La santafesina Azul Ardizzone, que acaba de cumplir 17 años, estudió en el Instituto del Teatro Colón a partir de los 11, pero no mucho tiempo después y aún en plena pandemia ganó una beca completa para la prestigiosa Escuela del Ballet de Hamburgo. En 2023 fue elegida por el celebérrimo director y coreógrafo John Neumeier para interpretar a Julieta en su propia versión de Romeo y Julieta, el drama de Shakespeare: una sorpresa colosal por la edad de Azul, porque era aún estudiante y porque significaba ingresar a la profesión por una gran puerta dorada. Así se convirtió en la Julieta más joven de la historia del ballet.
Este domingo 4 de agosto, a las 17 y en el CCK, Azul Ardizzone podrá ser vista por el público de Buenos Aires en una gala de ballet que reúne un conjunto de bailarines argentinos que forman parte de compañías internacionales.
Azul tiene la sonrisa de una adolescente un poco tímida, aunque también chispeante, y un aspecto físico algo delicado: es delgada y menuda.
Sí, la sonrisa tímida y encantadora es genuina y la apariencia física es real; pero también son auténticos lo férreo de sus decisiones, tomadas muy tempranamente en su vida; su gran resistencia física para la carrera que eligió y la conciencia plena, muy temprana también, de que no hay nada en el mundo que la haga más feliz que bailar.
En el curso de apenas cinco años, Azul pasó de vivir en la muy pequeña ciudad santafesina San Jerónimo Norte a mudarse a Buenos Aires para estudiar en el Instituto de Arte del Teatro Colón y luego a ganar una beca para la Escuela de danza del Ballet de Hamburgo y finalmente, en 2023 -y estando aún en la Escuela- a interpretar el personaje de Julieta de la tragedia shakesperiana con el propio Ballet de Hamburgo.
Y después de ese acontecimiento tan extraordinario, porque Azul es la Julieta más joven de la historia del ballet -tenía quince años en el momento del estreno-, sus participaciones para hacer roles en la compañía han ido multiplicándose. El próximo año se graduará en la Escuela.
Azul Ardizzone es de San Jerónimo, Santa Fe. Cree que la eligieron para Julieta por su manera natural de asumir el rol. Foto: Maxi FaillaHubo muchas circunstancias variadas en este vertiginoso recorrido y bien podríamos empezar por el comienzo.
San Jerónimo, Buenos Aires, Hamburgo
San Jerónimo Norte tiene 7000 habitantes -un tamaño de alrededor de 20 cuadras por 20- que recientemente pasó del status de pueblo al de ciudad. Allí, en la única pequeña academia local, Azul tomó sus primeras clases de danza cuando tenía apenas tres años. Más adelante, la familia comenzó por motivos particulares a permanecer en Buenos Aires y la niña continuó aquí sus clases de ballet con Silvina Vacarelli, bailarina del Teatro Colón y su guía además de maestra. Ella fue quien la preparó para el ingresó al Instituto. Tenía once años.
-¿Y se instalaron con la familia en Buenos Aires?
-No, ellos volvieron y yo me mudé sola. Mi mamá y mi abuela se turnaban cada quince días para estar conmigo. Le había dicho a mis papás: “No quiero volver a San Jerónimo. Quiero bailar y ser feliz aquí”.
Azul Ardizzone, en su rol de Julieta para el Ballet Hamburgo Alemania. Foto Gentileza-¿Cómo aparece la posibilidad de estudiar en Alemania?
-En 2020 me presenté para becas en cuatro escuelas de ballet fuera de la Argentina y obtuve el primer puesto; una era la escuela del Ballet de Hamburgo y fue la que elegí.
-¿Por qué?
-Quería estar cerca del trabajo de John Neumeier. Me encantan sus coreografías, que seguía además en YouTube, porque Matías Oberlin, que es también de mi pueblo, ya formaba parte del Ballet de Hamburgo y es ahora primer bailarín de la compañía.
-¿Estábamos en medio de la pandemia cuando viajaste a Alemania? ¿Tenías catorce años?
