La recuperación mundial del turismo se está acelerando, tras la abrupta caída que tuvo durante la pandemia, según los operadores del sector. Este año, entre los 20 países más resilientes del rubro, la Argentina ocupa el puesto número siete, según los datos de ForwardKeys, una consultora global que acaba de presentar sus números en la 23° Cumbre Global del Consejo de Viajes y Turismo (WTTC) por sus siglas en inglés.
El ranking, elaborado con el procesamiento de todos los tickets aéreos vendidos, está liderado por dos países con destinos de sol y playa: República Dominicana (+14% sobre 2019) y Colombia (+5%). Le siguen México (+5); Grecia (+3%), Arabia (0%) y Portugal (-1%).
En el séptimo puesto, la Argentina -que todavía está 3% por debajo de las ventas de 2019– se beneficia con más llegadas de extranjeros gracias a la ventaja cambiaria. Así lo explica Oliver Ponti, vicepresidente de ForwardKeys: “Básicamente, el nivel de restablecimiento turístico se debe a «la muy buena relación entre precio y calidad que atrae principalmente a viajeros norteamericanos, europeos y regionales como los brasileños», dice.
En cuanto al turismo emisivo, «la clase alta argentina sigue viajando mucho”, dice el analista, al ser consultado en el marco de la cumbre global, que se realizó en Ruanda, África.
La presidenta y CEO del WTTC, Julia Simpson, señala que los viajes globales están aumentando a pesar de las crisis inflacionarias en varias economías del mundo. «Todas las regiones se recuperan más rápido de lo esperado, con Asia-Pacífico liderando la lista. El mercado está creciendo al 5% anual, casi el doble de la economía global», dice la directiva.
Julia Simpson, presidenta y CEO del Consejo Mundial de Turismo (WTTC)Los datos que maneja el WTTC, compuesto por los operadores privados del sector, indican que en 2019 el porcentaje del turismo mundial en su participación del PBI global era del 10,4% y se estableció en el 7,6% en el 2022, tras los embates de la pandemia. Los pronósticos para este año hablan de una participación del 9,2% bajo el presupuesto de una economía global creciendo al 1,3%.
Una tendencia que favorece a Buenos Aires
Entre los cambios que los actores del turismo están registrando también figura la vuelta de los turistas a los destinos urbanos, lo que favorece a Buenos Aires. Una elección que venía siendo postergada por las secuelas de la pandemia, cuando los viajeros buscaron sitios más vinculados con la naturaleza o el «outdoor». También se suman las nuevas expectativas de la demanda joven, más inclinada hacia destinos que ofrezcan nuevas posibilidades y sobre todo, comprometidos con el medio ambiente.
Entre las tareas para mejorar, según la presidenta el WTTC, figura el trabajo de los operadores turísticos junto con los gobiernos, para el fomento de sitios tradicionalmente no tan promocionados.
En el caso de la Argentina, la idea es «que el extranjero no sólo visite Buenos Aires, sino que conozca las riquezas de todas las provincias», señaló. En el caso de Ruanda, cita como ejemplo al país anfitrión del evento, “muchos turistas vienen atraídos por los safaris. Sin embargo, esta «tierra de las mil colinas», como se la llama, tiene muchos otros atributos», resaltó.
Ese país -donde por primera vez se realiza una cumbre del WTTC- es considerado un caso de éxito en cuanto a la recuperación turística, después del genocidio de la etnia tutsi ocurrido en 1994, en el que murieron casi un millón de personas. Según Simpson, «el turismo tiene un efecto transformador para toda la sociedad», resumió entre las cualidades para la inversión del país centroafricano.
Otro de los temas en agenda de los operadores turísticos es el impacto ambiental de la actividad. Al respecto, el WTTC compartió en la cumbre los últimos datos de Investigación de Impacto Ambiental en asociación con el Centro Global de Turismo Sostenible del Ministerio de Turismo de Arabia Saudita.
El informe incluyó por primera vez las emisiones precisas de gases de efecto invernadero del sector. También la huella de carbono y el uso del agua. Según los datos, los viajes y el turismo fueron responsables del 8,1% de las emisiones de gases de efecto invernadero en 2019, el 10,6% del total de la energía mundial y el 0,9% del uso de agua dulce.
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