de cambio flexible, el BCRA debería intervenir solo en casos muy puntuales. Hoy en día la credibilidad está anclada en la eliminación del déficit fiscal y la emisión monetaria. Contar con un nivel más alto de reservas será muy importante para generar credibilidad y volver a tener acceso al mercado internacional de capitales. En economías emergentes el manejo de la liquidez internacional, en conjunto con la administración de la deuda pública, es fundamental para disminución el riesgo país.
-¿Qué le parece la discusión sobre el atraso cambiario?
-Siempre que una economía se recupera y se estabiliza a partir de una situación de alta inflación, la moneda se aprecia en términos reales. En el caso argentino, el punto de partida es uno de salarios históricamente en sus mínimos y un tipo de cambio real depreciado. Creo que por el momento no es un problema.
-¿Recomendaría hoy salir del cepo?
-Sin duda, lo sostengo desde el principio. Pero también acepto que la estrategia que sigue el equipo económico, más prudente, está funcionando. Cuanto antes se salga del cepo y se derogue el régimen penal cambiario, una aberración para el mundo civilizado, más rápido se recuperará la actividad económica.
-La Reserva Federal estaba preparada para iniciar un proceso de baja de tasas y eso parece estar abortado o suspendido por el momento. ¿Podría tener un impacto en los mercados emergentes como en los 90 un dólar más apreciado?
-Creo que la Reserva Federal no ha cambiado de manera sustancial su visión sobre la política monetaria. A pesar de los últimos datos de inflación que fueron decepcionantes, Powell mantiene la visión que la economía de los EEUU está sana y en un mejor balance entre demanda y oferta y que lo único que ha decidido es esperar un poco más para iniciar un ciclo de baja de tasas. El mercado se había puesto demasiado optimista a fines del año pasado al esperar que los recortes empezasen en el primer semestre de 2024 y que habría varias rebajas durante el año. Es más razonable esperar que la disminución de tasa comience en el cuarto trimestre siempre y cuando la actividad económica siga firme.