Clifford Nwa Orji, conocido como «el chamán caníbal», secuestró, mató y comió a una cantidad de personas no establecida en Nigeria y en muchos casos también vendió restos humanos.
Nacido en 1965, este asesino serial arrancó como comerciante de hojas de afeitar, pero años más tarde se autoproclamó chamán, comenzó a vivir bajo el puente de una carretera en Oshodi-Isolo y fingía padecer una enfermedad psiquiátrica.
Orji fue detenido el 3 de febrero de 1999, cuando tenía 34 años, tras hallarse una mujer desaparecida casi muerta en el lugar donde vivía este homicida.
Allí se encontraron también restos humanos frescos y cocinados, entre ellos cráneos, por lo que fue procesado ante un tribunal de primera instancia en Ebute-Meta.
En ese momento se tomó real dimensión de que este sujeto había secuestrado, matado y hasta comido a una cantidad de personas que no pudo ser establecida, pero que lo convertían en uno de los asesinos seriales más tremendos de Nigeria.
Tras ser apresado, la Policía realizó un exhaustivo allanamiento en lo que era su casa y encontraron ropa interior femenina, un cheque por 80.000 nairas (la moneda de ese país), equivalente a unos 52 dólares.
Asimismo, hallaron un teléfono celular, en una época en la que el GSM aún no se había implantado plenamente en el mercado nigeriano, por lo que sólo las personas adineradas tenían esos aparatos.
También fue detenido un hombre acusado de ser su cómplice en el tráfico de restos humanos.
Orji reveló en una conferencia de prensa organizada por la Policía que secuestró, mató y se comió a varias personas junto a su cómplice «durante los últimos siete años antes de llegar a Lagos».
«Es parte de nuestra cultura comer carne humana», remarcó el asesino serial en ese contacto con la prensa.
El 7 de diciembre de 2000 se le dictó la prisión preventiva por asesinato en la prisión de Kirikiri , la única cárcel de máxima seguridad de Nigeria.
En abril de 2012, tras pasar unos 12 años en prisión sin que su caso llegara a juicio, Orji demandó al fiscal General del Estado de Lagos, Ade Ipaye, por «encarcelamiento ilegal».
Las autoridades penitenciarias aseguraron que no habían podido tratarlo por su enfermedad mental, que había progresado, y que no podía ser juzgado por estar «demente».
El múltiple homicida falleció el 17 de agosto de 2012 cuando tenía 46 años, y tras practicarle una autopsia a su cuerpo se determinó que su muerte fue por causas naturales.