Una tercera alternativa se gestó con la cumbre de Córdoba, de los últimos días. Una oferta posible para un electorado cansado de la grieta que supieron protagonizar los K con el macrismo y ahora lo hacen los libertarios con el kirchnerismo. En esta avanzada de varios tiempos, el Gobernador correntino es consciente que debe carretear desde atrás, ya que el poder territorial lo acaparan los cordobeses y los santafesinos, pero también sabe que su figura gravita. En el medio, la idea del PJ de mostrarse lejos de Cristina que, a pesar de varios reveses, no acepta que Kicillof ya le picó el boleto.
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Jaime Meza
Jefe de Redacción
No fue una reunión más la que se gestó en Córdoba este viernes 12. El gobernador peronista, Llaryora, anfitrión de la cumbre, logró reunir a una constelación de mandatarios que, de manera silenciosa, pero firme, se ha propuesto armar una alternativa al Gobierno nacional y al kirchnerismo, a quienes perciben como las dos caras de una misma moneda: la que ahonda la grieta y no resuelve los problemas del país.
Desde las entrañas de esa alianza naciente, Corrientes y su gobernador, Gustavo Valdés se erigen como piezas clave. A punto de dejar el mando provincial en manos de su hermano, Juan Pablo, el actual mandatario radical se está preparando para un salto de envergadura al escenario nacional.
Su presencia en la cumbre de Río Cuarto no fue casual, sino una declaración de intenciones. El mensaje fue contundente y trascendió la coyuntura: estos gobernadores, que ya se referencian bajo el paraguas de Provincias Unidas, buscan unificar reclamos a la Nación y exigir una agenda que ponga en primer plano el verdadero federalismo.
Valdés, junto a sus pares de Jujuy y Santa Fe, se plantó con la certeza de que el país productivo necesita una voz unificada. El plan es sumar más jurisdicciones a este frente, que mira de reojo la crisis que atraviesa la Casa Rosada.
Resulta oportuno mencionar que Zdero (Chaco), Frigerio (Entre Ríos) y Cornejo (Mendoza) también son de la partida primigenia, pero en las últimas horas fueron la avanzada diplomática en un raid por Casa Rosada. Otro que también se mostró en reuniones anteriores fue «Nacho» Torres, de Chubut.
UN ESCENARIO CON
INCONVENIENTES, PERO «CONVENIENTE»
La situación del presidente, Javier Milei no es la mejor. La reciente derrota en las elecciones en Buenos Aires del domingo 7 fue un golpe duro para la gestión central, que se suma a los problemas políticos que enfrenta, con la oposición en abierta operación contra su hermana, Karina Milei.
El deterioro de la situación económica, que el propio oficialismo reconoce, se percibe como una herida que sangra sin cesar. No pueden contener la macro, sin tampoco dar las señales que la gente demanda respecto a la microeconomía, la de los bolsillos argentinos.
En este contexto de turbulencia, la movida de Provincias Unidas cobra una relevancia estratégica. La mención del gobernador cordobés al Conurbano bonaerense fue una señal clara. Y el plan es establecer una «cabecera de playa» en el principal distrito electoral del país, tal como en su momento lo hizo Carlos Menem con la ayuda de Eduardo Duhalde. Un gesto que deja entrever que la planificación de los gobernadores que pusieron en marcha aún no tiene techo.
Buscan sumar a otros pares. Y, por ejemplo, los que se mueven en los pasillos del poder político aseguran que el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires estaría dispuesto a sumarse a esta iniciativa.
Rumbo a una segunda vuelta inevitable
La lógica detrás de este movimiento es simple y despiadada: la elección presidencial de 2027 se definirá en un balotaje, un escenario donde ni el oficialismo libertario, ni el kirchnerismo tendrían garantizada la victoria. La consigna es lapidaria: «Ni Axel, ni Milei». Los tiempos de Macri y Cristina pasaron, y el nuevo liderazgo deberá forjarse por fuera de esa polarización desgastante que ya sólo provoca rechazos en el electorado. Valdés, por supuesto, corre desde atrás, pero la jugada de Córdoba, provincia que -como recuerdan los memoriosos- «tumbó a Perón y a Onganía», es la punta de lanza.
Protagonistas de una posible tercera opción
El plan, aseguran las fuentes, si las cosas continúan de mal en peor, sería dejar a Milei afuera de la segunda vuelta si buscase la reelección. Se trata de un ajedrez donde cada movimiento es calculado. E incluso, si la crisis se profundizara al punto de requerir una asamblea legislativa anticipada, el hombre que tiene la experiencia y el respeto para pilotear esa transición es Juan Schiaretti, el ex gobernador cordobés que se muestra como una de las piezas primigenias de las Provincias Unidas.
