«Vanesa no murió por amor sino que murió en un contexto de violencia de género no reconocida posteriormente por el Estado». Desde el 26 de junio de 2010 la familia de Vanesa Celma esperaba escuchar esa frase.
Aquel día les dijeron que Vanesa se había quemado sola y caso cerrado. Su familia insistió con el pedido de investigación y Justicia para que su muerte no quede impune. El alivio y la reparación llegaron ahora, 13 años después.
En un acto oficial «de dignificación» en la ciudad de Rosario, la provincia de Santa Fe reconoció su «responsabilidad en la falta de investigación de los hechos que determinaron la muerte de Vanesa Soledad Celma en un contexto de violencia de género»
El gobierno local reconoció también «la vulneración de derechos de Vanesa Celma y sus hijos Alexander y Malena a la integridad personal, a las garantías judiciales, a la protección de la honra y la dignidad, a la igualdad ante la ley, y a la protección judicial efectiva».
La familia lo repitió durante todos estos años: la policía perdió pruebas, la Justicia no imputó al femicida y la causa no tuvo perspectiva de género.
Una historia de violencia
La familia de Vanesa Celma siempre aseguró que se trataba de un femicidio. Vanesa estaba embarazada de ocho meses el 26 de junio de 2010. Su hijo Alexander tenía entonces 5 años y olió a quemado, sintió el humo que salía de la habitación de su mamá. La abrió y allí estaba ella incendiándose, también estaba su padre, Omar Díaz, árbitro de fútbol.
El nene los había escuchado discutir. Hacía días que su padre no volvía a la casa: tenía una relación paralela con otra mujer. Eso enojaba a Vanesa, pero seguía con él. El nene era testigo de todas las peleas y los golpes. Aquel día fue quien salió a la calle a pedir ayuda a sus vecinos.
Vanesa Celma.y una historia marcada por la violencia. Vanesa fue internada en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez, donde le hicieron una cesárea de urgencia para que naciera Malena. Cuatro meses estuvo internada Vanesa. Cada vez que su marido la visitaba ella temblaba, hasta que un día le contó todo a una enfermera. Le habló de los golpes, los insultos, el fuego.
El 22 de noviembre Vanesa murió. La beba tenía cuatro meses. La familia se hizo cargo. «Fueron 13 años de lucha y reclamos. El tipo pidió la tenencia de los chicos pero no lo permitimos. Alexander temblaba si lo tenía cerca, siempre le tuvo miedo, nunca quiso verlo –cuenta Eva-. Incluso conseguimos una orden para que no pudiera acercarse. Es indignante porque sigue trabajando como árbitro de fútbol, como si no hubiera hecho nada«.
Familiares de Vanesa. Siempre sostuvieron que se trató de un femicidio.Como la Justicia local nunca escuchó a la familia de Vanesa, hizo una presentación ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Entonces sí, finalmente Argentina reconoció que no fue un incendio, que la muerte de Vanesa Celma fue femicidio.
«El Estado es responsable por las cosas que hace, por las políticas públicas que lleva adelante y también es responsable por lo que no hace; tenemos bien en claro que lo contrario al olvido no es sólo la memoria, es también la justicia”, aseguró la ministra de Gobierno, Justicia y Derechos Humanos, Celia Arena, en el acto de dignificación.
La ministra de Justicia de Santa Fe con familiares de Vanesa en el acto de dignificación.«Alexander se sintió muy feliz y contento de escuchar hablar de su mamá. La Justicia nunca lo escuchó a él y por eso Díaz está libre«, dice Eva Domínguez a Clarín. Eva es la pareja de uno de los hermanos de Vanesa y quien busca justicia desde el primer día. También forma parte de la Asociación Atravesadxs por el Femicidio.
Alexander tiene 18 años, estudia Literatura. Malena, de 13, fue diagnosticada con el síndrome del espectro autista. Le afectó el habla. Va a una escuela especial. La madre de Vanesa enfermó tras la muerte de su hija, un cáncer de útero que la mató a los meses. Su padre murió también, de depresión.
Además del acto de pedido de disculpas, el gobierno de Santa Fe se comprometió a elaborar una guía específica de actuación, con perspectiva de género, para integrantes de las fuerzas de seguridad de la Provincia de Santa Fe.
También, que en situaciones de mujeres quemadas por su agresor; se deben incluir todos los antecedentes de la historia; y se firmó un acta de compromiso en la capacitación obligatoria en la temática de género para todas las personas que integran los tres poderes del Estado (Ejecutivo, Legislativo y Judicial). Además, los hijos de Vanesa fueron incorporados al Régimen de Reparación Económica para las Niñas, Niños y Adolescentes (REENYA), víctimas de femicidio.