“Me robaron, no me quiero morir”, llegó a decir, herido y agonizando, Mariano Barbieri (42) luego de ser apuñalado en el parque Tres de Febrero, en Palermo. Su súplica no se llegó a cumplir y hoy, entre pedidos de justicia y dolor, sus amigos, familiares y allegados lo despiden en una casa velatoria ubicada en San Fernando.
Stella esperaba junto a su hija y nieta en la puerta de la casa velatoria, no conoce a Mariano y él tampoco llegó a conocerla. Sin embargo, el dolor la interpeló. «No lo conozco, pero sí conozco el caso. ¿Qué te puedo decir? Es horrible lo que pasó, la inseguridad es cada vez peor«, dijo brevemente la mujer.
El velatorio arrancó a las 16 y la primera en llegar fue su esposa con el carrito y su bebé de apenas dos meses.
Familiares y amigos en el velatorio de Mariano Barbieri, asesinado de una puñalada en Palermo. Foto: Juano TesoneLos familiares de Mariano comenzaron a llegar. La angustia los invadía por completo, hasta que empezaron a sacar sus celulares y mostrarse fotos de Mariano, que entre risas lo recuerdan como una persona graciosa.
«No hay palabras, el dolor es inmenso. Le arrebataron la vida en un segundo. No se entiende realmente», llegó a decir entre lágrimas Noelia, prima de Mariano.
Por su parte, su amigo Leonardo Ancolutan, que conocía hace más de 20 años a Mariano, recordó que se enteró de la noticia de la peor manera. «Nosotros andamos en bicicleta. Un amigo en común me dijo que vea las noticias y cuando lo vi no lo podía creer», dijo a Clarín y agregó: «El fue una víctima más de esta sociedad».