El Ministerio para la Transición Ecológica ha sometido a información pública el proyecto de construcción de un almacén temporal de residuos en la central nuclear de Vandellós II (Tarragona). En la actualidad, el combustible gastado se encuentra almacenado en una piscina creada para guardar el combustible usado, que se prevé que esté llena en abril de 2027. El cierre de la central está previsto para el año 2034, lo que le obliga a construir una instalación nueva que permita la continuidad de la operación. La central es propiedad de Endesa (72%) e Iberdrola (28%).
En los años 2000 el Gobierno planeó la construcción de un almacén temporal centralizado que recogiera los residuos de los siete reactores nucleares que hay ahora mismo en operación. Tal es así que en 2011 el Consejo de Ministros aprobó la designación de Villar de Cañas (Cuenca) como ubicación, pero el año pasado el Ejecutivo descartó esta posibilidad y decidió que se construiría un almacén por reactor y planteó la reunificación en un almacén geológico profundo de cara al año 2073.
La instalación que se quiere construir en Vandellós, a propuesta de la Asociación Nuclear Ascó-Vandellós (ANAV), que gestiona la central, contará con capacidad de almacenamiento para todo el combustible gastado y residuos especiales generados por la central durante toda su vida. Estará formada por una losa de hormigón armado de aproximadamente 1,07 metros de espesor con capacidad para almacenar hasta 73 contenedores en posición vertical, así como otras infraestructuras complementarias como viales de acceso, vallados e instalaciones auxiliares.
El tiempo de ejecución de las obras se ha estimado en un año y siete meses que comenzarán una vez se obtengan las autorizaciones ambientales y sustantivas necesarias. Una vez finalizada la construcción habrá un periodo de pruebas y puesta en marcha que durará unas ocho semanas. Esto da aproximadamente un año de margen para obtener la luz verde al inicio de las obras.
Este tipo de emplazamientos está dotado de altas medidas de seguridad y la robustez tecnológica necesarias para almacenar en seco el combustible gastado, altamente irradiado, que se descarga de los reactores nucleares. De esta forma, los elementos combustibles se extraen de la piscina, se encapsulan y confinan en contenedores con paredes de hormigón y acero que proporcionan la resistencia y el blindaje necesarios para ser transportados y ubicados en los almacenes.
En 2022, hasta un 20,25% de la energía generada en España tuvo como origen los siete reactores nucleares, que en su conjunto aportaron el 32,4% del total de energía sin emisiones. En el caso de Cataluña, la comunidad con más centrales nucleares en operación (con 3.033 megavatios de potencia instalada del total de 7.117 megavatios del conjunto de España), las centrales de Ascó y Vandellós II cubrieron hasta el 57,3% de la demanda de la región.