Mick Jagger cumple 80 años este miércoles 26 de julio. La fecha es ideal para recordar esos días de febrero de 1995, cuando a instancias de su compañero Keith Richards -asombrado por la pasión del público argentino, que vivió en su concierto solista en Vélez en noviembre de 1992- trajo a los Rolling Stones por primera vez a Buenos Aires.
El jueves 9 de febrero de 1995 fue un día clave en la historia de la larga y apasionada relación de los Rolling Stones con el público argentino. Fue la fecha de su primer recital en el estadio de River, donde luego dieron cuatro funciones más, sumando 300 mil espectadores.
No fue un show más dentro de la maratón de visitas internacionales que llegaron al país desde fines de los años ’80. Fue una espectacular superproducción, con un escenario monstruoso, de 28 metros de alto y 70 de largo. con una gigantesca estructura que simulaba ser una cobra gigante y suportaba mil luces. Todo pesaba más de 200 toneladas y había llegado en un enorme avión Boeing 747.
Un furor que no esperaban
Según contó el empresario Daniel Grinbank en su reciente autobiografía Te amo te odio dame más (editorial Planeta), «Los músicos británicos se alojaron en el Hyatt (la única de las cuatro veces que vinieron al país en que todos los Stones compartieron hotel), y no pudieron hacer muchos movimientos».
Y sigue: «Cada movimiento de los Stones era complicado de administrar, porque el hotel estaba bloqueado, rodeado de gente a toda hora. Era imposible moverse. Así que también tuvimos que implementar un operativo policial importante».
El concierto
Atrás estaban Ron Wood, Charlie Watts, Darryl Jones en bajo, Chuck Leavell en piano, Bobby Keys en saxo, y la dupla Lisa Fischer-Bernard Fowler en coros, además de una sección de vientos.
Recién tras el segundo tema, Tumbling Dice, Jagger dijo en castellano: «¡Buenas noches! ¡Bienvenidos al Voodoo Lounge!».
El show tuvo, 23 canciones y duró dos horas y media, con el clásico final lleno d e fuegos artificiales.
«Me llamó la atención el repertorio», dijo entonces Charly García en Clarín. «Me da la impresión de que para Argentina eligieron canciones con cierto filo político como Undercover of the Night, que habla de los desaparecidos, y Gimme Shelter y Street Fighting Man. Su espectáculo visual es absolutamente shockeante».
Stones en Buenos Aires
Durante esos días en Buenos Aires, Jagger se alojó en la habitación 1209 del Hyatt. Era una suite enorme, con una vista grandiosa de la ciudad, en la que ya habían dormido Axl Rose y Luis Miguel.
Muy cerca, en la Mansión Alzaga Unzué, se alojaron Keith Richards, Ron Wood y Charlie Watts. En total, entre esposas, hijos, amigos, un padre (el de Richards), técnicos, asistentes, sonidistas, guardaespaldas y cocineros, eran 180 personas. Los Stones habían reservado 80 habitaciones para 12 días.
Juanse, el cantante de Ratones Paranoicos (banda telonera, igual que Pappo y Las Pelotas), también estaba ahí, en la habitación 918 del Hyatt con su mujer, Julia, y con Daland, su hijo.
Con el correr de los días, Jagger se molestó porque no podía salir a la calle por la multitud de fans, pero Charlie visitó un haras en busca de caballos de polo y tanguerías en San Telmo, Ron se dedicó a pintar y a dibujar, y Keith tomó sol, bebió champagne y jugó con una navaja en el balcón de su habitación.
El martes 7, el cantante se había escapado del hotel tapado como un bulto en un Peugeot 505 y en la Recoleta tomó un té en La Biela y visitó la Iglesia del Pilar. A la noche hubo una recepción en la embajada británica. con el embajador Sir Peter Hall.
Cuando el tour terminó, después de un año, había recaudado 320 millones de dólares. En Argentina, donde dieron cinco shows legendarios y cortaron 300 mil tickets, la gira facturó 20 millones.
MFB