Cuando llegó el cable se lo vio como amenaza. Cuando aparecieron las primeras opciones del On-demand se habló de migración de audiencia y cuando el streaming empezó a conquistar terreno, a paso arrasador, muchos detractores de lo tradicional auguraron la muerte de la televisión abierta. Cosa que no sucedió y que tampoco asoma en el horizonte cercano. El medio tampoco hace mucho por ganar esa pelea dela industria audiovisual, pero cada tanto sabe ganar algunas batallas. Como cuando el domingo jugó su ancho de espadas con el regreso de Susana Giménez después de casi cinco años, aunque la diva haya perdido su partida de truco frente a cámaras.
Pero ella ganó su otra partida: su vuelta no sólo fue lo más visto de este domingo 22 de septiembre, sino que tocó picos de rating dignos de otra época. Durante la entrevista con los campeones del mundo Rodrigo de Paul y Leandro Paredes -contra quienes perdió al truco 11 a 15- consiguió llegar a los 19 en la medición del minuto a minuto. Y el lunes se supo que su reaparición por la pantalla de Telefe -no lo hacía con continuidad desde antes de la pandemia- había marcado 16,3 puntos, el doble de lo que venían logrando los ciclos dominicales más exitosos de esta era.
No se llegaba a esa cifra desde las mejores galas de Gran hermano de este año. Y Susana pudo, un domingo, de noche, y a la vieja usanza de ‘tenés que verme a la hora señalada’ (más allá de que después uno pueda encontrar ese material en el streaming). Y ahí estaba, nomás, la gente sentadita frente al televisor: según las planillas de Kantar Ibope Media, la diva alcanzó un share del 70,63 por ciento, lo que representa que, de cien aparatos encendidos, más de 70 estaban sintonizados en Telefe.
De hecho, sus 16,3 puntos de promedio superaron la suma del rating de las restantes seis señales de aire.
Susana y Mirtha son las dos divas indiscutidas de la TV: no tienen reemplazo.
Las que deberían llevar la cinta de capitanas
Así, desde su rincón dominical, Susana reavivó la llama y dio por tierra el diagnóstico de pronta mortalidad de la TV abierta.
A Mirtha, los sábados, no le va tan bien, pero tampoco puede decirse que le vaya mal, ni mucho menos. La noche de Mirtha (por El Trece) suele estar en el Top Five de los más vistos que se da a conocer los domingos a la mañana.
La Chiqui se mueve alrededor de los 5 puntos, una marca más que correcta para la alicaída TV sabatina de estos tiempos.
Pero, más allá de los números, ir de invitado a la mesa de Mirtha o al living de Susana sigue siendo un buen plan para actores, políticos, cantantes y deportistas, artistas de todo tipo. Se lo toma algo así como un «llegué, mamá». Como un «pertenecer». Como una distinción. Y, sin embargo, en una pantalla carente de figuras fuertes y contenidos atractivos o convocantes y de casi nula ficción (este lunes se estrenó Margarita, por Telefe, pero no llegó ni a los 10 puntos de rating), las dos divas indiscutidas de la TV están recluidas en las noches de los fines de semana. ¿Las desaprovechan?
El domingo 22 volvió Susana Giménez y arrasó con el rating.Si uno les preguntara a ellas, Mirtha diría que querría estar más tiempo en pantalla, seguramente, y Susana -imagina uno- diría que tal vez no, que con un día es suficiente. Pero, amén de esas suposiciones, está claro que el público y los invitados las siguen eligiendo. Aunque los programadores les tengan asignados los fines de semana.
A los 97 años, Mirtha Legrand sigue haciendo su programa semanal, los sábados a la noche por El Trece.Una lástima que para dar pelea en un medio que está por cumplir 73 años -la TV argentina se inauguró el 17 de octubre de 1951- no se eche más mano a los que saben pararse frente a una cámara y conquistar. La cámara no quiere a cualquiera, el público tampoco. A esta altura más de uno podrá decir que la tele, como otros sitios, merecen recambio y bla bla. Pero si con el recambio no se despega, y con una mujer de 80 y otra de 97 sí, es porque a veces, cambio de palabras mediante, es mejor lo bueno conocido.