Después de aprobar el desembolso de US$ 800 millones, el Fondo Monetario Internacional destacó este lunes el avance del plan de ajuste del gobierno de Javier Milei, pero volvió a alertar por los «desequilibrios» que podrían complicar el camino a la estabilización. En ese marco, el Gobierno prometió nuevas subas en las tarifas de energía y se comprometió a endurecer el ajuste y subir impuestos si fracasa el paquete fiscal en el Congreso.
Las definiciones surgen del último staff report tras la revisión de metas del primer trimestre, un documento de 110 páginas donde los técnicos estiman que la recesión será más profunda de lo previsto, ya que la actividad caerá un 3,5% (en lugar del 2,75% previsto inicialmente) y pronostican que la inflación mensual cerrará a fin de año en torno al 4% (140% interanual frente al 150% anterior), lo que representa un freno desde el 4,2% en mayo.
«Desde la última revisión las continuas y decidas medidas para restablecer la estabilidad macroeconómica han encarrilado firmemente el programa. «El plan de estabilización -centrado en un sólido anclaje fiscal sin nuevo financiamiento monetario- ha generado superávit fiscal y externo, un marcado cambio en las reservas, un fortalecimiento del balance del banco central y una desinflación más rápida de lo previsto, al tiempo que se ha incrementado el gasto social», destacó el organismo.
Según el FMI, todas las metas hasta fines de marzo se cumplieron con márgenes, con «buenos avances» en la agenda estructural. El superávit primario acumulado hasta finales de marzo alcanzó los $ 3,8 billones (0,6% del PIB), superando el objetivo del programa en casi $ 3 billones, gracias al ajuste del gasto y al crecimiento de impuestos vinculados al comercio exterior. Y la acumulación de reservas netas hasta finales de marzo alcanzó US$ 8.700 millones frente a un piso de US$ 6.000 millones.
El Fondo advirtió, no obstante, que «persisten algunos desequilibrios macroeconómicos y obstáculos al crecimiento, y aún queda por delante una difícil senda de ajuste». «Ahora hay que mejorar las políticas para aprovechar los avances logrados hasta ahora. Deben proseguir los esfuerzos para ampliar el apoyo político y social a las reformas, así como para proteger a los más vulnerables», aseguró en el informe, y apuntó a las reformas que quedaron suspendidas tras su rechazo en el Congreso.
Así, pese a los «avances impresionantes» para alcanzar el equilibrio fiscal, el FMI aseguró que «deben proseguir los esfuerzos para reformar el impuesto a las Ganancias, racionalizar las subvenciones y los gastos fiscales y reforzar el control del gasto». «Más allá de este año, será fundamental profundizar las reformas de los sistemas tributario, jubilatorio y de reparto de ingresos, incluida la eliminación de los impuestos distorsivos», destacó el organismo.
El documento revela algunos retoques: ahora el compromiso es un superávit primario del 1,7% del PBI en 2024, cuando en la revisión previa era del 2% del PBI. Si bien Milei sostiene que el grueso del ajuste fue con motosierra, el Fondo informó que, a fines de abril, alrededor de dos tercios (en torno a 5 puntos del PBI) fue a través de un aumento temporal del impuesto PAIS a las importaciones, una reducción de subsidios y recortes del gasto discrecional.
Para mantenerse dentro del plan y evitar riesgos por la recesión y precios de exportación menos favorables, el FMI sostiene que «el paquete fiscal, que se espera sea aprobado por el Congreso -que incluye una reforma del impuesto a las Ganancias, una amnistía fiscal (el blanqueo), una mejora de Bienes Personales y los impuestos especiales sobre el tabaco- apoyará y mejorará la calidad de los esfuerzos de saneamiento».
Según el staff report, el paquete fiscal y otras medidas aportarán un 0,6% del PBI, sin incluir el blanqueo de capitales (0,3% del PBI en 2024). Dentro del proyecto legislativo, Ganancias es el más importante (0,25% del PBI), seguido por Bienes Personales y el impuesto al tabaco. Pero también se esperan ingresos extra por el IVA debido a la suba de tarifas y el impuesto PAIS sobre el giro de dividendos (0,21% entre ambos).
Con todo, el FMI exige más cambios. Por empezar, que el Gobierno presente al Congreso un plan para «racionalizar» los gastos tributarios o exenciones dentro de los próximos dos meses y considerar la eliminación de algunas tasas que benefician a regiones y sectores específicos. Si bien no lo menciona, dentro de esa planilla que en su momento propuso Sergio Massa y luego Hacemos Coalición Federal, se encuentra el régimen de Tierra del Fuego.
Pero además hay temor a que las demoras en el paquete fiscal y estructural «socaven» el plan de estabilización. Por ello, en caso de «retrasos» en la aprobación por el Congreso de las medidas fiscales, las autoridades acordaron recurrir a decisiones «discrecionales», como reforzar y ampliar impuestos especiales, en particular sobre los combustibles, acelerar la quita de subsidios y recortar más los fondos a provincias y empresas públicas.
Por otra parte, el equipo económico también está dispuesto a ajustar la política monetaria y cambiaria con «mayor agilidad» para alcanzar los objetivos de acumulación de reservas y desinflación, por ejemplo, llevando las tasas de interés reales a terreno positivo más temprano para sostener la demanda de pesos en el caso de que la reducción de la inflación y las expectativas inflacionarias sean más persistentes.
Por último, el organismo espera que el ajuste se complemente con un recorte de subsidios del 0,7% del PBI. Así, después de los aumentos en el gas y la luz del 350 y 200%, respectivamente, en el primer trimestre, las autoridades planean recuperar los costos para la mayoría de los usuarios, «nuevos aumentos» en los precios mayoristas (PEST y PIST) en los próximos meses y límites más estrictos al consumo de electricidad subsidiada.
SN