Jorge Broun fue el responsable de meter a Rosario Central en la final de la Copa de la Liga Profesional. El arquero del equipo rosarino detuvo tres de los cuatro penales que le ejecutaron. Y el cuarto no hizo falta ya que Manuel Lanzini lo tiró arriba del travesaño.
Antes de ese remate, que determinó el triunfo de Central, Broun contuvo los disparos de Enzo Díaz (con los pies y luego la pelota pegó en el travesaño), Agustín Palavecino (se quedó parado en el medio) y Gonzalo Martínez (se arrojó sobre su derecha).
“Me tenía mucha confianza y fe en los penales y por suerte no entró ninguna. Hice caso a lo que me dijeron mis compañeros, a lo que habíamos estudiado y tuve un poco de intuición también”, contó la figura de la noche en el Kempes.
¿Y también de una ayuda divina? «Antes de que arrancaran los penales, (Ignacio) Malcorra me dijo: «El Diego te va a ayudar», confesó el arquero, que fue el último arquero de Maradona, cuando el Diez fue el DT de Gimnasia y Esgrima
Luego, agregó:“Estoy feliz. Voy a jugar una final con el club del que soy hincha”. Broun ya le había atajado dos penales a Racing la semana pasada en la clasificación a las semifinales.
Y venía de una semana difícil porque tras ese partido, sufrió una intoxicación. «Después de la vuelta de Salta con esa pequeña intoxicación fue muy duro: tomé Buscapina y hoy estuve todo el día sin comer, sin comer. Pero quería estar y con los médicos hicimos todo lo posible para estar».
Sobre el desarrollo del encuentro, el arquero de Central analizó: «Tal vez no fue el mejor partido, pero metimos y aguantamos en los 90 minutos y ellos no tuvieron muchas situaciones claras: estuvimos siempre bien parados». Y se fue feliz, claro. Ahora va por un título con el club que ama.