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El quejío de Miguel Poveda suena en Los Califas

Hay voces que simplemente nacen con un don. El don de saber conectar con todas tus emociones y atravesar cada médula de tu cuerpo erizándote la piel a cada nota. Treinta años de ese don, son los que llevan moviendo a Miguel Poveda por los escenarios. 

Esta noche, el catalán ha aterrizado en la Plaza de Toros Los Califas de Córdoba con su gira Diverso, consiguiendo robarle el corazón, el aliento y “el sentío” a todos los asistentes con ese quejío flamenco tan suyo que de todo es capaz. 

 “Callarse por un momento, debla, toná y seguiriya” y efectivamente, todo el recinto ha enmudecido para deleitarse con La senda del viento, canción encargada de dar el pistoletazo de salida a una noche de lo más mágica y diversa. Aunque los vítores, palmas y gritos de “ole” no han tardado en sonar entre el público cordobés.

El cantaor se ha atrevido a poner su voz en temas de Manolo Sanlúcar, con su Himno de Andalucía, así como tampoco ha querido dejarse atrás a su venerado Lorca. “Quiero dormir un rato, un minuto, un siglo, pero que todos sepan que no he muerto” ha recitado Poveda mientras aparecían imágenes de Lorca en la pantalla y ha procedido a cantar sus canciones.

También se ha podido disfrutar esta noche de temas como Padre, que Serrat grabó en los años 70 y que en su último trabajo Poveda ha adaptado al castellano. Un tema que por aquel entonces buscaba la concienciación medioambiental y que hoy en día sigue siendo de extrema actualidad. 

No ha sido esta la única reivindicación de la noche. El Gran Varón, tema que habla sobre la transexualidad, también ha lanzado su mensaje. Además de un ritmo algo más diferente y movido en el que los vientos han jugado un papel importante. 

La prodigiosa voz del flamenco se vuelve a ver con la Córdoba de «sus amores»

Pero es que Poveda se ha atrevido por todos y con todo, no ha habido un palo que se haya dejado sin tocar: seguiriyas, soleá, bulerías, tangos… y es que cuando el cante sale de dentro, no hay nada que se le pueda resistir. 

No ha existido barrera alguna esta noche en Los Califas, solo un espacio íntimo y cercano en el que se ha contenido a la perfección la especial conexión entre la prodigiosa voz flamenca de Poveda, sus músicos y el público. Un público que ha suspirado embelesado ante cada quejío que el catalán les ha regalado esta noche en Córdoba, una de las ocho provincias de la cuna del flamenco. 

La “Córdoba de mis amores” con la que el cantante ha tenido este sábado el mejor de los reencuentros.

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