Los perros pueden disfrutar y beneficiarse del consumo ocasional de frutas y verduras, siempre que se elijan las adecuadas y se administren en porciones controladas. Aunque su alimentación principal debe basarse en un alimento balanceado o en una dieta diseñada por un profesional, sumar ingredientes frescos puede ser una excelente forma de mejorar su digestión, fortalecer su sistema inmunológico y aportar variedad a su dieta diaria.
Las frutas, en particular, son bajas en grasas y ricas en vitaminas y antioxidantes, lo que las convierte en una opción saludable como complemento ocasional. Algunas de las más recomendadas para perros incluyen:
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Manzana: debe ofrecerse sin semillas ni corazón. Es rica en fibra y vitamina C.
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Banana: en pequeñas cantidades, aporta potasio y energía de forma rápida.
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Pera: dulce y jugosa, también debe servirse sin semillas.
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Melón y sandía: refrescantes e hidratantes, siempre sin cáscara ni semillas.
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Frutillas (fresas): fuente de antioxidantes, ideales como snack ocasional.
Es importante recordar que todas las frutas deben servirse en trozos pequeños, sin cáscaras duras ni semillas, y nunca congeladas o en grandes cantidades, para evitar problemas digestivos como la diarrea.