En un contexto marcado por la inflación, que galopa a un ritmo del 289,4% anual, y por salarios que no acompañan el encarecimiento del costo de vida, los programas de beneficios en las empresas juegan un rol importante en el rendimiento del salario.
Según los expertos en Recursos Humanos, estas iniciativas ayudan a mitigar los efectos de la inflación en el poder adquisitivo de los empleados, y también contribuyen a mejorar la retención del personal, a aumentar la productividad y a «fortalecer el compromiso organizacional». Por otra parte, en los tiempos que corren, estos programas de beneficios se convirtieron también en un termómetro de la actividad económica y la percepción de los empleados sobre su situación personal en una macroeconomía compleja.
Una de las tendencias que se está viendo últimamente, es que dentro de los beneficios que ofrecen las distintas plataformas (descuentos, cupones, gift cards) cada vez más las personas están buscando los relacionados a la compra de nafta, crédito en la SUBE o el gasto en supermercados, por ejemplo, en detrimento de los “vouchers» o beneficios relacionados al ocio que en otra época eran el fuerte en la oferta de este tipo de servicios.
Según la experiencia de Bonda, (ex Cuponstar) una empresa argentina, que desarrolla beneficios para grandes compañías, también presente en otros países de Latinoamerica, en 2022 y 2023, el 50% de los beneficios tradicionales se utilizaba en gimnasios y un 40% en entradas de cine, es decir opciones de esparcimiento y gastos extras que no tienen que ver con el gasto cotidiano. Sin embargo, en los últimos meses esto cambió.
Según explica Brian Klahr, Co-Founder de Bonda, «en el actual contexto inflacionario en Argentina, las empresas están adoptando estrategias centradas en el bienestar financiero de sus empleados. Vemos un cambio significativo en la tendencia de los beneficios, donde las compañías están priorizando aquellos que abordan directamente las necesidades diarias, como transporte y productos de primera necesidad» , explica el directivo.
El último relevamiento de la compañía reveló que hoy «el 50% de los usuarios utilizan sus beneficios en compras de supermercados o gastronomía, y un 30% en transporte público o combustibles, o gift cards en servicios de luz, gas o telefonía celular, convirtiéndose en un recurso de ayuda para los gastos diarios».
Según una encuesta realizada por la firma, un 92% de los empleados declaró haberse sentido alguna vez abrumado y/o angustiado por la inflación en el país. Sin embargo, un 65% opinó que los bonos e incentivos son una herramienta que hace la diferencia para llegar a fin de mes. Esto explica el viraje en los comportamientos de consumo de beneficios”, explicó la firma.
Dentro de los beneficios destinados a los gastos cotidianos, las compras de productos de primera necesidad es la categoría de beneficios más solicitada (40,5%), seguido por gastronomía (19%).
Existe también una tendencia a la utilización de beneficios para todo lo vinculado al transporte, ya sea la carga de combustible, o incluso, la carga de la tarjeta SUBE. A partir de esto la plataforma lanzó este año un sistema de bonificación para el transporte mediante el cual las empresas pueden bonificar al 100% los gastos que sus colaboradores realizan para viajar a la oficina.
La tendencia a utilizar los beneficios en gastos más corrientes se vio especialmente en marzo, con el inicio del ciclo lectivo. Este año, según la información que manejan las firmas dedicadas a diseñar beneficios complementarios del sueldo, el 37% de las empresas aumentó su presupuesto para beneficios en la canasta escolar hasta en un 50%,