– ¿Cuánto afecta la interna del PRO a nivel nacional entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta a la dinámica del partido en Chubut?
– Acá el armado fue más transversal. Nosotros conformamos un frente con mucha identidad, que no está atomizado. Acá no existe la discusión entre PRO y UCR, y mucho menos entre Halcones y Palomas. Imaginate que después de 20 años de peronismo, teniendo la posibilidad de ganar, no podemos darnos el lujo de dividirnos y menos por peleas pendulares. Hay unidad incluso en el apoyo de ellos, de Patricia y de Horacio, y de todo el arco del oficialismo también.
– Las encuestas lo perfilan como favorito para la gobernación, aun en una provincia que gobierna el oficialismo. ¿Sería una sorpresa o es algo que esperan?
– Para contextualizar, hablamos de una pelea entre David y Goliath. Hace algunos años era impensable poderle ganar al peronismo, con el enorme aparato que manejan. Hoy es una posibilidad real dar el batacazo. Es muy parecido a lo que pasó en Neuquén (NdeR: el MPN perdió con un dirigente ligado a Juntos por el Cambio tras gobernar durante 60 años). Hay mucha expectativa de terminar con la hegemonía del gobierno de Mariano Arcioni y cambiar una provincia en la que el gobierno nacional también tiene mucha presencia. El nivel de clientelismo que existe en Chubut es obsceno.
– ¿Los problemas de Chubut son los mismos que los del país? ¿Inseguridad e inflación? ¿O se cuela algún tema más de fondo como la educación?
- Acá hace cinco años que no hay clases de manera regular. Por eso es una elección bisagra esta, por el quiebre social que hay. El problema transversal a todas las ciudades es la educación. Hay otros temas coyunturales a nivel nacional, como la inflación, que nos golpea a todos. Y en materia de seguridad hay realidades muy heterogéneas: donde hubo un crecimiento exponencial de la inseguridad fue en la zona del Valle, debido a una decisión del gobierno de Arcioni y de Juan Pablo Luque de liberar la zona y dejar de rehén a toda una ciudadanía que hoy tiene miedo de salir a la calle.
– ¿Hay que imaginar una elección diferente según la ciudad? ¿No es lo mismo Rawson que Trelew o Comodoro Rivadavia que Puerto Madryn?
– Ellos apelan a que haya baja participación. Por eso pusieron la fecha de las elecciones en un fin de semana que es feriado largo (NdeR: el viernes, en conmemoración del arribo del primer contingente de inmigrantes galeses a las costas de la provincia), en plenas vacaciones y con implicancias climáticas que no impactan en el resto del país: acá hay lugares donde hace mucho frío y hay un metro de nieve. Pero no veo resignación de la gente. El enojo que hay en Chubut con este gobierno se va a reflejar en las urnas. Hay ganas de terminar con 20 años de desidia.
– Yo creo que es indispensable que la gente vaya a votar. El peso clientelar gana volumen cuando hay baja participación. Para nosotros es importante que la gente participe. Será decisivo.
– Juan Pablo Luque se despega de Mariano Arcioni cuando declara en los medios. ¿Es parte de lo mismo, o es diferente?
– Esa es una estrategia muy cínica de ellos, que buscan desconocerse, porque destruyeron una provincia que era imposible de destruir. Luque es Arcioni, no lo digo yo, sino la lista que presentaron. El candidato a vicegobernador de Luque es el actual vicegobernador de Arcioni, que es candidato al Parlasur. Y la mitad de la lista de diputados que llevan son funcionarios actuales de Arcioni. Ese intento de despegue no prendió. Los chubutenses no comen vidrio.
– ¿Cuáles son sus ejes principales de gestión?
– Recuperar la confianza en el sistema educativo, en primer lugar. La infraestructura escolar es fundamental: cada peso que ingrese para gasto de capital se va a priorizar para las escuelas. Otro tema central es desactivar la bomba financiera que nos deja este gobierno, de más de 600 millones de dólares, donde los primeros vencimientos, que se son los más grandes, calzan a los dos meses de asumir. Para poder pagar sueldos es condicionante desactivar esa bomba financiera. Tenemos también un serio problema de competitividad, para trabajar con mesas sectoriales, y un tema clave es la calidad institucional: hoy Chubut está último en el ranking de transparencia porque no hay datos, no se presentan. Eso nos pone en un lugar muy difícil. Un empresario que quiere hacer una gran inversión cuando guglea Chubut ve la casa de gobierno prendida fuego y causas de corrupción. Tenemos que volver a ser el faro de la Patagonia.
– ¿Cómo se imagina un gobierno suyo? ¿Qué plus puede darle?
– La diferencia que tenemos es la transversalidad de un armado que tiene que ver más con un movimiento ciudadano que con un frente o una cuestión netamente partidaria. Acá está todo tan mal que no podemos darnos el lujo de dar debates muy sofisticados porque la base social está rota. Este proyecto tiene peronismo, tiene vecinalismo y mucho de independiente.
– ¿Qué fue lo que pasó en la recorrida Luque, que terminó con una balacera? El peronismo los acusa a ustedes de ser parte
– Fue gravísimo lo que pasó. Se les fue de la mano a ellos, agrupaciones oficialistas, del sindicato de camioneros, que agredieron a una periodista porque va de candidata a diputada nacional. No hay que caer en la normalidad. Si vos o yo salimos a la calle a tirar tiros al aire al minuto quedamos presos. Llevamos filmaciones a la Justicia en la que se ven los rostros de quiénes son los violentos. Quisieron tirar un manotazo de ahogado echándonos la culpa de manera burda. Expusieron lo peor de este gobierno, que es la violencia, el cinismo y la cobardía.
– Luque es intendente de Comodoro Rivadavia. ¿Se le puede ser competitivo ahí?
– Estamos muy bien porque tenemos candidatos muy competitivos. Más allá del maquillaje, Comodoro Rivadavia tiene problemas serios. Nuestra candidata es Ana Clara Romero, que va a ser electa intendenta y va a dar la gran sorpresa, más allá de lo que hagamos en toda la provincia.
– Antes de los 20 años de peronismo hubo dos mandatos de gobiernos radicales en una provincia que potencialmente debería ser rica. ¿Qué pasó?
– Hubo internas. El radicalismo era un partido de poder, pero hubo peleas entre las dos principales facciones y comenzaron estos 20 años de decadencia. Yo lo vi desde chico, desde que iba a la escuela pública. Hubo un crecimiento exponencial en los cargos públicos y el dinero que hoy no está en la educación está puesto en esa trinchera de ñoquis. Tenemos un problema que no es de ingresos, sino de mal gasto público.
– ¿Cómo define estos seis años de mandato de Arcioni, que asumió después de la muerte de Mario das Neves?
– Das Neves tenía mucha centralidad, ordenaba la política. Después de su fallecimiento hubo un manejo anárquico del Estado. En gran medida la debilidad política de Arcioni generó toda la crisis económica que vivió Chubut.
– En términos de coparticipación, ¿cómo es el reparto de fondos de Nación hacia Chubut?
– Somos una de las provincias más relegadas de todo el país. Chubut aporta 100 y recibe 36, es algo que hemos hablado con los presidenciables. Necesitamos una reparación histórica. En un plan federal de infraestructura, Chubut va a tener un rol protagónico, gane quien gane entre Rodríguez Larreta y Bullrich.