El mundo, perdón, el Mundial de motociclismo está esperando la decisión de su mayor y mejor campeón de la última década, Marc Márquez Alentá. El ‘paddock’ quiere saber si MM93 le concede o no la última oportunidad a Honda para que le ofrezca una moto con la que poder competir por los cinco primeros puestos de cada GP o, simplemente, rompen amistosamente el año que le queda de contrato y se va al equipo ‘satélite’ de Ducati, el del desaparecido Fausto Gresini, convirtiéndose, de nuevo, en el compañero de su hermano Àlex, como ya lo fueron en el ‘team’ Repsol Honda.
Es evidente que por lo visto hasta la fecha, la firma alada no está aún en condiciones de garantizarle esa posibilidad al ocho veces campeón del mundo, que ha ganado los seis títulos grandes con Honda. De ahí que Italia entera, al menos el mundo de las dos ruedas, dé ya por hecho y hasta haga burla, mofa, de ello, que o bien Honda o bien Márquez esta misma semana anunciarán que se va y ficha por el equipo del fallecido Fausto Gresini para pilotar una Ducati ‘Desmosedici’ que le permita volver a disfrutar en la pista.
Cuando digo que Italia entera se ríe ya del misterio con el que tanto Márquez como Honda han envuelto su decisión, es porque hasta el mismísimo gurú de la firma campeona del mundo, el ingeniero Gigi Dall’Igna, ha entrado al trapo de la polémica y, con sus palabras en Motegi (Japón) ante los micrófonos de Sky TV Italia, ha confirmado, aunque luego trató de desmentir su afirmación, que “Marc ha decidido cambiar su Honda por una de nuestras Ducati, lo que nos alegra”.
Insisto, cuando el periodista de Sky TV Italia le dijo “osea ¿qué Marc ya ha fichado por Ducati?”, Dall’Igna, formando parte de una historia ya muy manoseada, intentó hacer marcha atrás sin conseguirlo: “Bueno, bueno, eso es lo que he oído, luego está claro que todavía no hay nada oficial. Creo que hay muchas cosas por hacer, que hay un contrato complicado de romper, en el caso de que él quiera claramente romperlo. Pero me parece que las declaraciones que ha hecho son estas, y desde nuestro punto de vista es grato», amplió el de Venecia.
Repito, la mofa se completó, por parte de Dall’Igna, con otro comentario demasiado delatador como para no ser cierto: “Este año seguimos centrados en el campeonato, que tiene mucho que decir. Luego, sin duda, Marc es un piloto difícil de manejar por muchas razones y existe la preocupación de que pueda romper algún equilibrio. Al final eso formará parte del juego y dependerá de nosotros gestionarlo». Todo el ‘paddock’ sabe que no hay mayor deseo por parte de Dal’Igna que trabajar con el mejor piloto del mundo.
«Márquez es un piloto difícil de manejar. Debemos estar contentos de que fiche por Ducati, pero me preocupa que pueda romper el equilibrio que existe». Gigi Dall’Igna. Máximo responsable técnico de Ducati Corse
En ese mismo circuito, en Motegi, el británico Cal Crutchlow, piloto probador de Yamaha, fue muy contundente demostrando la admiración que siente por Márquez: “Yo siempre dije que, si Marc se subía a una Ducati, los demás podían quedarse en casa. Por eso no quiero que se suba a una Ducati, y que intente darle la vuelta a la situación que atraviesa con Honda», respondió el veterano corredor británico, de 37 años. “Yo tuve el privilegio de rodar con Marc y, la verdad, es imposible pilotar como pilota él. Es otra historia”.
«Yo siempre dije que el día que Marc se subiese a una Ducati, los demás podían quedarse en casa». Cal Crutchlow. Piloto probador de la fábrica Yamaha
Cuando digo que Italia entera empieza a hacer broma sobre la posibilidad de que Márquez u Honda, pues puede que el anunció de la ruptura pactada, pacífica, amistosa, entre Japón y Márquez lo haga la firma nipona, es porque incluso, el pasado fin de semana, durante la celebración del Gran Premio de Japón un periodista italiano, de los más veteranos del ‘paddock’ ya le insinuó al DIRCOM del equipo de Gresini que colocase una foto de Márquez en su comunicado.
La posibilidad de que Márquez estuviese dispuesto a cambiar de moto en el 2024, ya partió, en abril del 2023, del campeonísimo norteamericano Wayne Rainey que dijo que “tener a su hermano Àlex en el equipo de Fausto Gresini, verle disfrutar con la Ducati, oírle hablar de sus virtudes, hará que Marc piense lo que muchos campeones hemos pensado alguna vez cuando nuestra moto deja de ser competitiva: buscar otra moto que te permita disfrutar en la pista, divertirte, pasártelo bien, que es la única manera de ganar”.
La broma de Bagnaia
Durante todos estos meses han ocurrido un montón de cosas y casi todas ellas, unidas al gran misterio con el que Márquez ha envuelto su decisión, no la de Honda, han hecho que el caso empiece a tener ya un punto de show. Desde que Claudio Domenicali, CEO de Ducati Corse, dijese que Marc no les interesaba (6 de junio) al grito desesperado de Koji Watanabe, presidente de HRC (Honda Racing Corporation), de que “jamás nos retiraremos” (17 de agosto), pasando por la comprensión demostrada por Alberto Puig, Team Manager de Repsol Honda, cuando dijo “Marc tiene contrato con nosotros en el 2024, pero Honda jamás retendrá a alguien que quiera irse”.
La mofa, las risas, el cachondeo con el que toda Italia observa, analiza, comenta e intuye la llegada de Márquez a Ducati, quedó patente, también, en la actitud del actual campeón de la firma italiana, ‘Pecco’ Bagnaia, que en la misma conferencia de prensa previa al GP de Japón, en Motegi, lanzó un «bye, bye, Honda» y, posteriormente, añadió que si Márquez al final ficha por Ducati «esperaré que llegue el beso con Valentino», mostrando claramente su perplejidad por el hecho de que MM93 esté dispuesto a todo por tener la oportunidad de volver a ganar.