En un lapso de tres meses y medio, dos jóvenes de 24 y 22 años fueron asesinados en un mismo punto de la zona oeste rosarina. La investigación se amplió el último fin de semana, ya que el presunto autor del segundo crimen fue detenido con una moto robada horas antes del arresto y este martes quedó bajo prisión preventiva.
Alexis O. fue imputado por el homicidio de Elías Díaz, fallecido la noche del martes 5 de agosto. Además del ataque a balazos en bulevar Seguí y Solís, el Ministerio Público de la Acusación (MPA) le atribuyó otros delitos ligados a la persecución policial en la que lo capturaron este viernes a la noche.
El joven de 21 años es el último protagonista de una saga de episodios violentos registrados en inmediaciones del Fonavi Moderno. A esa lista se suma la pesquisa sobre la sustracción de la motocicleta, denunciada horas antes cerca de La Lagunita.
¿Cómo fue el crimen de Elías Díaz?
Elías Agustín Díaz murió mientras lo llevaban hacia el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca). Hace casi un mes le dispararon mientras iba caminando por Solís al 3700. Si bien intentó escapar hacia el norte para llegar a bulevar Seguí, cayó gravemente herido en el tórax.
La fiscal Georgina Pairola identificó a Alexis O. como el autor de los balazos fatales en ese momento. Según la evidencia presentada este martes en el Centro de Justicia Penal de Rosario, el tirador abrió fuego al menos cinco veces para matar a la víctima.
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Durante la audiencia imputativa, la funcionaria planteó la hipótesis de una emboscada perpetrada por dos personas. En esta instancia señaló que el detenido y otro hombre aún no identificado interceptaron al muchacho y le llamaron la atención antes del ataque.
Díaz sufrió múltiples lesiones por la balacera. Tras el escape de los delincuentes, lo llevaron en un vehículo particular hasta el Heca. Minutos antes de las 21, su pareja le contó a la policía lo que había ocurrido y más tarde se enteró del deceso.
Dos homicidios en el mismo lugar
El día después del homicidio, fuentes de las fuerzas de seguridad provinciales confirmaron que el joven tenía un pedido de captura activo. El fiscal Adrián Spelta había solicitado su arresto por otro asesinato ocurrido muy cerca de la escena del último crimen.
La orden de la Justicia provincial fue dictada para esclarecer la muerte de Osvaldo Reyna, un muchacho de 24 años que murió el martes 13 de mayo. Ese día recibió un balazo sobre Lisandro de la Torre y bulevar Seguí, en la misma zona donde luego mataron al prófugo.
El primer joven fallecido sufrió una lesión fatal a la altura de la axila derecha. Sin embargo, el Cuerpo Guardia de Infantería (CGI) no encontró rastros de las detonaciones durante el operativo que se extendió hasta pasaje Casal al 3500. Tras la confirmación del deceso por parte del Sistema Integrado de Emergencias Sanitarias (Sies), el cuerpo fue trasladado al Instituto Médico Legal (IML) sin pistas sobre cómo fue el crimen.
La pesquisa avanzó rápidamente por los testimonios de vecinos que señalaban a Díaz como el autor del disparo contra Reina. La primera orden de allanamiento del domicilio del sospechoso dio resultados negativos. Su abuelo comentó que se había ido poco antes de la llegada de la policía y la búsqueda se mantuvo abierta hasta fines de agosto.
Persecución en la zona oeste
Después de la muerte del joven de 22 años se abrió otra investigación conexa a cargo de Pairola. En este caso, Alexis O. cayó el último viernes a la noche, cuando derrapó con una Yamaha XTZ azul mientras intentaba escapar de un operativo de control desde Aborígenes Argentinos y Liniers.
Aunque se cayó de la moto, el muchacho continuó la huida hacia el oeste a pie por las vías del ferrocarril y alrededor de las 21 se escondió en una vivienda ubicada sobre Rouillón al 4600. Más tarde, las autoridades constataron que el vehículo tenía pedido de secuestro por un robo cometido el mismo día en avenida Provincias Unidas y Rivero.
Durante la requisa, los efectivos advirtieron que el sospechoso estaba armado. Así secuestraron una pistola semiautomática Bersa 9×19 mm de simple y doble acción con numeración suprimida. Frente a estos hechos, la fiscal Cecilia Cardinali lo imputó por resistencia a la autoridad y encubrimiento del robo de la motocicleta.
Las dos funcionarias del MPA le atribuyeron al detenido el delito de portación ilegal de arma de fuego de guerra. Sin embargo, Pairola aún no pudo determinar el calibre empleado la noche que asesinaron a Díaz.