El refugio de Cáritas Paraná -habilitado para personas en situación de calle durante el invierno- seguirá brindando su servicio hasta el próximo 6 de enero.
“Agradecemos infinitamente a todos los grupos y pastorales que se sumaron hasta el 31 de agosto, a servir a los hermanos en situación de calle. Después de un discernimiento del equipo con monseñor Raúl (Martín, arzobispo de Paraná) y los voluntarios que acompañaron, seguiremos abiertos hasta el 6 de enero”, se indicó desde la institución.
En ese sentido, agradecieron además al “Hogar de Cristo con quienes compartimos y coordinamos este servicio y a la Municipalidad de Paraná, con quienes trabajamos articuladamente”.
La sede de Cáritas de la arquidiócesis de Paraná abrió sus puertas durante el invierno para brindar alojamiento y contención a quienes no tienen techo. La iniciativa nació del discernimiento, la oración y el deseo de responder al clamor de los más frágiles.
«Fue una experiencia de familia y de amor», manifestó el presbítero Esteban Madrid Páez, vicepresidente de Cáritas, quien agradeció la oración y el acompañamiento de muchos hermanos de diversas comunidades, laicos, sacerdotes y movimientos».
El sacerdote explicó que la idea se fue gestando con el ahínco del administrador arquidiocesano, monseñor Juan Alberto Puiggari, y el compromiso de numerosas personas y movimientos eclesiales.
«Fue una decisión que nos hizo reflexionar: ¿Lo podíamos hacer, con qué herramientas, con qué recursos, quiénes nos iban a ayudar? Se elevó una convocatoria a distintos movimientos, y en base a la disponibilidad, al ardor de muchas personas en nuestras comunidades, nos animamos a empezar la semana pasada», relató.
Desde entonces, la sede de Cáritas Paraná se transformó en un hogar provisorio, donde el abrigo no solo es físico, sino humano y espiritual. Al mismo tiempo, cada mañana en la plaza del Bombero, voluntarios ofrecen un desayuno a quienes viven en la calle. «Fue realmente una semana de muchísima gracia, de muchísimos encuentros. Una experiencia de familia y de amor, muy impactante para cada voluntario y para las personas que se están alojando», señaló el presbítero.