En enero, la economía registró un superávit comercial de US$797 millones como resultado de una suba en el nivel de exportaciones del 9,6% respecto del mismo mes del año anterior y de una fuerte caída -del 14,3%- en las importaciones.
Ayer, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), informó que las exportaciones sumaron US$5.398 millones. Una suba que se debió principalmente a la mejora en las exportaciones de productos primarios y de manufacturas de origen agropecuario, que en enero de 2023 sufrieron un fuerte recorte por efecto de la sequía. A su vez, las importaciones totalizaron US$4.601 millones, debido a la caída en el nivel de actividad.
El dato superavitario en la balanza comercial contrasta con el déficit de US$443 millones en igual mes de 2022, Sin embargo, está por debajo del logrado en diciembre pasado, cuando alcanzó a US$1.018 millones.
Para Elizabeth Bacigalupo, responsable de macroeconomía de la consultora Abeceb analiza: el resultado de la balanza está en linea con lo que se esperaba. «Enero empieza a marcar la tonica de lo que va a ser el año en materia de saldo comercial: un importante superavit de la balanza, tal vez un poco más bajo de lo que se esperaba pero significativo en un contexto donde suben las expo y caen fuerte las impo”, dice. Según la experta, “esta tonica va a dominar en el primer semestre recesivo, con importaciones cayendo fuerte, al compas de la debilidad de la demanda interna y el nivel de actividad”.“
«Esperabamos un saldo comercial un poco mas alto , vino mas flojo por el lado de las exportaciones de manufacturas de origen industrial”, advierte. “Hubo caidas importantes en la exportaciones de productos quimicos, materiales plasticos, ect. Porque se reportan en el sector problemas de aprovisionamiento de insumos en algunas empresas», explicó. Y “en importaciones, salvo autos, cayeron fuerte los bienes de capital, bienes de consumo e insumos intermedios”.
El economista Claudio Caprarulo de la consultora Analytica señala otro aspecto: «Es el primer mes con el nuevo sistema SEDI que reemplaza al anterior SIRA y puede ser que haya efectos propios de la liberalización de una demanda que estaba restringida», dice. «Eso puede explicar que la caída no haya sido aun mayor, por caso, la variación mensual de las importaciones fue positiva nominalmente y registró una leve caída descontada la estacionalidad. Para dimensionar en enero del 2019 la caída interanual había sido del 27%», agregó.
Según el economista Gabriel Caamaño, la caída de los valores y cantidades de las importaciones son «un mal indicio para la actividad en enero 2024. Las exportaciones recuperándose de la mano de la buena cosecha fina”, analizó en las redes sociales.
En cuanto a la expectativa de la balanza comercial para el resto del año, Bacigalupo, espera «un superavit comercial elevado, probablemente cercanos a los US$15.mil millones que es la base con la que el Gobierno va a comprar dolares y va a mejorar su posicion de reservas netas desde niveles negativos”, opinó.
Desde Analytica, en tanto, proyectan que «la caída se va a sostener. «Menores niveles de consumo e inversión junto con un dólar más caro van a compensar la liberalización del sistema que está transitando el Gobierno, porque recordemos que el pago de las importaciones sigue restringido», apuntó Caprarulo..
El año pasado, el país registró un déficit comercial de US$6.925 millones frente a un saldo negativo en 2022 por US$ 6.923 millones. Entre otras razones, porque afectado por la escasez de reservas monetarias, el Gobierno restringió entre mediados de 2022 y diciembre pasado el acceso a dólares para el pago de importaciones.