Si Los Pumas tienen la regla de las 24 horas, lapso en que se transita la euforia por el triunfo o la desazón de la derrota para luego despojarse de esas emociones, Felipe Contepomi hizo todo lo posible para que no se le note lo que vivió junto a sus jugadores en el vestuario. Entró tarde a la conferencia. Nadie le estaba pidiendo el tiempo, pero después del histórico partido en Santa Fe, en el que Argentia le ganó por 40 puntos a Australia, el tiempo pareció perder su urgencia.
Si es por cuestión de tiempo, lo que queda en el calendario inmediato son los Springboks en dos semanas. Y aunque sea el cuco, el malo de la película, una encuesta imaginaria entre el público los pide en cancha ahora mismo. ¿Cómo será ese partido en Santiago del Estero?
“¿Contra Sudáfrica, en dos semanas?”, pregunta Contepomi cuando responde justamente ese interrogante. Y ahí otra muestra de que el entrenador tampoco quiere que se acaben esas 24 horas en las que se permiten, en este caso, festejar todo lo posible una actuación como la de ayer. “Lo evaluaremos, es otro estilo de rival, tienen otra propuesta de juego. No vamos a cambiar nuestra manera de jugar ni nuestros principios”, anticipó, montado no sólo en el baile ante los Wallabies, sino en el hecho que se dio tras remontar 17 puntos en contra.
El Madre de Ciudades de Santiago del Estero hoy suena lejano, pero el lo que se avecina. Para entonces tendrá tiempo de evaluar a sus jugadores. Para este partido, Contepomi descartó a aquellos jugadores que no estaban al cien por ciento y los resultados están a la vista. En la semana, escuchará las evaluaciones de los médicos sobre los tocados y tomará una decisión para ver qué partido planea ante los sudafricanos.
“No vamos a cambiar nuestra manera, pero si utilizar vamos a pensar en nuestra fortaleza para desnudar sus debilidades… si es que las tienen”, admitió Contepomi en la conferencia en la que pese a todo, señaló que “hay aspectos en los que queremos mejorar”.
Es que el partido tiene dos lecturas. La primera, la del inobjetable resultado y la cara triunfadora del equipo que se hermana con la ofrecida en la primera fecha, cuando vencieron a los All Blacks en su tierra. La otra, los primeros 28 minutos cuando el resultado hablaba de un partido que no fue y que tenía a Australia como dominador con 17 puntos de ventaja. Sin el segundo tiempo arrollador, no se explica el final del partido.
Los Pumas ganaron, gustaron y golearon en Santa Fe, que tuvo una fiesta completa. Foto: AP Photo / Mateo Occhi.“No pasó nada extraordinario ni distinto en el entretiempo. Los jugadores dentro de la cancha, en los últimos 10 minutos, empezaron a cambiar. No sé si hablar de descontrol táctico, porque teníamos la intención pero mal canalizada. Pero después se encauzó con lo que queríamos hacer y cómo lo íbamos hacer. Teníamos que estar convencidos y lo estuvimos”, remarcó.
Pero fue más allá y encontró la figura que mejor lo grafica. “Había que picar la piedra”, resumió. ¿Es esa la consistencia deseada?, al menos eso le había confiado a Clarín al comienzo de su ciclo, que quería un equipo consistente.
“Lo de hoy no fue consistencia, sino una serie de aciertos vulgares que, sostenidos, nos van a dar la consistencia. Es entender la idea, confiar, ejecutarla y no cambiar cuando las cosas no salen o caer en las decisiones individuales. Lo de hoy es una muestra de la voluntad por sostener una idea”, distinguió.