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La guerra civil de los republicanos estalla en el Congreso de EEUU con una moción de los ultras para destituir a McCarthy

La guerra civil entre las facciones del Partido Republicano de Estados Unidos ha estallado definitivamente en el Congreso este lunes y promete instalar, al menos durante los próximos días, la Cámara de Representantes en el caos. Matt Gaetz, uno de los representantes de la ultraderecha en la Cámara Baja, ha presentado una moción para destituir a Kevin McCarthy, el ‘speaker’ que ocupa la segunda posición en la línea de sucesión presidencial tras la vicepresidenta, Kamala Harris. Y el futuro de McCarthy queda ahora en manos de los demócratas.

La rebelión ultra contra McCarthy ha estallado menos de 48 después de que el presidente de la Cámara trabajara con los demócratas para aprobar el sábado in extremis una ley que permitió prorrogar temporalmente durante 45 días el presupuesto del gobierno y evitar un cierre parcial de la Administración.  

 “Cada vez está más claro para quién trabaja y no es la conferencia republicana”, decía Gaetz, congresista por Florida, unas horas antes de presentar la moción contra McCarthy, al que ha acusado de haber alcanzado “un acuerdo secreto” con los demócratas y el presidente Joe Biden para garantizar la ayuda a Ucrania que ha quedado fuera del último acuerdo presupuestario.

Un choque anunciado

La rebelión, no obstante, venía de más lejos. Ya en enero, cuando tomó posesión el nuevo Congreso tras las elecciones legislativas de noviembre en que los republicanos recuperaron el control de la Cámara Baja aunque con una exigua mayoría, McCarthy necesitó 15 rondas de votaciones para asegurarse el cargo. Fue un proceso agónico y humillante en el que el californiano tuvo que hacer concesiones precisamente al ala ultra que ya hicieron que se auguraran unos años de convulsión que se están demostrando ciertos. Y una de ellas fue dejar que con solo un voto pudiera iniciarse la moción de censura, lo que este lunes ha aprovechado Gaetz.

No es que McCarthy no haya hecho en estos meses esfuerzos para apaciguar al ala ultra. Ha cedido, por ejemplo, a las presiones para poner en marcha el proceso para iniciar un ‘impeachment’ contra Joe Biden, y la semana pasada se celebró la primera vista de la comisión de investigación para ese juicio político, pese a que no se han presentado pruebas que ratifiquen sus acusaciones de que participó y se benefició corruptamente de los negocios de su hijo Hunter Biden en países como Ucrania y China.

Los congresistas más alineados con el expresidente Donald Trump, no obstante, han cuestionado desde el primer momento el liderazgo de McCarthy. Y han criticado y tratado de dinamitar también el acuerdo que selló con la Casa Blanca hace unos meses para suspender el techo de la deuda, que a cambio de promesas de limitaciones de gasto evitó que Estados Unidos entrara en impago.

Normas y precedentes

Según las normas del Congreso, hay ahora un plazo de 48 horas para votar sobre la moción, que literalmente es para dejar vacante el puesto de ‘speaker’ y que solo tiene dos precedentes en la historia, ninguno de los cuales tuvo éxito. En el primero, en 1910, fue el propio ‘speaker’ entonces el que presentó una especie de moción de confianza, que superó. En 2015 el ala más radical de los republicanos, entonces del Tea Party, puso una en marcha contra John Boehner, que nunca se llegó a votar pero contribuyó a que el republicano dejara el cargo.

 McCarthy podría intentar retrasar los procedimientos con maniobras burocráticas, pero Gaetz parece tener asegurados votos suficientes dentro del partido republicano para tener éxito en la destitución. Y ha prometido además que no cejará en sus esfuerzos si falla en la primera votación, usando como baremo las 15 rondas de voto que el propio McCarthy necesitó para ser ratificado.

Se avecina, así, otro periodo convulso y de caos en la Cámara Baja que puede alargarse, dificultando su funcionamiento y el avance necesario en las negociaciones presupuestarias, que deben resolverse antes del 17 de noviembre .

En manos de los demócratas

La situación hace que el futuro de McCarthy esté en manos de los demócratas, que se ven ante un profundo dilema y cuya conferencia, liderada por Hakeem Jeffries, tiene convocada una reunión este martes para estudiar los próximos pasos.

Podrían apoyarle para que siga en el cargo, algo dudoso ante un líder que ha abierto el procedimiento de ‘impeachment’ contra Biden incluso cuando no hay pruebas de corrupción contra el presidente, que ha hecho avanzar la agenda legislativa ultraconservadora y que, pese a haber criticado inicialmente a Trump por su arenga a las masas que asaltaron al Capitolio, tardó poco en enterrar esas críticas y mostrarse como uno de los fieles aliados del expresidente.

Podrían también tomar una posición más pasiva, ausentándose de la votación o declarándose “presentes”, con lo que bajaría el número de votos que hacen falta para alcanzar la mayoría y ayudarían al ‘speaker’ republicano a contrarrestar la oposición interna.

Es un respaldo que varios demócratas rechazan de pleno, pero al que otros están abiertos si consiguen extraer concesiones concretas de McCarthy. Estas, según han publicado los medios estadounidenses, podrían ir desde asegurar más ayuda para Ucrania hasta garantizar la aplicación del acuerdo sobre techo de la deuda o dar más contratos federales a distritos gobernados por demócratas.

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