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El Cuarteto de Nos vuelve a Rosario: entre el surrealismo y la masividad

Desde mediados de los ochenta, El Cuarteto de Nos viene haciendo de las suyas en el rock rioplatense. A través de las décadas, los uruguayos construyeron una impronta muy propia sostenida por el humor, la irreverencia, la rebeldía y la creación de historias y personajes raros en sus canciones. En los últimos años, y sin poder explicar del todo por qué, convocaron a un público joven que los convirtió en una de las bandas más convocantes de Latinoamérica. Desde este presente expansivo, vuelven a Rosario el próximo 16 de agosto, con un show casi agotado en el Bioceres Arena (Cafferata 729).

En mayo, lanzaron “Puertas”, su vigésimo disco de estudio, en el que afirman y profundizan algunas de sus características más distintivas: letras narrativas y estética surrealista (la cual se aprecia sobre todo en elementos visuales como la tapa o los videos animados). El Cuarteto va contracorriente de lo que dicta la época, y de una industria musical cada vez más basada en algoritmos, y le va cada vez mejor. Lo viejo, y lo genuino, funciona.

Este 2025, y más de treinta años de recorrido, tocarán por primera vez en un estadio: la cita es el 20 de septiembre en Ferro. También agotaron el Movistar Arena de Santiago de Chile y se presentarán en el legendario Palacio de los Deportes de Ciudad de México. Cerrarán el año en casa, en el Antel Arena de Montevideo.

El Cuarteto tiene en su haber hits que viven en el inconsciente colectivo (como “Yendo a la casa de Damián”, de 2006), varios discos de Oro y Platino, un par de Premios Latin Grammy, y un público intergeneracional cada vez más entusiasta.

Antes de desembarcar en Rosario, Roberto Musso, guitarrista, vocalista y miembro fundador de la banda, habló con La Capital sobre este presente extraordinario, su vínculo con las nuevas generaciones y lo que los motiva a seguir.

“Puertas” salió hace pocos meses y mientras tanto estuvieron tocando por todos lados. ¿Cómo fueron las primeras recepciones del público a los temas nuevos en vivo?

Arrancamos ahora el segundo semestre, porque a principio de año estuvimos unas cuantas semanas en México y Estados Unidos. Llegamos hace un par de semanas de tocar en Costa Rica, Venezuela y Colombia, donde hicimos shows bastante grandes en varias ciudades. Ahí ya estuvimos testeando un poco la recepción del público porque en vivo es, hablando en términos futbolísticos, donde se juegan los partidos. Hoy con la velocidad que tiene el tema de las redes, la llegada de las canciones es mucho más rápida y dinámica que antes. Entonces, la gente se sabía canciones que habían salido hacia una semana, una locura. Eso estuvo divino pero este año tiene unos hitos importantísimos en términos de shows en vivo para el Cuarteto. Venimos de Santiago de Chile, donde hicimos el Movistar Arena, agotado, con catorce mil personas. Es el más grande que hicimos en Chile hasta ahora. Después vamos a hacer el Palacio de los Deportes en México en octubre, y el Estadio de Ferro en septiembre. Es algo muy grande que está viviendo la banda.

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Cambio de escala

Este es un momento de cambio de escala, donde varias bandas con mucha trayectoria como ustedes están pudiendo hacer sus primeros estadios. ¿A qué atribuís esto y cómo lo viven ustedes?

Está buenísimo lo que preguntas y da para una tesis sociológica. Hay un montón de parámetros que inciden indudablemente en esa ecuación. El Cuarteto tiene una historia bastante rara, como siempre nos definimos nosotros, porque ha sido siempre un ascenso paulatino. Pero creo que de un tiempo a esta parte creo que ha habido un corte de inflexión importante, desde la pandemia en adelante, con los últimos dos o tres discos. Y esto sobre todo se dio por la llegada de gente muy joven. Creo que ahí está la clave de esa convocatoria masiva que tenemos ahora en toda Latinoamérica y España. Vas a cualquier show del Cuarteto y el 75% de los asistentes son menores de 18 años. Es increíble, se van lookeados tipo cosplay con los personajes de El Cuarteto. Obviamente esas generaciones que conocieron mucho al Cuarteto en pandemia, a su vez hicieron que nos conocieran sus padres. Porque si bien en Uruguay y Argentina, la generación de más de cuarenta nos conocía de antes, los padres de los pibes colombianos, mexicanos, peruanos, nos conocen a través de los chicos. Es el comportamiento inverso a la mayoría de grupos de rock, donde en general son los padres los que llevan a los chicos.

¿Tienen idea de con qué puede tener que ver este fenómeno? Pienso que quizás hay algo de lo narrativo, de la creación de personajes, que convoca a los chicos.

No me pongo mucho a pensar porque siento que si encuentro el por qué se termina la magia (risas). Pero que sucede, sucede. Me da la impresión que también nuestras letras tienen ese espíritu de rebeldía presente en todos los personajes, que son poco probables pero la gente se identifica mucho con ellos. Está ese juego de personajes misteriosos, con un halo de surrealismo, que no sabés quiénes son o por qué se llaman así o que están haciendo, que no son ni buenos ni malos, ni ganadores ni perdedores, son observadores de la realidad y se cuestionan todo. También hay mucha relación con la cuestión de la salud mental en muchas canciones, y creo que las nuevas generaciones por suerte tienen mucha más información que cuando éramos chicos, son mucho más sensibles. Me parece que todo ese cóctel puede ser parte de lo que llega. Y repasando un poco cada etapa de El Cuarteto, me da la sensación de que la gente se engancha en su juventud. Pasó con El Cuarteto de los noventa, con el de “Raro” y la canción de Damián, pero son teorías sin demostrar.

