«Ya hay una línea de salida». La frase pertenece a uno de los banqueros que estuvo reunido el miércoles con el titular del Banco Central, Santiago Bausili, y escuchó su propuesta para eliminar en forma gradual los puts, una de las canillas de emisión de pesos que quiere cerrar Javier Milei para alcanzar la «inflación cero» y levantar el cepo sin desatar una crisis cambiaria.
Esos seguros, que los bancos compraron pagando una prima, les permite vender sus bonos y obliga a la autoridad monetaria a comprárselos emitiendo pesos. Fue la bala que usaron Silvina Batakis, Sergio Massa y luego Luis Caputo para que compren menos Leliq y tomen más bonos del Tesoro, una estrategia que ahora se quiere cortar de cuajo.
En ese contexto, Bausili propuso en reuniones separadas con las cámaras bancarias devolverles las primas y ofrecerles a cambio de los puts un canje de bonos CER por letras de capitalización (Lecap) o la nueva Letra Fiscal de Liquidez (LEFI) anunciada este jueves en reemplazo de los pases, otra vía de emisión monetaria que será suspendida desde el próximo 22 de julio.
A diferencia de las Leliq, esas letras no pagarán Ingresos Brutos y devengarán una tasa de interés diaria, como los pases. También las administrará el BCRA, pero las emitirá el Tesoro, abriendo así una nueva canilla de endeudamiento. «Me encanta la LEFI, no pago impuestos, ahora vamos a estar mirando el resultado fiscal», anticipó una fuente del sector financiero.
Los bancos van a estar atentos a la marcha del ajuste fiscal porque los intereses de esas letras no se pagarán con emisión de pesos, sino con el ahorro producto del superávit financiero. El límite para emitir esas letras será de $ 20 billones, una cifra por encima de los $ 16,5 billones de puts en manos del sector financiero, donde todavía persiste la cautela.
Uno de las interrogantes es como serán registrados los nuevos títulos por las calificadoras, como Moody´s y S&P. El temor es que bajen su nota y esto pueda afectar la cotización de los bancos. Bausili deberá convencer a las agencias de rating que no es un mero instrumento de deuda. «Hay bancos que no quieren saber nada con entregar puts», reconocen en el sector.
Hubo señales que generaron desconcierto y estupor: horas después de la reunión en la sede del BCRA, Milei acusó al Banco Macro de «golpista», sin nombrarlo, por vender casi $ 2 billones de bonos la semana pasada mediante puts, un monto inferior al salto que terminó mostrando la base monetaria superior a los $ 6 billones, lo que indicaría que no fue el único que se movió.
En el sector, explican esos cambios por la suba del dólar y la caída de los bonos, tras la baja de tasas. En junio, hubo ahorristas que salieron de fondos comunes de inversión en bonos CER para pasarse a fondos vinculados al dólar o al dólar financiero. Así, para no quedar descalzados, hubo quienes prefirieron quedarse «líquidos», ejecutando puts y desarmando pases.
Luis Caputo retomó esa línea y le bajó ayer el tono a los dichos de Milei cuando dijo que el Macro se deshizo de bonos ajustados por el IPC en vista de la caída de la inflación. En la city financiera, también apuntan al temor que habrían generado los rumores de empresarios cercanos al gobierno sobre un supuesto «plan Bonex» o canje compulsivo, que finalmente no se concretó.
SN