El presidente de la Sociedad Rural de Mercedes y de la Asociación de Sociedades Rurales de Corrientes, Carlos Roldán remarcó que la medida se enfocó en la soja, cultivo que no forma parte de la producción provincial. Explicó que la decisión favoreció a las grandes exportadoras, pero no impactó en los pequeños y medianos productores. En ese sentido, indicó que hubiese sido más efectivo reducir las retenciones de manera gradual.
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El presidente de la Sociedad Rural de Mercedes y de la Asociación de Sociedades Rurales de Corrientes, Carlos Roldán se refirió, en declaraciones radiales, al impacto de la eliminación temporal de las retenciones a las exportaciones agrícolas.
Roldán explicó que la decisión no generó beneficios directos para el sector productivo de Corrientes, ya que se centró en granos como la soja, cultivo que no forma parte de la matriz productiva provincial.
El dirigente rural sostuvo que «la quita de las retenciones ayuda al crecimiento de todo el sector privado», pero aclaró que en este caso específico «no nos beneficia porque no tenemos soja». Recordó que en 2023 sí se observaron efectos positivos cuando se quitaron las retenciones a todas las economías regionales, entre ellas la madera y el arroz, rubros de peso en la provincia.
Para el dirigente rural, la medida pudo haber tenido un impacto indirecto si se hubiese sostenido en el tiempo, generando un derrame hacia las provincias a través de obras o inversiones. Sin embargo, sostuvo que la brevedad de su aplicación impidió que esto ocurriera.
LAS LIMITACIONES
DE UNA
MEDIDA CORTA
Roldán remarcó que la eliminación de retenciones tuvo una duración de apenas 72 horas, lo que limitó la posibilidad de un efecto real sobre los productores. «El problema de estas quitas fue que no le llegó al productor», afirmó.
Explicó que durante ese período lo que se comercializó fue la soja almacenada en silos por las exportadoras, lo cual impidió que los pequeños y medianos productores se beneficiaran de un mejor precio. «Hubiese sido mucho más coherente bajar las retenciones 10 o 15 puntos y mantenerlas en el tiempo», planteó.
A su criterio, la medida respondió más a la necesidad del Gobierno nacional de captar divisas que a una política de apoyo al sector agropecuario. «Yo creo que fue la necesidad de tener ciertos dólares», expresó, al señalar que las empresas exportadoras concretaron un negocio estimado en 1.300 millones de dólares gracias a la diferencia entre la venta a precios más altos y la reposición de stock a valores más bajos.
IMPACTO
EN EL SECTOR GANADERO
Consultado sobre cómo percibe el sector ganadero estas medidas, Roldán consideró que las políticas nacionales aplicadas de esta manera no generan previsibilidad. «Hoy con las retenciones de vuelta al 35 por ciento vuelve a bajar el precio», explicó.
Señaló que, de esta forma, las exportadoras reponen soja más barata, mientras que los productores quedan fuera de los beneficios temporales. «No fuimos parte de la suba de precio», aseguró.
El dirigente insistió en que la medida terminó siendo funcional a los grandes actores del mercado y no al productor primario. En este contexto, expresó que el apoyo del campo a la actual gestión nacional se mantiene, aunque condicionado a que se atiendan los reclamos históricos del sector.
Coincidencias con
el modelo
Roldán reconoció que el sector agropecuario respalda en líneas generales a la actual administración nacional, aunque aclaró que no se trata de un apoyo político sino de una coincidencia en el modelo económico. «El campo y el sector privado a este tipo de gobiernos lo va a apoyar, que en el fondo no apoya al Gobierno, apoya la idea», explicó.
Criticó duramente las políticas populistas de etapas anteriores, a las que responsabilizó de haber generado la pérdida de «dos generaciones de personas que sepan trabajar». En cambio, destacó que ahora se busca un Estado más reducido y un sector privado con mayor capacidad de generar empleo.
No obstante, advirtió que la quita de retenciones implementada fue «una pifeada», al no contemplar la realidad de los productores correntinos ni sostenerse en el tiempo.
Demandas
del sector
Roldán subrayó que el campo seguirá apoyando al Gobierno, pero siempre «marcando lo que está bien y remarcando lo que está mal». En esa línea, recordó que se logró corregir el tema de la vacunación contra la aftosa y que actualmente la agenda está centrada en la reforma laboral y la reforma tributaria.
Uno de los principales reclamos del sector es la elevada carga impositiva. «El productor que llega a pagar más cantidad de impuestos en el país paga hasta 155 impuestos entre municipales, provinciales y nacionales», advirtió. Agregó que apenas un 10 por ciento de esos tributos concentra el 90 por ciento de la recaudación, mientras que el resto constituye «burocracia».
Por ello, respaldó la propuesta gubernamental de avanzar en la eliminación progresiva de tributos, aunque reiteró que medidas mal diseñadas como la eliminación temporal de retenciones pueden generar efectos adversos.
Déficit cero
En cuanto al rol del Estado, Roldán coincidió en la importancia de alcanzar el déficit cero, pero cuestionó que se intente lograrlo a costa de abandonar funciones esenciales. «El Gobierno no se puede hacer a un costado de la educación, de la seguridad, de la infraestructura», enfatizó.
Planteó que la reducción del gasto público debe realizarse con un criterio de eficiencia y no mediante la ausencia en áreas estratégicas para el desarrollo del país.
De esta forma, sostuvo que el Estado debe concentrarse en sus obligaciones básicas y no expandirse en funciones adicionales que terminan por desvirtuar su papel.