Un mal enquistado. El fútbol correntino tuvo ayer otro capítulo lamentable con los hechos registrados en el estadio Juan Carlos Vallejos, del Club Ferroviario.
La jornada futbolística se vio empañada por una batalla campal que se originó en el mismo terreno de juego con los futbolistas, a la que luego se adhirieron las personas que presenciaban el triste espectáculo.
El agravante de lo registrado en el estadio verdolaga es que los protagonistas son juveniles pertenecientes a la categoría de Reserva del certamen que organiza la Liga Correntina de Fútbol (LCF).
Dos partidos de la divisional formativa fueron programados ayer en el estadio del club Ferroviario. A primera hora saltaron al campo los equipos de Curupay y Ferroviario «D».
Fue justamente durante el desarrollo de este compromiso, enmarcado en la 10ª fecha de la primera ronda del certamen liguista, donde se registraron los lamentables incidentes.
La pelea comenzó en el campo de juego con intercambio de golpes de todo tipo entre los propios futbolistas. La magnitud de lo que sucedía en el césped terminó movilizando a quienes estaban en los costados del campo y en las tribunas.
Una postal habitual en las categorías formativas es la presencia de familias enteras acompañando a los protagonistas.
Los lamentables sucesos derivaron en la suspensión no solo del cotejo entre Curupay y Ferroviario «D», sino también el del partido de segundo turno, en el que debía enfrentarse Villa Raquel ante Ferroviario «A».
Habrá que esperar qué resuelven las autoridades de la Liga Correntina, pero será necesario una pena ejemplar para todos los protagonistas del lamentable acontecimiento registrado en la tarde de ayer en el estadio Juan Carlos Vallejos.