El arresto, que se concretó en una vivienda ubicada en la calle La Santa María al 2.000 de la mencionada localidad del oeste del conurbano, estuvo a cargo de efectivos de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Lomas de Zamora y del Departamento de Homicidios de la policía bonaerense.
«No se resistió en ningún momento, estaba descansando en una cama, sin remera y fue sorprendido por los efectivos policiales», dijo a Télam una fuente de la investigación que participó del operativo en un barrio residencial con casas con parques arbolados y calles de tierra.
El domicilio pertenece a una amiga de Pilepich que, a su vez, era la encargada de vender los terrenos en el emprendimiento privado «Renacer», en el partido de General Rodríguez, el mismo lugar en el que «Lechuga» Pérez Algaba (41) fue visto por última vez el 18 de julio pasado.
Fuentes de la investigación revelaron a Télam que en ese domicilio de Paso del Rey los policías ubicaron la camioneta Ford EcoSport que solía emplear el ahora detenido y que ahora quedó secuestrada, y no se hallaron armas de fuego.
El nuevo detenido será indagado el jueves por el fiscal Marcelo Domínguez, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción 5 de Lomas de Zamora, quien le imputará al igual que al resto de los detenidos el delito de «homicidio cuádruplemente agravado por el uso de arma, por alevosía, por codicia y por el concurso premeditado de dos o más personas».
El comerciante, que permaneció casi tres días prófugo y cuya captura internacional había sido solicitada por la Justicia, se convirtió así en el sexto detenido en el marco de la causa, en la que aún resta localizar al prófugo Nahuel Vargas, la otra persona que vio a la víctima en el predio «Renacer».
Se trata del comisario Héctor Córdoba, cuya detención en el marco de la causa por el homicidio de «Lechuga» fue solicitada por el titular de la Unidad Funcional de Instrucción 5 de Lomas de Zamora, Marcelo Domínguez, aunque no fue concedida por el juez de Garantías 4 de ese distrito, Sebastián Monelos, al considerar que faltan pruebas para encarcelarlo.
No obstante, al haber sido imputado en la causa por la fiscalía, las autoridades de la Oficina de Transparencia y Control de la fuerza porteña resolvieron el pasado lunes pasarlo a disponibilidad mientras avanza la causa.
De acuerdo al pedido de arresto realizado por el fiscal Domínguez -al que Télam tuvo acceso-, el comisario, quien se desempeñaba en el área de comunicaciones de la Policía de la Ciudad, tenía vínculos comerciales con el principal acusado y ahora detenido, Pilepich.
Y es en el marco de esa relación que el Ministerio Público cree que Córdoba le entregó a Pilepich un número de abonado telefónico con el que el acusado mantuvo diversas comunicaciones -incluso con el comisario- entre el 18 y 19 de julio pasado, días en los que se cree que Pérez Algaba fue asesinado de dos tiros por la espalda y luego descuartizado y arrojado a un arroyo de Ingeniero Budge dentro de una valija y un bolso.
Para el fiscal, el comisario, además de habilitarle la línea telefónica, instruyó a Pilepich en cómo emplear y manejar la cuestión tecnológica para evitar ser vinculado al hecho.
Si bien para el juez la prueba reunida indica que no se puede desconocer el vínculo entre ambos, no existen elementos suficientes por el momento para abonar la hipótesis fiscal que vincula al comisario con el cuádruple crimen del empresario, según indicó en la resolución en la que rechazó su pedido de arresto y avaló inicialmente el de otras cinco personas: Pilepich, Nahuel Vargas (prófugo), Matías Ezequiel Gil, Fernando Gastón Martín Carrizo y Luis Alberto Contreras, todos detenidos el pasado lunes.
Domínguez afirmó que el móvil del crimen del empresario Pérez Algaba fue una deuda por 50.000 dólares y por 17 terrenos que el imputado Pilepich debía entregarle a la víctima, quien, con el fin de cobrarla, fue la tarde del 18 de julio hasta el predio «Renacer» de General Rodríguez a encontrarse con él.
Camino a ese campo, donde se cree pudo ser capturado y asesinado, «Lechuga» reconoció en un mensaje de audio que temía por su vida ante la posibilidad de ser baleado, según las pruebas aludidas por el fiscal.
El representante del Ministerio Público consideró que, más allá de sus negocios en común, entre Pilepich y Pérez Algaba existía «una relación de amores y odio, en la que se advierte y se puede afirmar la existencia de discusiones peleas y amenazas que se efectuaban entre ambos», e incluso hace mención a un antecedente en el que el ahora acusado «le había efectuado disparos de arma de fuego» hacia la víctima, aunque sin herirlo, en el mismo campo de General Rodríguez.
El crimen de Pérez Algaba
Pérez Algaba fue visto por última vez la tarde del 18 de julio cuando a bordo de una camioneta Range Rover blanca que le había prestado Pilepich se dirigió junto a Vargas al predio «Renacer» a cobrar esa deuda.
La desaparición del empresario fue denunciada al día siguiente por la dueña de un departamento que la víctima había alquilado de manera temporal en el partido de Ituzaingó, quien, al no tener noticias suyas, se presentó en una comisaría para radicar un pedido de averiguación de paradero.
Entre el 22 y 24 de ese mismo mes, los restos seccionados de Pérez Algaba fueron hallados en una valija roja y una mochila arrojados a un arroyo de General Rodríguez.
La primera detenida por el hecho fue Alma Nicol Chamorro, hermana del ahora apresado Contreras, a quien se le adjudica ser dueña de la valija donde apareció parte del cuerpo de «Lechuga» y que continúa tras las rejas.