En el juego del poder, cada pieza cuenta y Corrientes, en el centro de la escena, ha decidido que su futuro ya no es sólo provincial. Más aun teniendo a una figura como Gustavo Valdés que ya había hecho un intento de gravitar a escala nacional.
Es que se debe tener en cuenta que el Gobernador correntino mostró sus cartas hace poco, cuando se posicionó como referente de la UCR nacional, obteniendo el apoyo de distintos sectores partidarios de diferentes provincias del país. Sin embargo, el centralismo latente enac la historia argentina frenó su avanzada.
Tanto es la centralidad que se maneja no sólo en lo institucional, sino también en lo político que -se debe tener presente- los correligionarios prefirieron elegir a un dirigente político que no es radical puro, el caso de Martín Lousteau.
Un referente permeable al kirchnerismo (fue funcionario de Cristina Kirchner y creador de la 125 contra el campo) que, con el apoyo de las estructuras partidarias del Centro del país pudo coronar contra Valdés, que a último momento sintió el rigor de Buenos Aires.
Sin embargo, como el tiempo todo lo cura y acomoda las piezas en su lugar, meses después Lousteau terminó «mostrando la hilacha» en el primer tramo de gestión libertaria.
En ese entonces, la UCR intentaba mostrar intención negociadora ante Milei, exponiendo al propio Lousteau que en varias oportunidades no tuvo empacho de votar con la bancada K.
En este marco, y con los desajustes provocados en el sistema institucional por la «motosierra», el Gobernador correntino y otros de sus pares decidieron plantarse, abriendo paso a un espacio de poder territorial que promete dar qué hablar.
Valdés, experto en el manejo de los modales florentinos a la hora de atender cuestiones de la real politik, así como hábil manejador de los momentos para pegar con el cabo y el arreador, seguirá jugando fuerte.
En el Gobierno provincial saben que en Casa Rosada tienen en la mira al mandatario, pero también son conscientes de la tesitura de una figura que está preparando un cambio de rol en el que no bajará el perfil, todo lo contrario, apuntará a convertirse en un faro de la oposición alejada del kirchnerismo y de los libertarios.
Darle la delantera al poderoso peronismo cordobés no deja de ser inteligente para acumular, en una primera instancia, una masa crítica considerable.
Hay que tener en cuenta que al menos tres de los seis gobernadores del PJ aparecen más permeables a la vía intermedia que a seguir en la interminable interna entre un Axel que soporta el hostigamiento de una Cristina que para el justicialismo es como un «jarrón chino», porque no se sabe dónde ubicarlo.
Por ahora, se mantiene en sus trece. No termina por aceptar que Kicillof la ha desplazado en el control del PJ bonaerense y lejos parece de tener el gesto de aceptar un nuevo orden que se gestó de abajo y que apunta a descristianizar el espacio para competir, incluso con posibilidades frente a la oferta renovada que plantea el peronismo cordobés, que tiene en sus planes a un intendente de muchísimo peso político para sumarse a Provincias Unidas en un pase que, si se concretara, terminará por modificar el escenario bonaerense.
La escena global siempre influye en el armado político nacional
El panorama geopolítico también juega su papel en esta intriga nacional. Se rumorea que de entre las estrategias puestas en carpeta por estos actores figuraría una movida quirúrgica: una reunión con el Embajador de Estados Unidos. Un encuentro crucial para entender la línea que bajará el presidente Donald Trump.
Este grupo de gobernadores que se tornó en un núcleo político tiene en cuenta que para 2027 el objetivo de Washington es claro: evitar (en este caso, Argentina) un candidato «pro-soviético y afín a China» en la región, una situación que beneficia directamente a los mandatarios que buscan instalarse como una tercera vía.
El enojo estadounidense y de varios países de la zona con el actual presidente del Brasil, Lula da Silva, sólo acentúa la necesidad de Estados Unidos de contar y asegurarse un aliado en Latinoamérica.
El armado justicialista ya se palpa
AXEL Y LLARYORA. El Gobernador de Buenos Aires y el de Córdoba se disputan el tiempo que viene. Ambos hablan de una apertura. Por ahora, la del cordobés parece más amplia al punto de que en ella militan dos pesos pesados como lo son el mandatario de Santa Fe y el de Corrientes, que corren de atrás, pero representan ofertas alternativas para un proyecto que lo terminará moldeando el tiempo y las circunstancias. El ocaso político de Cristina y Macri abre un nuevo escenario de cara a 2027.