-Sí, tomé coraje y fui sola. Era mi primer viaje en avión; estaba muy asustada, pero muy decidida.
Azul Ardizzone, entre John Neumeir y su compañero en «Romeo y Julieta» Louis Musin. Foto: Gentileza-¿Cómo atravesaste la adaptación a una realidad tan distinta, con otro idioma y sin tu familia?
-Fue un poco difícil, pero tenía en Hamburgo una amiga argentina que me traducía cuando podía. Me ayudaba también el que se hablara bastante italiano -casi todos mis amigos en la Escuela son italianos- y después fui sumando el inglés. Y desde los once años ya vivía lejos de mi casa, así que estaba acostumbrada a esa situación.
-¿El programa de la Escuela es muy exigente, no es cierto?
-Tenemos muchas clases de distintas técnicas de danza, materias teóricas, improvisación y composición. Estamos en la Escuela desde las 8 de la mañana hasta las 8 de la noche, aunque no todos los días.
De Azul a Julieta
Cuenta Azul: “Un día la directora de la Escuela me anuncia que Neumeier quería probar algo conmigo. No me aclaró para qué; sólo que llevara las zapatillas de punta. Nos habían citado a varios bailarines y Neumeier nos dice que quería hacer su versión de Romeo y Julieta (estrenada originalmente en 1971), pero con intérpretes que tuvieran la edad de los protagonistas de la obra de Shakespeare. En cada encuentro iba mezclando las parejas, salvo la mía con Louis Musin; nunca nos separó».
Azul Ardizzone se subió a un avión por primera vez para ir a Alemania, al Ballet de Hamburgo: Foto: Maxi Failla-¿Y después?
-En cada ensayo iban citando a menos y menos bailarines y finalmente se anunció el elenco: estaba elegida para Julieta. Todo el mundo se había enterado menos yo.
-¿Cómo es eso?
-Porque yo no me movía en el mundo de la compañía. Pero un día el Mati (Matías Oberlin) me manda una foto con el reparto. Llamé a mi familia y todos lloraron. Yo no, estaba demasiado feliz.
-¿Qué creés que John Neumeier vio en vos para elegirte como Julieta?
-Creo que vio que yo había buscado mi propia Julieta, pero que la había buscado de una manera natural. Y también que podía responder a las exigencias técnicas del rol, que son muy difíciles. Me contaron que había dicho “esta chica tiene superpoderes”. Pero además tuve desde el principio una muy buena conexión con Louis Musin, que es muy joven. Él, como todo el elenco, pertenecía a la compañía.
-A partir de allí, comenzaste a hacer roles en el Ballet de Hamburgo a la vez que continuás estudiando en la Escuela. ¿Es difícil unir estas dos responsabilidades de tanta dedicación?
-Al principio, un poco. No quería faltar a clases en la Escuela y no podía dejar de estar en los ensayos. Pero es algo que voy aprendiendo a equilibrar. Y me hace tan feliz bailar con la compañía, que esto me da mucha energía.
Azul Ardizzone sobre el escenario. Dice que bailar es lo que más feliz la hace. Foto: Gentileza-¿Tuviste que recurrir a experiencias personales para elaborar el personaje de Julieta?
-No voy a contar nada personal, pero sí, para expresar el enamoramiento y otras emociones recurrí a experiencias propias. También me ayudó mi tía, que es psicóloga, para comprender cómo es el comportamiento de alguien con ideas suicidas o cuando siente que no tiene escapatoria o cuando tiene momentos de crisis y angustia.
-En una vida tan absorbida por tu profesión, ¿hay lugar para otras ocupaciones?
¡Sí! Pero todos mis amigos son bailarines, así que nuestros programas son en general (se ríe) ir a una función de la compañía o a la Ópera. Y si es un lindo día de sol, vamos a un parque y aprovechamos para cosernos las zapatillas de punta.
Información
Con el nombre de Repatriados, el CCK (Sarmiento y Leandro Alem) presenta una gala de ballet este domingo 4 de agosto a las 17, con bailarines argentinos que se encuentran hoy en distintas compañías internacionales. Azul Ardizzone participa de esta gala.
La entrada es libre y gratuita.