Embed – Cuarteto de Nos – Esplín

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Esta es una época de mucha literalidad y el arte aparece como un lugar cada vez más interesante para disputar sentidos a través de metáforas o, en el caso de ustedes, el surrealismo. ¿Cómo ves esto?

Si hay algo que va en contra de la literalidad, es el surrealismo. Con los Cuartetos tenemos un enganche con el surrealismo desde que éramos muy jovencitos. En la etapa que empezamos a hacer canciones y a armar la banda, había todo un auge de eso acá, como también pasó en Argentina. En la generación post-dictadura, cuando entramos a la facultad, las obras de Ionesco, de Goethe, obvio la pintura de artistas como Picasso o Dalí, estaban muy en boga. Esas obras y libros nos marcaron muchísimo un camino para escribir de cosas que nos interesaban. De hecho, nuestra canción más conocida que es “Yendo a la casa de Damián” es una canción totalmente surrealista, donde no se entiende bien qué está pasando, el personaje no aparece nunca, es como un “Esperando a Godot” en el fondo. Y si bien siempre estuvo esa faceta, nunca pudimos trasladarla de forma explícita a la estética de portada de disco. En este caso, “Puertas”, por más que es un vocablo súper elemental, esconde una cantidad de simbolismos y metáforas muy fuertes. En la canción “Puertas” , hay un personaje que va golpeando puertas que él pensaba que se iban a abrir cuando precisaba ayuda pero se abrieron, las puertas que cierra de un portazo cuando no le gusta lo que pasa del otro lado pero igual entró de vuelta, las puertas que el derecho de admisión cerró. Con esos clichés del surrealismo como la jaula volando, el hombre atravesando el portal, el nido con espantapájaros.

¿Cómo fue el trabajo de diseño de la portada y los videos?

Fue un gran equipo que trabajó mucho con el input de las canciones. La portada la hizo una agencia que se llama Bruster con la que trabajamos hace varios discos y decodifica muy bien algo re complicado, porque nuestras canciones tienen muchas imágenes, mucha letra, mucha data, no son fáciles de trasladar a lo visual. Los videos los trabajamos con Julia Conde, una artista argentina que está trabajando con muchos artistas jóvenes, y que hizo los videos animados de “Esplín” y “El cuarto de Nico”.

Embed – Cuarteto De Nos – En el cuarto de Nico

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Sacar un disco y canciones nuevas también genera que haya que repensar las listas de temas. ¿Cómo trabajan esto con tantos años de carrera encima?

Nosotros le llamamos la ingeniería del setlist y es cada vez más complicada. Porque las canciones nuevas son como hermanas menores que vienen a acompañar a las hermanas mayores y que se tienen que hacer lugar entre esas hermanas mayores muy exitosas. Hay una parte muy conservadora nuestra en cuanto al equilibrio en ese sentido. Presentamos el disco, sí, pero no con todas las canciones de un saque y balanceamos con canciones emblemáticas de la banda, de los últimos años sobre todo, de “Raro” en adelante. Sabemos que en cada show hay un montón de gente que nos ve por primera vez en sus vidas y esa gente tiene ganas de escuchar las canciones con las que se enamoró de la banda, y no suelen ser necesariamente las del último disco. Pero sí, es complicado. En las giras que hacemos anualmente, el show se va aceitando y medio que no queremos mover nada, como cuando un equipo de fútbol va ganando, no querés sacar a nadie. Pero mejor que sea así.

Las canciones nuevas también cobran otra vida en el vivo y en relación a las otras canciones. ¿De qué manera van armando el show en este sentido?

Es siempre un desafío. No trabajamos mucho en la teoría de en qué parte del show tienen que ir las canciones nuevas, porque hay que vivirlo en el momento. Cuando la canción va hacia la gente, es una sensación nueva totalmente y desde ahí le vamos buscando el lugar. Ahora estamos haciendo cinco temas del disco nuevo y suenan muy potentes. Y es como si la gente las conociera desde años, la cantan a flor de piel. Son canciones muy fuertes que mueven hilos sensibles, “Esplín” sobre todo. Ese es un momento del show más emotivo que antes no teníamos. “El cuarto de Nico” lo mismo, y escénicamente rinde un montón. Cuando me pongo a componer a partir de un concepto, pienso en quién va a ser el que relata esa historia. En este caso, el experimento fue que hablaran los objetos de ese cuarto, porque Nico es un personaje que no aparece nunca y que no sabe dónde está ni qué pasó con él, pero el dragón de peluche, el blíster, el mandala incompleto, terminan formando como una especie de escena policial donde algo no encaja del todo. Y yo tenía dudas pero en el vivo explota totalmente.

Embed – Cuarteto de Nos – El Perro de Alcibíades

Después de tantos años de carrera, ¿qué te sorprende todavía?

Me sorprende sobre todo el contacto directo con la gente en los meet and greet. A veces uno mira esas instancias con resquemor, porque parece que la gente va a sacarse la foto y ya, pero nosotros hemos humanizado un poco ese momento. Cuando sacamos eso, en quince minutos se agota. Hemos acotado la cantidad de gente para poder hablar al menos cinco o diez minutos con cada persona. Te cuentan historias increíbles de cómo conocieron al Cuarteto, de cómo planificaron el viaje hace tres meses con familia o estuvieron quince horas en un bondi para ir a vernos, de cómo una canción nuestra les salvó la vida o se la salvó a un amigo. Es impresionante. Y eso te da una inyección de energía para salir al show, y es una de las cosas que más me motiva para seguir escribiendo.

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